Capítulo 13. Anne. Confesando falsos sentimientos.

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— …y en esa zona hacen estudios intensivos sobre las estrellas. — Taylor y yo nos quedamos en la gran zona redonda llena de varias puertas. Dentro de ellas hay muchos aparatos que sirven para estudiar diferentes partes de las estrellas y esas cosas. — ¿Qué te ha parecido esto? — Tay aparta la vista del lugar para centrarse en mí.

— Es…impresionante. — su mirada se aparta de mí un instante y después me mira, pero en sus ojos hay un brillo distinto. — Quería hablar contigo de algo…serio.

Lo miro negando, ya sé a qué se refiere. — No Taylor, no quiero hablar de eso.

Él me mira con súplica en sus ojos. Se ve tan vulnerable que casi me hace ceder. — Anne por favor, tu eres la única que puede ayudarme a entender lo que me pasa con…

— No. — lo interrumpo bruscamente, negandome a hacer frente a esta conversación. — Simplemente olvídalo Tay.

— ¿Por qué? — su mirada es de pura confusión. Está claro que no entiende porque no quiero hablar del tema.
No puedo simplemente decirle "te estás enamorando de mí" porque entonces él me preguntaría si yo siento lo mismo y no podría mentirle, soy pésima en eso.

Pienso unos segundos hasta que se me ocurre una buena excusa. — Porque está mal.

— ¿Y por qué se siente tan bien? — su pregunta me toma por sorpresa. ¿Y ahora qué le digo? Está claro que si le digo la verdad él entenderá qué no es malo. — Anne. — levanto mi mirada a él. — No es malo, ¿por qué me mientes?

— Taylor, esto no está bien ¿vale? Intenta olvidarlo.

— No puedo, sólo dime qué es lo que me pasa, y te dejaré en paz con el tema. — él me mira fijamente. La determinación es clara en sus ojos. Está claro que no va a dejarme en paz con el tema hasta que no sea sincera con él.

— ¡Te estás enamorando de mí, ¿vale?! Eso es lo que te pasa. — aparto mi mirada de él. Seguro que ahora me está mirando con intensidad, no creo que pueda soportar su mirada fija en mí.

Noto su presencia cerca pero no me atrevo a mirarlo. No puedo.
Taylor coge mi barbilla con su mano y sus ojos verdes me miran. Tienen un brillo intenso, y mi corazón empieza a latir rápidamente. — ¿Y tú? - susurra a centímetros de mí cara. Puedo notar su aliento chocando contra mis labios.

Me aparto rápidamente cuando advierto la poca distancia y lo miro. En su rostro hay una expresión dolorida. Mi rechazo le ha dolido. — Yo… — no soy capaz de encontrar mi voz. Taylor sigue mirándome fijamente, expectante a mi respuesta. — …yo no Taylor, lo siento. — no lo miro a los ojos, lo único que hago es correr cómo una cobarde para huir de él.

(…)

Dos horas más tarde estamos en una de las naves de aquí, más moderna y más apta para atravesar la atmósfera terrestre. Taylor está alucinando con lo grande que es, y el hecho de que tenga pequeñas habitaciones. Yo he decidido quedarme dentro de una de ellas, ahora mismo no me conviene estar cerca de él.

Cuando cruzamos la atmósfera terrestre la nave empieza a ir a tanta velocidad que tengo que salir, sentarme en los asientos de fuera (lo más alejada posible de Tay) y ponerme el cinturón de seguridad.
Unos minutos más tarde la nave se posa sobre el suelo. Bueno, mejor dicho, sobre la plataforma en la que se posan las naves que llegan.
Las puertas se abren, y en ese momento la luz del sol y el aire fresco de la Tierra nos recibe. Es una vista maravillosa. Después de tres meses, estar de vuelta es una sensación indescriptible, con estas cosas es cuando me doy cuenta de lo afortunados que somos los humanos por vivir en un sitio tan bonito.

Taylor sale, y puedo ver cómo sus ojos se abren. Las lágrimas empiezan a agolparse en sus ojos. Está emocionado. Eso me hace sonreír sin pensarlo. Me alegro por verlo de esta manera. — ¿Qué te parece esto Taylor? — mi padre pone una mano sobre su hombro cariñosamente.

Marte, nuestro futuro ©✔️ El Espacio #1 {Pendiente de editar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora