💬𝗪𝗵𝗮𝘁𝘀𝗔𝗽𝗽²☁️ᶜʰ|ˢʰ|ᶜʰ|ᵒʰ|ᵖʰ

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El matrimonio es un acto que tiene un significado muy importante en la vida de una persona, más que nada es un símbolo de unión y compromiso a la persona que ama, no se trata de uno y uno sino de ser dos en uno, dos cuerpos y una sola alma. Lo sabía con exactitud, sabía que su vida iría a otro nivel ante la decisión de contraer matrimonio con la persona que le trajo amor, alegría, confianza, seguridad y tranquilidad. Es curioso pensar que llegó casualmente a su vida, que se entrometió tanto que ahora era muy importante y lo tenía en un sitio especial en su corazón, estaba enamorado y dispuesto a hacer su vida junto a él.

Mendoza, el más olvidado y casi excluido del grupo, durante su existencia hubo períodos difíciles para él que lo afectaron emocionalmente (sin llegar a destruirlo completamente, por suerte), encontró consuelo en su hermano Neuquén y en Rocha siendo sus únicos pilares en tiempos complicados. Cuando las relaciones entre los argentinos y estadounidenses fueron haciéndose más cercanas, Nuevo México se le acercó dispuesto a conocerlo y crear alguna relación con Mendoza, no creyó que llegaría a encantarse.

Nuevo México empezó a sentir un gusto, el interés crecía y cada vez sentía que debía quedarse a su lado, se arriesgó en defenderlo en ocasiones y fué alguien más que se iba ganando la confianza del mendocino, hasta que supo que no había vuelta atrás en sus sentimientos. Se enamoró profundamente, amaba a Mendoza, haría lo que fuera por su seguridad y a curar cada herida en su alma. Mendoza vió sus intenciones, obviamente dudó a la primera pero con unos consejos se animó a aceptar lo que el norteamericano hacía por él, se dedicó tiempo para conocerse y entablar algo más íntimo.

Así fué como entre ambos una llama iba en aumento, el amor se presentó y dejaron que sus corazones se unan, Mendoza lo aceptó y Nuevo México se dispuso a todo. La relación tuvo un buen camino, el norteamericano le daba ayuda al argentino para integrarse a los demás y superar el pasado, era como una liberación a toda cadena que lo tuviera cautivo.

Al estar en una estabilidad, se dió el siguiente paso a algo sumamente especial para los dos...

«Mendoza, ¿aceptas casarte conmigo?» fué la pregunta que le hizo Nuevo México una noche, el corazón de Mendoza dió un vuelco entero, con los ojitos brillosos se abalanzó a su amado y aceptó casarse.

Decirles a sus padres no fué difícil, Argentina y USA daban su permiso para que su unión sea posible y comenzaron con los preparativos para la boda. Una semana para preparar una ceremonia, Mendoza sentía muchos nervios al pensar que después de casarse estaría todos los días con Nuevo México según dicta las normas, como provincia seguiría su trabajo pero en la comodidad de su residencia que Argentina o Estados Unidos le darían para vivir junto a su esposo. Siempre ha querido despertar sabiendo que Nuevo México estaría allí, que al comienzo del día se verían y al final también luego de una jornada de trabajo.

Las vueltas que da la vida, quién sabría que esto pasaría.

El gran día llegó, la ceremonia se haría en el jardín de la Casa Rosada con ciertos invitados para mantener esto en algo reservado entre familiares.

Mendoza seguía viéndose en el espejo, vestido con un traje blanco que le daba una imagen de pureza, su corazón latía desenfrenado ante la emoción y sus mejillas coloradas como dulces cerezas. La puerta se abrió causándole sorpresa, Neuquén estaba ahí bien vestido con una caja en sus manos, sonrió enternecido por mirar a su hermano tan hermoso en su día especial.

——Mendoza, mi copita de vino, estás muy bonito—. dijo cerrando la puerta y acercándose, acarició con cariño la mejilla del mendocino. ——estoy re feliz por vos, espero que tu vida a su lado sea próspera—.