Capítulo 17 - Amnesia

11.6K 603 27
                                    


En ese exacto momento, Max entró en la habitación que seguía con la puerta abierta. Se detuvo al mirar mi cara y la de mi hermano. Nos miraba a los dos a la vez.

—¿Pasa algo? —preguntó irguiendo una ceja—. ¿He venido en mal momento? —al ver que ninguno contestaba continuó—. Si queréis puedo volver en otro momento.

—No —mi hermano, por fin, salió del ensimismo—. Yo ya me voy. Creo que es mejor volver en otra ocasión.

Mi miraba. Pero yo no podía decir nada. Estaba estupefacta con todo lo que acababa de soltar. Miré a Max. He pasado gran parte del escaso tiempo que habíamos compartido peleándome con él. Por cosas, que al final de cuentas, eran una mentira, un error. Un error de mi hermano. Entonces, antes de que yo pudiera decir alguna cosa, mi hermano dio media vuelta y se perdió por la vida. Se fue, sin decir nada más. Ni adiós. Max lo miró confuso, cuando este pasó por la puerta. Entró en la habitación.

—¿Qué ha sido eso? —me preguntó.

—Eso ha sido la mentira que fue mi vida durante estos últimos años —lo miré y pude ver que su rostro buscaba una respuesta más evidente. Yo también necesitaba respuestas—. ¿Por qué no me has dicho?

—¿El qué, amor? No sé de qué hablas.

—¡Basta! —dije con firmeza y lo vi abrir los ojos asustado—, estoy harta de que me hagáis de tonta todo el tiempo. De que guardáis secretos. De que sea la última a saber todo. Harta. Ya basta de tanta mierda. ¿Por qué no me has dicho que Jason era el padre de Max?

—Entonces va de esto... —dijo, colocando las manos en los bolsillos.

—Sí, va de esto. Y tú lo sabías. Me has hecho pensar que ese niño era tu hijo. Casi pierdo mi hijo cuando te veo en esa casa y... —las lágrimas empezaron a caer y la voz me quedó entrecortada.

—Nuestro hijo, o hija, nuestro —dijo Max tranquilamente, acercándose a la cama.

—Vete a la mierda, Max —estaba rabiosa, mi humor dejó de ser amistoso hace un buen rato.

—Veo que estás mucho mejor. Me alegro —se sentó en la cama, con su sonrisa bonita. Lo miré de soslayo como si fuera un perro con rabia. Poco a poco me fui calmando. Él no decía nada. Solo se limitó a quedar allí mudo, mirándome. Por un lado, agradecí ese tiempo que me dio para volver a mi calma. Por otro lado, quería matarlo por todo. Y abrazarlo. Por todo lo que me dijo Jason de él. Pasaron unos buenos cinco minutos en los que estuvimos allí, callados. 

—¿Dónde está Ally?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Dónde está Ally?

—Durmiendo. Se quedó frita a ver una película en la televisión. No te preocupes.

—Vale.

Otra vez, nos quedamos en silencio.

—¿Vas a decirme que te pasa por la cabeza de una vez para siempre, Victoria? —dijo, con un tono muy arrastrado y tranquilo.

Estoy de vuelta© - TERMINADA Y COMPLETA - Novela Corta Romance Erótico +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora