— Yo la vi primero romeo —musito el ebrio rubio, su mano temblorosa se aferro al marco de la puerta para detenerse.
La mirada oscura de Trevor demandaba hostilidad y peligro, mis labios parecían estar sellados cuando quise hablar.
—te voy a decir esto una sola vez ¿entendido? —resoplo pesadamente y trato de tener un poco de cordura para volver a hablar. —aléjate de ella, si quieres seguir respirando.
—Aléjate tú —dijo el rubio imprudente.
—Niñito... mas te vale irte —la figura amenazante de Trevor se planto a la defensiva frente a Jason, sus ojos eran más oscuros y la bestia dentro de él se perfilaba peligrosamente.
Aquello iba a terminar mal, yo no quería ser la culpable si Trevor le atizara unos buenos golpes.
Puse la mano en el pecho de Trevor para alejarlo de aquel borracho inoportuno, sus ojos se clavaron en mí y minimizo la letal mirada que tenia.
Encare a Jason como debía haberlo hecho desde un principio y lo jale fuera de la entrada, lo avente sobre sus amigos.
— Preciosa, voy a regresar —dijo Jason con una amenaza en la voz.
—Ni lo pienses —espete con irritación, sus amigos se lo llevaron casi arrastrando.
Me gire y vi como se alejaban por la carretera, Trevor seguía parado en la entrada de la casa, camine hasta él y su mirada furiosa me reñía.
La suela de su bota aporreaba el piso de madera con pesadez, su cara expresaba furia.
— ¿vi... vienes por tu coche? —me aventure a hablar a la primera y mis palabras salieron atropelladas.
— ¿por qué te viene a buscar un hombre a las 3 de la mañana? —me pregunto ignorando por completo lo del coche.
Mis dedos temblorosos se aferraron al borde de la manga de mi pijama, sus carnosos labios estaban apretados por el enojo.
Pero está muy equivocado si él creía que me podía reclamar algo.
— ¿por qué estas tu aquí a las 3 de la mañana? —le respondí con valentía.
—Vengo por mi coche —su voz sonó más calmada.
Camine hacia la sala y saque las llaves del pequeño cenicero que estaba en el centro, regrese de nuevo y le puse el pequeño llavero en la mano.
—Que te vaya bien —jale la puerta para cerrarla, su bota se interpuso en la esquina de la puerta impidiendo cerrar de un portazo.
—Déjame entrar —demando con autoridad.
Jale con fuerza la puerta pero el gano como era de suponerse, me agarro de las muñeca y entro a la casa cerrando la puerta.
—Suéltame... tienes que irte —trate de soltarme pero sus manos se aferraron mas a mí, sus dedos estaban apretando mi piel.
— ¿quién demonios era ese tipo? —la voz le temblaba de coraje. —maldición, Kendra contéstame ¡quién es ese tipo!
La piel enrojecida de mis muñecas dolía, sus ojos verdes me quemaban con la mirada.
—Nadie —forceje con el sin lograr soltarme. —me haces daño Trevor ¡SUELTAME!
—dile a ese “Nadie” que si se te vuelve a acercar le voy a sacar hasta el alma de la paliza que le voy a dar. —dijo, las venas de los brazos se le marcaban, su mirada estaba ensombrecida de coraje.
Todo pasaba tan rápido, la bestia dentro de él se despertó ¿Qué se puede hacer en estos casos?… piensa Kendra piensa. >>CORRER<<
Olvidar lo de correr por que sus manos me tienen encadenada hacia él, sus labios me asaltaron con un reguero de besos por todo el cuello.
Sus brazos me rodearon con seguridad, aquellos carnosos labios me estaban derritiendo como mantequilla, mis piernas estaban temblorosas.
—No… no... ¡Trevor! Detente —le dije, alejándome a regañadientes de él.
La puerta de la habitación se abrió de golpe, Angie se restregó los ojos y nos miró con detenimiento, las mejillas se le tiñeron de rojo.
—creo que llegue en “Mal momento” —dijo, la rubia reprimiendo una risita burlona.
Aproveche aquellos valiosos segundos de descuido de Trevor y me separe de su lado, me plante alado de Angie y me miro ansioso.
—No, de hecho él ya se va —respondí, con un poco de inseguridad.
La mirada suplicante de Trevor causaba un revuelo en mi pecho, algo a lo que no le encontraba explicación me hacía sentir algo extraño por él.
Toda insinuación de alejarme de él fue desechada en ese instante, su mirada parecía tan sincera.
Bajo la vista y se despidió de nosotras, sus manos temblaban por tenerme de nuevo entre sus brazos, pero lo más raro era que yo tenía una necesidad de que me estrechara contra su pecho y oler su tan varonil aroma.
Algo en mi estaba cambiando y tal vez no era tan malo.
El resto de la madrugada no pude dormir pensando cada una de las decisiones que iba a tomar, me la iba a jugar por él.
Tal vez alejarme de él iba a ser cosa del pasado, no lo conocía bien pero su mirada me destruía por dentro cada vez que me miraba. Estar con él iba a destrozarme, pero estar sin él iba a fragmentarme por dentro.
Experiencia con los hombres no tenia, pero el merecía el esfuerzo.
Las palmas de mis manos estaban adoloridas de tantas veces que clave mis uñas en ellas por la presión que sentía. Y la lluvia contra el cristal de la ventana era mi detonante mental.
—Vas a hacerle un agujero a la cama si no te dejas de mover —dijo Angie.
Avente las sabanas que cubrían mi afligido rostro y la mire, sus rubios mechones caían por todo su rostro.
— Estoy tan confundida —le susurre con temor, “temor a pisar terreno desconocido.
Un almohadazo me golpeo suavemente el rostro, acompañado de una risita nerviosa.
— ¿miedo? —me pregunto.
No podía decirle que no tenía miedo porque era más de lo que podía retener.
— Kenny, ¿te gusta él verdad? —me arremolino la pregunta en el fondo del alma, toda esta situación me tenia abrumada.
Miles de emociones calcinaban mi corazón. Yo no quería que nadie me interesara, yo odiaba todo eso del amor y cursilerías.
Un dolor se situó en mi corazón, yo estaba programada para lo peor.
—no quie… —dije con la voz temblorosa, los demonios en mi cabeza gritaban con euforia comprimida en mi mente, tome aire y volví a hablar con coherencia. —no quiero que me guste.
Tomo unos minutos para que mi mejor amiga volviera a hablar, su mirada pérdida me sembró la curiosidad por pensar todo lo que se planteaba en la mente Angie.
—no todos son como Hugo. —respondió, Angie animadamente.
—Lo sé —espete con tranquilidad. —algunos son peores.
La mano de Angie me revolvió el cabello.
—Dale una oportunidad —dijo mi mejor amiga.
—no puedo… me va a destrozar el corazón. —le asegure.
Mi voz se fundía más, con el miedo que existía en mi cuerpo.
— y si pasa eso, no lo voy a soportar ¿me entiendes? —le dije, sus ojos azules me miraban con preocupación.
Todos tenemos miedo a que nos devasten emocionalmente ¿verdad? :’( , en otras noticias … ya tengo compu nueva!! Así que ya puedo escribir libremente YAAAY!:D –Aly
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McLoughlin
VlkodlaciTrevor McLoughlin despiadado guerrero irlandés, bajo su piel vive la bestia que sale cada luna llena quitándole el control absoluto de su persona. Kendra Donovan perseguida por su pasado ,asustada por su presente y aterrada del futuro. Huir de él n...