Me sonrió sobre mis labios y luego me besó apasionadamente, yo la abracé atrayéndola más hacia mí, si acaso eso era posible mientras acariciaba la tersa piel de su espalda. Rompimos el beso para tomar aire y después se pasó al asiento del copiloto, nos ordenamos las ropas y después encendí al auto y me puse en marcha rumbo a mi departamento, la noche apenas estaba empezando.
Me estacioné en mi lugar acostumbrado y luego la ayudé a bajar, entrelazamos las manos y caminamos hacia el ascensor, un par de ancianos también lo estaban esperando y nos saludaron. Subimos los cuatro y ellos bajaron en el segundo piso, mi departamento está en el noveno así que ____ y yo seguíamos subiendo, nuestras miradas se cruzaron un instante y eso bastó para que ambos levantáramos la mano al mismo tiempo y apretáramos el botón para detener el elevador.
Nos besamos desesperadamente en tanto nuestras manos se deshacían de nuestras prendas, el abrigo cayó al suelo igual que mi camisa, seguidos por mi pantalón y mi bóxer. ____ lamía mi torso al tiempo que deslizaba su mano a lo largo de mi dureza, yo terminé de desnudarla y llevé dos de mi dedos a su intimidad, ella me mordió un pezón al sentir como la invadían, con su lengua fue subiendo hasta llegar a mi cuello que mordisqueó, yo la tomé de las nalgas y ella me rodeó con sus piernas, entré en su centro y comencé a moverme presurosamente en tanto ella se aferraba a mi espalda y susurraba mi nombre acompañado de suaves gemidos que aumentaban de volumen a medida que yo incrementaba la velocidad de mis embestidas. Entrelacé mis manos a las de ella y las puse a los costados de su cabeza, sobre la esquina en la que nos encontrábamos, me moví con urgencia, estábamos a punto de llegar y cuando yo lo hice no pude contener el impulso y mordí el hombro de ____ que gritó.
– Perdóname, no quise lastimarte – exclamé avergonzado aún con la voz retorcida.
– Tranquilo, no me has lastimado – aseguró absorbiendo mi labio inferior en su boca.
– Me vuelves loco.
– Tú me tienes loca desde el primer instante que te vi, te amo.
– Yo también te amo.
Nos besamos y después nos vestimos, terminamos de subir los pisos que nos faltaban y finalmente llegamos a mi departamento, ____ se quedó boquiabierta al ver el camino de pétalos de rosa, lo siguió y llegó hasta el jacuzzi de mi habitación, que estaba rodeado de velas que fui encendiendo poco a poco, cuando terminé abrí la llave del agua para que se llenara, me acerqué a ella y la abracé.
–Logan, todo esto es tan hermoso – exclamó emocionada rodeándome por el cuello con sus manos.
– Quería que esta noche fuera muy especial, diferente.
– Contigo todas las noches son especiales y diferentes.
– Tendré que seguir esforzándome.
Le di un corto beso en los labios y después tomé el recipiente que tenía pétalos y los eché sobre el jacuzzi, luego vacié un poco de jabón y por último destapé el champagne y lo serví en dos copas, le ofrecí una y le di otro beso.
– Por nosotros, que nunca se nos termine el amor ni la pasión – dije chocando su copa.
– Que estemos juntos toda la vida y más allá de ella, te amo.
– Te amo corazón.
Nos bebimos el líquido y después nos besamos apasionadamente, me separé para cerrar la llave y al girarme _____ ya estaba completamente desnuda, me maravillé mirándola y vi una vez más el parche anticonceptivo que empezó a usar después de aquella vez que pensó estar embarazada, mi niña aún no estaba lista para ser mamá, pensaba que aún era muy joven para eso, luego de contarme la historia de sus padres entendí que lo que en realidad tiene es miedo de serlo y de fallar, ya le demostraré yo con el tiempo que será una labor que no hará sola, yo la ayudaré y juntos seremos los mejores padres, como lo han sido los míos.
– ¿En qué piensas? – preguntó caminando sensualmente hacia mí.
– En todo lo que te amo… y lo que te amaré más cuando el fruto de nuestro amor empiece a crecer dentro de ti – respondí acariciándole su abdomen.
– ¿De verdad quieres un hijo?
– Sí – aseguré acariciándole la mejilla – en un futuro, cuando ambos estemos listos.
– ¿Qué te parece un par de años?
– ¿Es una promesa?
– Es un plan de vida, creo que es tiempo suficiente para consolidar nuestra relación, además quiero seguir preparándome en el ámbito profesional, pero ya hablaremos de eso más tarde – lamió mis labios – ahora disfrutemos el presente – agregó abriendo mi camisa con tal fuerza que los botones salieron volando.
Caímos rendidos sobre la cama, nos besamos y no supe en qué momento nos quedamos dormidos con nuestros cuerpos entrelazados. No sé cuánto tiempo pasó, de repente, aún dormido, empecé a sentir que mi miembro se endurecía, aunque no era la típica erección matutina, así que desperté y al abrir los ojos me di cuenta que ____ se lo estaba comiendo, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, me apoyé en los antebrazos para enderezarme un poco y disfrutar de ese maravilloso espectáculo. Se dio cuenta que había despertado por mis gemidos, sonrió sobre la punta de mi miembro y después de lamerlo volvió a sumergirlo en su boca, me dejé caer sobre la cama, la deliciosa sensación recorría todo mi cuerpo.
_____ se detuvo para subir en mí, introduciéndose mi miembro en su húmeda y cálida intimidad. Se apoyó sobre mi pecho y comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo, tratando de mitigar el fuego que la consumía, enloqueciéndome a mí que acariciaba sus muslos. Intensificó sus movimientos, entonces la tomé y la hice girarse, quedando debajo de mí, le sonreí y la besé embistiendo en ella con fuerza, después enterré mi cabeza en su cuello e hice los últimos movimientos que nos llevaron al éxtasis total.
– Que delicioso despertar – dije sobre sus labios.
– Buenos días mi vida – respondió con una amplia sonrisa.
– Muy buenos días corazón, así ni siquiera dan ganas de levantarse de la cama.
– No tenemos que levantarnos, podemos quedarnos aquí… te recuerdo que alguna vez me dijiste que podrías tener sexo conmigo todo el día… ¿qué tal si hoy es ese día?
– ¿Estás segura de lo que estás pidiendo?
– Sí, yo también estuve en abstinencia el mismo tiempo que tú, te amo.
– Yo también te amo… mi desconocida favorita.
– Ya no somos desconocidos, no reglas entre nosotros nunca más.
– Yo diría que sí ____… sólo una – aseveré quitándole un mechón de su rostro.
– ¿Cuál? – preguntó desconcertada.
– Amarnos para toda la vida.
– Esa no es una regla, es un regalo, un placer infinito… te amo Logan Henderson, te amo con todo mi corazón y mi alma, como jamás había amado a nadie, de eso puedes estar completamente seguro.
– Tú también debes estar segura que te amo como a nadie y, si me dieran a elegir una vez más, sin ninguna duda te elegiría de nuevo y no cambiaría nada de nuestra historia, porque es única e irrepetible, te amo____, mi ____, te guste o no te guste.
Me sonrió y me besó apasionadamente. Ese era el inicio de una nueva vida juntos; sin reglas, sin mentiras, sin temores; únicamente amándonos, entregándonos el uno al otro sin pudor, sin tabúes; experimentando, creando, innovando el arte de amar; sin complejos, ni ataduras; libres para amarnos hasta el final de nuestros días, esa sería nuestra única regla de hoy en adelante, la única que seguiríamos sin romper, porque nuestro amor es inmenso, la mezcla perfecta de ternura y sensualidad, amor con sexo y sexo con amor, una verdad innegable.