Flavio se encontraba en el salón de su casa mirando porno. Vivía con su novia, Samantha, pero ella estaba en el trabajo. Aprovechó que no llegaba hasta la noche y colocó en su móvil videos XXX.
Y no es que su vida sexual era escaza, no. Todos los días que podía follaba a Samantha como si fuera lo último que podía hacer, pero de vez en cuando le gustaba darse placer a él mismo.
Desnudo, sentado en el sofá, con su gran polla erecta y gemidos tanto de él como de los videos, escuchó como la puerta se abría. Sabía que era su novia, por lo que no se preocupó en fingir que no estaba haciendo lo obvio, aunque sí se sorprendió al caer en cuenta que había llegado antes de lo estipulado.
Samantha quiso preguntar que qué estaba haciendo, pero se guardó las palabras, ya que era obvio. Se quitó el abrigo y dejó sus zapatos en la entrada. Con los ojos fijos en Flavio, se acercó a él. Le quitó el móvil y lo dejó sobre la mesa para después arrodillarse frente a su cuerpo.
Flavio tomó el pelo de Samantha con una mano, mientras que con la otra le abría la boca en una O. Le acercó la polla y no hizo falta que se la meta él, ya que Samantha fue más rápida y en un ágil movimiento se la tragó entera, ahogándose incluso.
-Ah, sí. Sigue- le dijo Flavio, mientras que comenzaba a mover la pelvis.
Samantha comenzó a mover su cabeza con rapidez. La saliva se le caía por los costados y sentía que se ahogaba, pero no le importó. No le importó porque tener la polla de Flavio dentro de su boca recompensaba todo. No le importó tampoco cuando su novio la mantuvo quieta para correrse en su boca.
Levantó la mirada y pudo ver como Flavio la observaba con los ojos nublados del placer. Abrió la boca para que vea que aún tenía su semen, y se lo tragó todo, con la vista fija en él.
-Tienes mucha ropa- habló Flavio.
-Espérame aquí- dijo Samantha, levantándose del suelo.
-¿Qué harás?- preguntó él.
-Ya lo verás.
Se dirigió a la habitación, pero antes de entrar retrocedió sus pasos y se agachó a la altura de Flavio para hablarle al oído.
-Pon en la tele uno de esos videos que estabas mirando antes- le susurró, para después morderle el lóbulo- Me puse cachonda de solo imaginarme que vas a follarme de esa forma.
Nuevamente se encaminó a la habitación, dejando a un Flavio con una erección bien dura. Él le hizo caso, y eligió su video favorito.
Mientras tanto, Samantha se desnudó completamente y buscó en uno de sus cajones un conjunto de lencería negro que se había comprado hace tiempo. Nunca surgió la ocasión para usarlo, pero finalmente aquí estaba. Se lo colocó y al mirarse al espejo se gustó más que nunca.
El sostén realzaba sus pechos, y era transparente, por lo que no dejaba nada a la imaginación. El tanga que traía era un fino hilo que tapaba lo justo. Tomó, del mismo cajón, unas esposas negras y un lubricante. Iban a divertirse.
Volvió al salón, y sonrió cuando vio la cara de Flavio. Se acercó lentamente a él, dejando las esposas y el lubricante sobre la mesa, y se sentó sobre su regazo con una pierna a cada lado.
Comenzó a moverse sobre él para frotar sus sexos. Samantha gimió al sentir la polla de Flavio rozándole su coño, y aumentó la velocidad de los movimientos.
-No has puesto el video- dijo ella mirándolo a los ojos.
-Estaba esperándote, cariño.
Flavio, como pudo, tomó el mando de la TV y puso play al video. La primera imagen en reproducirse fue la de una chica en cuatro patas, siendo follada por detrás.
Samantha miró con picardía a Flavio y se acercó a su boca para besarlo, iniciando una batalla de lenguas. Se separó de él dejando un mordisco en su labio inferior y se puso de pie.
Se quitó el tanga bajo la atenta mirada de su novio y se bajó los tirantes del sostén con sensualidad, dejando al aire sus firmes tetas. Dirigió una de sus manos a su coño y se acarició el clítoris, gimiendo al darse cuenta lo mojada que estaba.
Quitó su mano y volvió a sentarse sobre el regazo de Flavio, frotándose ahora sin ninguna tela que intervenga.
-S...Samantha, cariño- gimió él en su oído.
En un inesperado movimiento, Flavio quitó a Samantha de sus piernas y la tiró contra el sofa, boca abajo.
-Sube las piernas- le exigió. Samantha obedeció a las órdenes de su novio, y acomodó sus largas piernas como pudo, quedando en cuatro patas, dejando su culo a la vista de Flavio.-Ahora te voy a follar como nunca te han follado- le habló el murciano al oído.
Samantha solo pudo ahogar un gemido, deseando que Flavio cumpliese aquello que le dijo. Escuchó como tomaba algo de la mesa, y gimió al sentir como la acariciaba. La estaba lubricando.
-Tira los brazos hacia atrás.
Flavio juntó las muñecas de Samantha y le colocó las esposas. Ahora su novia estaba a su disposición totalmente. Se agachó a la altura de su cabeza y la besó ferozmente. Le desabrochó el sostén y se lo quitó con facilidad.
Golpeó su culo ganándose un gemido de parte de la rubia, y poco a poco se intrujo en ella. Durante unos segundos se quedó quieto, acostumbrándose a esa sensación tan conocida pero igual de maravillosa.
Comenzó a bombear lentamente, disfrutando cada centímetro de Samantha.
-Más rápido- pidió ella entre gemidos.
Flavio le hizo caso, y comenzó con un vaivén veloz. Podía escucharse por todo el piso el choque entre sus cuerpos, además de los gemidos y suspiros que salían de sus bocas.
Samantha gimió fuerte cuando sintió como los dedos de Flavio acariciaban su clítoris. Las piernas comenzaron a temblarle y los gemidos eran cada vez más fuertes.
-¡Ah!- gritó al llegar al orgasmo.
Se relajó en el sofá, aún con Flavio bombeando dentro de ella, buscando correrse. Un pequeño sonido de placer salió de sus labios al sentir como su novio se vaciaba en su interior.
Flavio salió del interior de la rubia, y le quitó las esposas. Samantha se puso de pie y besó ferozmente a su novio.
-Mmmmh- dijo aún en su boca- No has estado tan bien- le dijo al oído, buscando que Flavio volviese a follarla con brutalidad.
-¿No?- preguntó él con retitín, sabiendo las intenciones de su novia.
-Pues la verdad es que no- respondió Samantha, al mismo tiempo que con una de sus manos acariciaba la polla de Flavio- Quiero que me la metas y que no pares- le dijo mirándolo a los ojos.
Flavio la tomó del cuello con una mano y la besó con dureza, formando un juego de lenguas excitante. Se acomodó entre sus piernas y dirigió su polla a la entrada de Samantha. Era una postura incómoda, pero no les importó.
-No deberías haber dicho eso- habló Flavio mientras la penetraba- Porque voy a follarte hasta que me pidas un descanso.
Continuará...
Hola, he vuelto.
Este one-shot tendrá segunda parte, ya veré cuándo la subo.
Besos😘🤪
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