Capítulo 52

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Brandon regresó y se sentó frente a mí, me entregó todos los papeles que debía firmar y volvió a llegarle otro mensaje a su celular, al ver la expresión de alegría de su rostro decidí arruinarle sus planes, ya sea que fueran con ___ o con la "princesa".

- ¿Qué te parece si vamos a cenar esta noche?, para celebrar el cierre del negocio.

- Claro, me parece estupendo - aceptó de inmediato.

- Acaban de inaugurar un restaurante de comida italiana en el centro, ¿qué tal si nos vemos ahí a las ocho?

- Genial.

- Puedes llevar a tu novia si gustas, yo iré con una amiga.

-Me gusta la idea, de acuerdo, entonces nos vemos en la noche - me tendió su mano.

- Un placer hacer negocios contigo, Logan.

- Ya lo creo - respondí estrechándosela con una sonrisa sarcástica.

En cuanto salí de ahí le llamé a Julieta, había encontrado la forma de devolverle el golpe a ___, le iba a mostrar lo que yo sentí cuando la vi con su noviecito y mi mejor amiga me ayudaría con eso.

- Hola baby, ¿cómo estás? - respondió entusiasta como siempre.

- Bien niña, ¿y tú?

- También, ¿a qué debo el honor de tu llamada?

- Quiero invitarte a una cena de negocios que tendré hoy.

- Genial, ¿alguno de los invitados está soltero y disponible?

- Temo decirte que no, pero aún así, ¿puedes ponerte muy bonita?, por favor, uno nunca sabe con quién se pueda topar en un restaurante.

- ¿De casualidad hay alguna razón oculta para que quieras que me arregle con esmero?

- No, por supuesto que no, sólo iremos a cenar con un corredor de bolsa y su novia.

- Vale, ¿a qué hora pasas por mí?

- A las 7:30, puntual, ¿eh?, sabes que no me gusta esperar.

- Sí mi general, a esa hora estaré lista y guapísima, claro que eso no me costara ningún trabajo, jajaja.

- Ay niña, te veo más tarde, te mando mensaje cuando esté afuera de tu edificio.

- Vale, besos.

Dentro de mí había cierto entusiasmo por la posibilidad de ver a ___ esa noche, sobre todo por ver la expresión de su rostro cuando supiera que conocía a Brandon y la que haría al verme con Julieta, quería comprobar si yo le importaba, aunque fuera un poco, para así tomar una decisión sobre lo que haría más adelante.

Pasé por Julieta y se veía realmente bien, debía reconocer que mi amiga era muy guapa y cuando se arreglaba minuciosamente estaba mucho mejor. En el trayecto al restaurante me estuvo hablando sobre su día, había llegado un nuevo profesor a su escuela y al parecer había surgido un clic entre ellos. Llegamos al lugar y aún no estaba Brandon, así que pedí una mesa cercana a la puerta para que me localizara fácilmente, mi corazón empezó a latir más aprisa por la esperanza de verla, pero el entusiasmo me duró poco cuando vi que Brandon entraba solo.

- Buenas noches, disculpen el retraso, me entretuve en la oficina.

- No te preocupes, diez minutos no es nada, te presento a Julieta, mi mejor amiga, él es Brandon, mi corredor de bolsa.

- Encantado de conocerte Julieta - dijo tomándole la mano y dándole un beso en la misma.

- Igualmente Brandon.

- Mi novia se disculpa por no poder acompañarnos, pero mañana tiene un evento de su trabajo y aún sigue en la oficina ultimando detalles.

Le di una sonrisa fingida mientras se sentaba, el mesero se acercó y pedimos la cena. Brandon estuvo hablando sobre su vida laboral, era un ególatra de lo peor y le encantaba fanfarronear con lo bueno que era en su trabajo, al que según él le dedicaba gran parte de su tiempo, ahora comprendía porque __ tuvo que recurrir a mí, seguro la tenía abandonada en el plano sexual, sobre todo si esa parte se la dedicaba a su "princesa". Después de dos horas y media salimos de ahí, pasé a dejar a Julieta a su departamento y luego me dirigí al mío.

El viernes llegó rapidísimo, es increíble la forma en que se pasa el tiempo cuando está uno concentrado en el trabajo, era lo único que me quedaba por hacer si quería evitar pensar en __, no entendía que me había hecho esa mujer para tenerme así, actuando como un vil psicópata que quería saber todo de ella y entrar en su vida de alguna forma que no fuera por las llamadas que, por cierto, seguían sin llegar. En eso estaba cuando sonó el movil y lo tomé con la esperanza que fuera ella pero no, sin embargo, contesté, necesitaba distraerme y relajarme, así que quedé de verme, una hora después, con esta desconocida.
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Entonces me envolvió con sus piernas mientras sus manos viajaban por mi espalda y se movió de manera desenfrenada incrementando el roce de nuestros sexos, estaba tan mojada que me deslizaba con demasiada facilidad, ella apretó los músculos de su centro provocando que el placer aumentará, así que comprobé lo que quería saber, ___ me había echado de menos tanto como yo a ella, su cuerpo, las expresiones de su cara, sus manos, sus gemidos me lo decían, nuestros cuerpos se fundían en uno solo, en una sincronía perfecta, yo sentía mi sangre hervir en cada rincón de mi ser hasta que ambos llegamos al orgasmo y me dejé caer sobre su cuerpo.

No sé cuánto tiempo me quedé dentro de ella sin moverme, pero mi miembro se rehusaba a salir de su intimidad y no iba a ir en contra de eso, había pasado muchos días sin sexo y estaba ansioso, así que la besé desesperadamente, aprisionando su lengua, mordiéndosela ligeramente mientras ella me acariciaba la espalda. Fui besando su mentón hasta llegar a su cuello que mordisqueé levemente en tanto una de mis manos acariciaba uno de sus senos y pellizcaba suavemente su pezón. ___ jadeaba placenteramente y, aunque no quería, tuve que salirme de ella para cambiarme el condón, le di un pequeño beso lamiendo sus labios antes de levantarme.

Tiré el preservativo usado y me puse uno nuevo, me senté al borde de la cama y le extendí mi mano, ella la tomó y la jalé, la hice sentarse sobre mis piernas, a espaldas de mí, coloqué su cabello en un costado y empecé a besar y lamer su hombro desnudo mientras nuestros sexos se rozaban lentamente y deslicé mi mano hasta su centro para frotarlo con mis dedos en tanto besaba su cuello. Ella movía su pelvis adelante y atrás mientras yo sentía como mi miembro se alistaba una vez más. Seguimos frotándonos otro poco en tanto mis manos acariciaban sus senos.

- Levántate, por favor - susurré en su oído cuando sentí que ya no podía más, me subí a la cama y doblé mis piernas - híncate de espaldas - le indiqué y así lo hizo.

Apoyó sus manos sobre mis rodillas y entré en ella, puse mis manos en sus nalgas ayudándola a subir y bajar mientras ambos gemíamos. Después, ella comenzó a moverse nuevamente adelante y atrás con mi miembro dentro, era una sensación realmente exquisita tenerla de esa manera, yo le acariciaba sus nalgas en tanto ella seguía con sus movimientos. Luego la hice que se acostara de lado y volví a quedar detrás de ella, ahora yo guiaba el vaivén de nuestros cuerpos, entrando y saliendo de ella con cierta velocidad mientras mi dedo estimulaba su clítoris, ella gemía sin parar y como deseaba que gritara mi nombre. Seguí moviéndome más rápidamente hasta que volvimos a llegar juntos al orgasmo.

Ardiente tentacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora