Al día siguiente tuve que viajar a Chicago a una convención que duraría tres días, así que sólo estuve en contacto con ella por el celular, cuando tenía tiempo libre le mandaba mensaje o le llamaba, empecé a notar algo extraño en el tono de su voz, pero cuando le pregunté me aseguró que no tenía nada, que sólo estaba atiborrada de trabajo, quizá estaba siendo yo demasiado aprensivo y haciendo personal algo que no lo era.
Cuando regresé de viaje, fui a mi departamento a dejar la maleta y ducharme, al bajar por mi auto al estacionamiento, vi que una pareja estaba dentro de otro besándose y acariciándose acaloradamente, solté una risita porque saltaron cuando escucharon que quité la alarma de mi carro, así que subí y me dirigí al departamento de ___.
Me recibió con un gran abrazo y su aroma inundo de golpe mis fosas nasales que aunado a la escena que acababa de presenciar provocaron que las ganas de hacerla mía se incrementaran considerablemente, así que no puede aguantar más y terminé haciéndoselo de forma presurosa en el sillón.
Después comenzamos a cenar y le fui platicando sobre la convención, en la cual, me había encontrado a Sebastián, que iba del brazo de una hermosa rubia a la que me presentó como su novia.
Noté que ___estaba como ausente, de hecho apenas y había probado bocado y eso que yo era el que estaba hablando, por lo que le pregunté en que pensaba y me respondió que en nosotros para luego preguntarme qué era lo que había extrañado de ella y después que le respondí empezó a contarme la historia de su amiga Victoria que había conocido a su ex esposo en condiciones parecidas a las que nos conocimos ___ y yo, francamente no entendía adónde quería llegar con eso y me quedé sorprendido cuando me dijo que no quería que nos pasara lo mismo que a ellos, que nosotros no nos conocíamos y que ni siquiera sabía cuál era mi color favorito, se lo dije aunque seguía sin comprender cuál era el punto de todo eso, ¿acaso ese dato es trascendental para amar y estar con una persona?
No di crédito cuando me preguntó sobre Noelia y no es que quisiera ocultárselo, algún día se lo contaría, cuando me sintiera listo para hacerlo, no es algo que platique con frecuencia, a decir verdad, sólo lo he contado una vez, pero Presley tenía que adelantárseme y encima contarle lo mal que me había puesto, al menos había servido para que terminara de corroborar que entre Julieta y yo sólo hay una gran amistad.
Y casi me caigo de la silla cuando me preguntó que si lo que nos unía era amor o sólo sexo, no me imaginé que se cuestionara algo así, ahora entendía el porqué de su tono de voz cuando hablamos mientras yo estaba en Chicago.
-___, ¿cómo puedes preguntarme eso?, te he dicho que te amo, te lo he demostrado y no sólo acostándome contigo, te he llevado con mi familia, ¿cómo puedes dudar si es amor? - era completamente inaudito que me cuestionara eso, con todas las locuras que había hecho por ella, claro que algunas las ignoraba.
- Porque lo primero que hicimos ahora que regresaste fue tener relaciones, ¿eso es lo que extrañabas de mí?, la mayor parte de tu lista son cosas físicas.
- Por supuesto que no, ___, en verdad no entiendo a que viene todo esto.
- A que debemos descubrir si este amor es auténtico o sólo es algo físico.
- Ok, entiendo tus dudas por la forma en que nos conocimos, pero hasta ahora sólo me has cuestionado a mí, ahora yo te volteó la pregunta, ¿qué fue lo que tu extrañaste de mí durante mi ausencia?
- Muchas cosas, tu voz, tu mirada, tu sonrisa, tus besos, tus caricias, tus palabras.
- ¿Tienes dudas de amarme? - pregunté con miedo, tal vez esa era la razón de sus argumentos.
- No es eso, simplemente hemos basado nuestra relación en la pasión, recuerda la nota que me dejaste un día, la vida es un equilibrio y eso es precisamente lo que estoy buscando, que realmente nuestra relación sea equilibrada y no sólo física.
- ¿Y entonces qué propones para descubrirlo?
No estaba preparado para escuchar su respuesta, me dijo que así como una vez yo le impuse unas reglas, ahora era su turno de hacerlo y empezó a dictármelas.
- Regla número uno: no mentiras ni engaños - sonaba lógico, había algunas cosas difíciles de confesar, pero se las diría - regla número dos: no arranques de celos - sonaba más lógico aún y con toda la razón - regla número tres, la más importante... no sexo durante un tiempo, quizá un par de meses.
- ¿Qué?, ¿no sexo? - exclamé sin comprender que pretendía con eso.
Me argumentó que si nos amábamos podríamos soportarlo, ¿acaso no habíamos soportado el tiempo que estuve en Londres?, ok, lo hacíamos a través de la web cam, pero no es lo mismo, aguantamos los días de su período, ¿cómo podía decirme que esa sería la prueba máxima para determinar nuestra relación? Le hice saber que no me imaginaba que fuera tan influenciable y su respuesta fue que no quería volver a vivir una mentira como con Brandon, que esas serían las reglas del juego, que si las aceptaba.
- Es un poco extremo ___, pero para que veas cuanto me importas y no sólo por el sexo, acepto, es más te propongo algo que realizaremos en lugar de hacer el amor, porque hace muchísimo tiempo que eso es lo que hago contigo, no es simple sexo - le aclaré.
- ¿Y cuál sería esa proposición? - preguntó mirándome fijamente.
- Te voy a contar mi historia, un poco cada noche, para disipar tus dudas, para que me conozcas y seguiré las reglas, tal cual, no quieres mentiras, perfecto, de hoy en adelante sólo la verdad, pero de tu parte también, porque no me dijiste que Presley te había platicado sobre Noelia , no quieres arranques de celos, los controlaré, no quieres sexo y en su lugar prefieres que salgamos como dos adolescentes, lo haremos, porque entiendo tus argumentos y comprendo que estés asustada por la forma en que terminó tu relación con Brandon y por lo que le pasó a tu amiga, pero ni tú eres ella ni yo soy él.
- Lo sé, no me estoy comparando con ellos, pero vi tan devastada a Victoria que no quiero pasar por lo mismo y sí, también tiene que ver con la manera en que terminaron las cosas con Brandon, no quiero que se repita la historia y la verdad sí me asusta que lo nuestro no tenga un final feliz, por eso las nuevas reglas, es mejor saber ahora lo que realmente nos une que después cuando haya pasado más tiempo y nos arrepintamos.
- Yo jamás me arrepentiré de haberte conocido, sin importar las circunstancias, quizá esa era la única forma en que hubiéramos coincidido en la vida, entonces, ¿estás dispuesta a escuchar todo lo que tenga que contarte?
- Sí... pero no quiero detalles sórdidos.
- Está bien, esos los reservaré para mí.
- Ok, te escucho.