Capítulo 21. Anne. Una visita inesperada.

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Tengo frío. Me arrastro por la cama hasta que llegó a Tay, aún con los ojos cerrados, y me pego a él como una lapa. Dejo mi cabeza recostada en su pecho y mi brazo por su cintura. Siento cómo se remueve un poco y pasa su brazo por mi cintura.

La alarma de mi móvil suena un par de minutos después. Estiro mi brazo libre para coger el móvil y apagarla. Cuando miro la hora, y veo que son las 7:00 de la mañana, intento separarme de Tay, porque tengo que ir a trabajar, pero él hace fuerza y me pega más a él para que no me levante.

- Taylor...

- Mmh. - otro apretón. Sonrío.

- Tay, tengo que ir a trabajar.

- No. - esconde su cara en mi cuello y me abraza fuerte.

- Enserio, se me hará tarde. - intento separarme, pero él deja un pequeño beso en mi cuello que me provoca un pequeño escalofrío en el cuerpo.

- ¿Por qué tienes que trabajar?

- Para ganar dinero, cariño. - sonrío de nuevo cuando hace un sonido parecido a un gruñido y se separa un poco para mirarme.

- Bueno, te dejo solo porque me has llamado cariño.

- ¿Te gusta que te llame cariño?

Se incorpora un poco y me mira pensativo. - No. Prefiero de otra forma. A ver, yo te llamo a ti Marcianita. Veo justo que tú me llames con algún mote divertido.

Enarco una ceja. - ¿Y con cuál mote?

- Eso lo tendrás que pensar tú, Marcianita. - sonríe separándose de mí. - Te dejo que vayas a trabajar, yo me quedaré en la cama un par de horas más. - se acomoda mejor en la cama.

Que envidia.

Lo bueno es que a partir de mañana tendrá que levantarse temprano. Mañana es el examen, y los días siguientes tendrá que ir a clase, así qué no le quedará de otra.

Me levanto y me pongo mis zapatos de ir por casa. Salgo de la habitación y, cuando voy a cerrar la puerta, escucho los ronquidos de Tay de nuevo. Que facilidad para volver a dormirse. Me dirijo a la cocina con la esperanza de comer cualquier cosa antes de vestirme e irme cuando mi móvil suena. Y es Luna.

Vale, tengo miedo.

- Dime, Luna. - pongo el manos libres y dejo el móvil en la encimera, justo al lado de la nevera.

- ¿Estás ocupada en este momento?

Abro la nevera y la reviso para ver qué puedo desayunar rápidamente. - ¿A parte de arreglarme para ir a trabajar? Nada.

Escucho una risa por su parte. - Que graciosa la astronauta. Es que necesito que me hagas un pequeño favor.

- ¿Ahora? Tengo prisa y...

- No hace falta que vayas a ningún sitio, sólo que me llames cuando haga falta.

Frunzo el ceño confusa. - ¿Cómo?

- Vale, te pongo en contexto: Tengo una cita. - como veo que no añade nada, hablo.

- Una cita, ¿con quién?

Suelta un suspiro. - Con una chica.

- Me lo imaginaba. - suelto una pequeña risa divertida. - ¿Que pasa?

- Pasa que...estoy muy nerviosa.

- ¿Por qué?

- Pues porque me gusta mucho, pero siento que la voy a cagar diciendo algo fuera de lugar. Y no quiero cagarla.

Marte, nuestro futuro ©✔️ El Espacio #1 {Pendiente de editar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora