Marte, nuestro futuro ©✔️ El Espacio #1 {Pendiente de editar}

Capítulo 16. Taylor. No es por celos.

— Creo que está enfadada conmigo. — afirmo mirando a Luna. Ella niega frenéticamente.

— Está celosa, que es diferente.

— Es que… — dudo varios segundos si debo decirle lo que pasa. Ella me mira esperando a que hable. — No importa.

— ¿Qué pasa? — insiste echándose para atrás en su silla.

— Se va a mudar.

— ¿Cómo? — abre los ojos realmente sorprendida. — No puede hacer eso, así no pasaréis tiempo juntos.

— De todos modos se pasa la mayor parte del tiempo en su habitación. — ella entonces niega de nuevo. — ¿Qué quieres que haga? No me hace ni caso.

— Creo que vamos a tener que decirle lo que estábamos haciendo, puede que eso consiga bajarle los celos…

— ¿Tú crees?

— Claro. Vamos ahora. — se levanta y deja un par de billetes sobre la mesa.

Baja las escaleras y llegamos a la segunda planta del starbucks. Allí nos encontramos con Arthur. Está realmente mal. Lleva una chaqueta negra y está bastante rasgada. — ¡Dios mío Arthur, ¿qué te ha pasado?!

— Cálmate, Luna. Estoy bien. — se dirige al mostrador, donde él chico que hay detrás le da una mirada curiosa. — Un caramel macciato, por favor.

— ¿Enserio Arthur? Eso solo lo pides cuando…

— Callate Luna, enserio. — le da el dinero correspondiente al chico y coge su vaso.

Sale por la puerta rápidamente, pero eso no le impide a Luna seguirlo. — ¡Arthur para!

— ¡Qué me dejes en paz!

— ¡No! ¿Has vuelto a hacerlo verdad? — él pone una mueca avergonzada. — ¡No me jodas! ¿Por qué lo has hecho? ¡Si ya ibas bien!

— ¡Deja ya el tema!

— ¡Arthur, estás obsesionado!

— ¡Te equivocas, lo necesito!

— ¡A eso se le llama obsesión! — Arthur no añade nada. Baja la cabeza y suspira. Después la vuelve a alzar para darle un sorbo a su vaso. — ¿Qué te han hecho esta vez?

— Bueno…¿podríamos hablar de esto en otro lugar que no sea frente al jodido Starbucks? — Luna asiente y me mira, invitándome a seguirlos. Arthur mira a Luna con duda.

— No dirá nada. — asegura Luna.

Empiezan a caminar y yo los sigo de cerca. Se paran tras un callejón a dos calles del local. — ¿Y bien? — inquiere Luna mirando a Arthur.

— Esta vez no han sido los de mi equipo. — eso me confunde. ¿Equipo? ¿De qué habla? — Hemos ganado, y digamos que los del equipo contrario no se lo han tomado muy bien.

— ¿Han sido ellos los que te han hecho eso?

Arthur asiente. — Cuando he cruzado la meta se han acercado los del equipo contrario furiosos. He tenido que salir corriendo del coche, huir de ellos.
»Me han pillado en una esquina y bueno…así me han dejado.

— ¿Me lo podéis explicar? — cuestiono dudoso.

— Yo…digamos que tengo cierta obsesión con las carreras ilegales de coches. — empieza diciendo Arthur.

— ¡Menos mal que lo admites!

— …bueno, no con las carreras en si, sino la adrenalina que me produce, ¿sabes? — termina su explicación, haciendo caso omiso de la exclamación de Luna.