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Sus manos temblaban, su corazón latía rápidamente de los nervios y no dejaba de comer un sánguche de milanesa, siempre que estaba muy ansioso comía hasta acabar con toda la heladera, sólo que ésta vez se pudo controlar (éste era el tercer sánguche de milanesa bien cargado que comía). Él pensaba y pensaba en cómo decirle ésta noticia, aunque su mejor amigo ya se adelantó por medio de un mensaje, igual quería saber cómo será su reacción, en cierto momento de temor se imaginó que su amado no quisiera al bebé.

Oh no pienses demasiado Argentina, eso es algo imposible.

Los pasos cercanos le hicieron dar un brinco en su lugar y tratar de tragar todo el sánguche, resultando difícil y tarde para cuando Estados Unidos llegó a la habitación y lo encontró con sus mejillas llenas de pan y todos los demás ingredientes.

—honey? are you ok?—. preguntó acercándose rápidamente a su esposo, el argentino se tomó su tiempo para tragar el pedazo de sánguche que aún seguía en su boca. Hasta que logró hacerlo, sonrió un poco apenado por tener que verlo comer así.

—ah ya llegaste...—. rió con nerviosismo, notó que Estados Unidos estaba esperando algo de él, como si quisiera que le dijera cierta noticia que tenía para él. Tomó delicadamente las manos del norteamericano, suspirando después tratando de estar calmado y levantó la cabeza para ver a los ojos azules de su esposo, tan hermosos como dos zafiros que le brindaban confianza. —amore mio, yo... yo quería decirte que ha-hablé con OMS, él me dijo que era muy fértil y que si po-podía tener bebés—. su voz tembló ligeramente por la emoción, USA sonrió y pidió que continuara hablando. —bueno ah... me hicieron una revisión y y-yo... yo estoy embarazado, vamos a tener un bebé yey~—. lo último sonó despacito, no podía con los nervios y se le dificultó tanto hablar.

—oh my love—. el anglosajón tomó en brazos a su esposo, abrazándose y levantando a Argentina haciendo que sus pies ya no toquen el suelo, dió vueltas con él y riendo con mucha felicidad. —¡soy el hombre más afortunado del mundo!—. gritó con una gran sonrisa en su rostro. Argentina no pudo aguantar las lágrimas y dejó caer un par, estaba igual de feliz que su amado haya tomado ésta noticia con la mayor alegría posible, pronto iban a tener por ahí corriendo al fruto de su amor. —¿y cuánto tiempo llevas?—. preguntó al bajarlo y seguir rodeando su cuerpo con sus brazos.

—¿te acordás la noche de San Valentín?—. lo dijo con una voz suave y una sonrisa tímida. USA no tardó en recordar y que sus mejillas adquieran un leve tono rojizo, claro que se acordaba con todo y detalles. —creo que si llegaste a hacerme un hijo... y yo que quería un queso ahre—.

—do you know what that means? (¿sabes lo que eso significa?)—.

—¿qué voy a parecer bombo Tehuelche?—.

—no, que ahora voy a tener que darle mucho amor a ambos—. repartió varios besos por las mejillas del argentino, oyendo sus ligeras carcajadas y después darle un tierno beso en sus labios. —te amo tanto, alegraste mi día y mi corazón con ésta noticia, mi adorado esposo—. Argentina enrojeció abrazándose al mayor para que no viera su rostro, seguro parecía un tomate por lo rojo que estaba. El norteamericano no cabía de la felicidad, así que continuó abrazando con mucho cariño a su querido argentino.

Una noticia bonita para algunos, pero la peor de todas para otros.

No sólo llegó a oídos de varios países amigos y aliados, también fueron sabidas por los que estaban disgustados con ese matrimonio.

Filipinas no creía que fuera cierto, pero la sonrisas de Rusia y Corea del Sur le daban veracidad a ésto, se sentía como una patada en la cabeza. No contuvo sus emociones y, literalmente, destruyó su sala para desquitar su rabia en alguna cosa. El ruso disfrutaba ver cómo alguien caía tan bajo, mínimo hubiera mantenido la compostura como todo hombre maduro pero terminó haciendo una rabieta, se veía tan patético.

—destruir tu casa no hará que Argentina deje de estar embarazado. perdiste, hace mucho tiempo que lo hiciste—. dijo el coreano sujetando una taza con té, también le parecía ridículo explotar por algo que ya no debería importarle. —ten un poco de dignidad y detente—.

—¡no pienso hacerlo! no sólo me ha dejado mal visto, ahora se embarazó para restregarme en la cara que puede darle un hijo a America y ¡yo no!—. otra vez mandó a volar la mesa ratonera, se sentó en el sofá sujetándose la cabeza e intentar recuperar el aliento. Sentía tanto odio por el argentino, se hacía ver como si fuera mucho mejor que él. Primero hizo que USA se enamore de él, luego logró que se casaran, le mostró en la cara que su matrimonio era feliz y sexualmente activo, ahora le da a conocer que puede embarazarse y se embarazó de Estados Unidos.

Rusia sonreía sutilmente mientras lo observaba, el filipino estaba tan acabado y sabía que no podía hacer absolutamente nada. Le traía una agradable sensación ese sufrimiento.

Por otra parte, Turquía también se sentía en la gloria al presenciar a ese europeo ahogarse con su rabia, teniendo que guardarse ese odio que resultará inútil después de todo. Fué como éxtasis decirle con una sonrisa de oreja a oreja que su ex esposo, no solamente es fértil, sino que también estaba esperando con mucha alegría un hijo de Estados Unidos.

Irlanda ardía de la furia.

—ese desgraciado, arruinó mi matrimonio, se casó con mi ex esposo¿y ahora lo embaraza?—. se volteó mirando la sonrisa de la turca, sus oscuros ojos lograban causarle escalofríos y a la vez veía en ellos burla, se estaba riendo internamente de él. —eres una maldita víbora, dijiste que no querías a ese americano con él—.

—todos mentimos para sacar beneficios, tú fuiste el gran ingenuo que creyó en mí—. la mujer caminó alrededor de él, similar a una víbora que rodeaba a sus presas para después aplastarlas. —yo te quería lejos, yo arruiné tu asqueroso matrimonio, hacías sufrir a mi sol de plata y debía hacerte pagar—.

—¿qué estás diciendo? ¿cómo puedes ser tú la causante? ¡USA llegó ebrio a mi aniversario, él dijo todas esas patrañas para que Argentina me dejara!—. rápidamente Turquía sujetó su cuello, apretadolo y dejarlo sin poder hablar. Sus ojos destilaban un leve brillo rojizo, tentada a acabar con el irlandés.

—yo lleve a Estados Unidos hasta esa oficina donde cometiste el pecado, China lo emborrachó y lo trajo hasta esa patética fiesta, yo dejé ese micrófono a manos de él—. el europeo quedaba más sorprendido al escucharla, ¿todo fué planeado?. —sé por cuánto tiempo te acostabas con Reino, tuve que hacer que cayeras directamente a la boca del león, arruiné esa mentira de matrimonio—. aligeró su agarre dándole la oportunidad a Irlanda de poder hablar y respirar mejor.

—¿por... por qué después quisiste ayudarme a envenenar a USA?—.

—nunca quise envenenar a USA, mi idea era dejar tus huellas y que fueran a parar a Argentina los venenos, fué peligroso pero... ¿a quién le creyó ONU? ¿a ti o a mi?—. la ficha cayó para el irlandés, la organización dejó libre a Turquía y a él lo sancionó tres veces dejandolo sin poder participar en las reuniones y obligado a mandar sólo representantes. —quise vengarme de tí y lo logré, USA no sólo hizo que te alejaras de Reino y de Argentina, te hizo quedar como la peor escoria que puede existir—. finalmente lo soltó con brusquedad, cayendo al suelo y quedar a los pies de la mujer del Medio Oriente. —buenas noches, Irlanda—.

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Amo mucho a mi Turquía.

💬𝗪𝗵𝗮𝘁𝘀𝗔𝗽𝗽²☁️ᶜʰ|ˢʰ|ᶜʰ|ᵒʰ|ᵖʰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora