Oficialmente damos inicio a esta segunda temporada, que sé les va a encantar incluso más que el primer libro. Les juro que le he metido tanto empeño a la trama, que no van a poder evitar emocionarse con el mar de personajes nuevos, con los giros repentinos y con toda la historia que les traigo preparada.
Porque va a estar bombisimaa.
Como con el libro pasado, todas las actualizaciones serán los días martes. #MartesDeHipoteca JAJAJA.
Así que para mantener al tanto, las invito a seguirme, a votar y a comentar! Así esta historia llega a muchas más de ustedes, lo que me haría muy feliz.
Sin más que decir, espero que se lo disfruten de principio a fin y...¿Por qué no? Empezar a especular que puede pasar en el segundo capítulo.
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La cabeza me zumba, mi cuerpo se siente ligero y el eco del alrededor se me hace indescifrable pero lentamente mis pensamientos se comienzan a hacer más sonoros en mi cabeza; Señal de que estaba regresando de mi estado de inconsciencia pese a que las palpitaciones dentro de mi pecho seguían siendo predominantes.—¿Cuánto tiempo lleva así?— Entre el vaivén de que si estoy pero no completamente, descifro percibir la voz de una mujer en algún lado de mi alrededor.
Un segundo locutor, responde a su pregunta.
—Cinco minutos aproximadamente. Se ha ido al suelo en la sala de emergencias.
—¿Sala de emergencias, eh?— Toma mi muñeca y siento que aprieta la yema de sus dedos contra una de mis venas, auditándome el pulso —, ¿Alguien sabe por que estaba ahí? ¿Venía por alguna sintomatología específica, enfermedad?
—No doctora. Antes de desmayarse le vi hablando con el doctor Khalan pero en ese momento entraron los dos casos de traumatología y entonces se quedó sola. Pero a los dos segundos se vino al suelo, de inmediato.
—Ya veo.
La encargada y quien había estado hablando de mí, pone sus dedos sobre mi párpado y con alta delicadeza, abre uno de mis ojos de par en par haciéndome ver su silueta de golpe, algo borrosa, pero despabilando mi consciencia hasta mi cuerpo, anclando mi mente de nuevo a la tierra sacándome del desmayo. Dada que la luz de la linterna me apuntada, está me cega y por reflejo cierro el ojo con la fuerza suficiente como para sacarme su dedo de encima. Entonces, la doctora retrocede y con un suspiro aliviado, anuncia lo que ya era evidente:—Vale, ya has vuelto. ¿Podrías decirme tu nombre?
Mi mente divaga, la sensación de tener sudor sobre mi cuerpo permanece e intentando recuperar la compostura, me pongo erguida sobre la camilla y parpadeo varias veces para atenuar la intensidad de las luces blancas de la habitación. Una vez lo he hecho, me encuentro con una doctora de unos 50 años aproximadamente, de cabello rojo y sería expresión que transmitía profesionalismo mientras que a su costado, una mujer de unos 30 años me veía más jovial, por lo menos con una sonrisa.
—Mi nombre, sí— Tomo mi cabeza y estabilizo el mundo a mi alrededor que no quería dejar de dar vueltas. Aprieto un poco los ojos y vuelvo a ella, con la voz ronca —, Es Emilia, mi nombre es Emilia.
—Bien Emilia, ¿sabes en donde te encuentras?— Le hace una seña a la enfermera y está sin necesidad de tener mayor explicación, toma una de esas cosas que te ponen sobre el brazo y con un gesto dulce, toma mi extremidad y aprieta el elástico alrededor de mi piel dejándolo ajustado.
—En el New London.
—En el New London sí, eso es correcto— La pelirroja que traía en la letrilla de su bata el enmarcado de Kyle, aprieta un botón de la máquina y este se empieza a inflar apretando incluso más mi piel bajo ella. Aunque no iba con recurrencia al doctor, ya sabía que estaba midiéndome la presión arterial —, Vale Emilia, al parecer traes la presión algo baja. ¿Puedes contarme exactamente qué estaba sucediendo antes de que te desmayaras?
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Amor en hipoteca
RomansaVíspera de navidad. Un mes después de que Noah la dejara plantada en el altar. Un mes con el cual, se ha propuesto olvidar a Noah con el año viejo. Sin embargo, una tragedia los vuelve a unir y ahora el corazón roto de Emilia se ve en peligro de...