Ser omega no lo hace menos hombre.
Militar de extraordinario registro, hermano mayor, jefe de subordinados o padre primerizo, sea como sea Levi Ackerman se hará respetar y aprenderá de sus errores.
Después de la llegaba de su celo y una noche llena...
Y te pienso, y te pienso. A cada instante te pienso...
Y te extraño, y te extraño. Si tu supieras cuánto te extraño...
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Tercer extra: Memorias.
🎀
Zeke no fue el mejor superior.
Levi debía admitir que en la academia le hizo sentir impotente ante su segundo género. No poder responderle y mantenerse respetuoso, la subordinación de las jerarquías militares. Pero estaba demás decir que también tuvo sus momentos felices.
¡Claro que los tuvo! Aquellos momentos donde se sentía grato el seguir su carrera, de mantenerse apasionado y esforzarse hasta salir graduado y con un buen puesto.
De verdad le daba las gracias a su pasión por la carrera tomada, si no le hubiera gustado, tal vez no hubiera resistido los años dentro de esta. Soportando todo aquello que vivió, desvelándose entre trabajos y asignaciones; escuchando los gritos y demás quejas de los alfas superiores. No sólo le daba gracias a su empeño, también a su crianza y personalidad. Ya que internamente podía ser una persona muy sentimental —que no lo demostrará era cosa de él— pero las sabias palabras de su madre, el trato de sus familiares como el tío Kenny. Por esas pequeñeces reforzó su decisión y siguió en el estudio.
¿Cómo no recordar esos tiempos?. Las noches cuando se rompía en silencio por los sucesos vividos durante el día. Cuando Zeke junto con su grupo lo discriminaba y pisoteaba como un objeto cualquiera. Los escenarios en donde lo asesinaba con la mirada, mientras callado escuchaba sus estúpidos comentarios.
Todo aquello por ser omega.
Pero él siguió.
De su cerebro jamás se borrara aquélla fatídica tarde donde por un descuido de sus labios llegó a responderle, a hacerle frente ante aquel rubio de odiosa personalidad. Ackerman no dudaba que tal vez era un buen sujeto, pero no media su enorme ego.
Entonces como el instinto es grande, ese Jaeger parecía más que herido ante la respuesta del estoico omega. Tanto así que no dudó de usar sus feromonas para intimidar con olores terribles para el contrario, estar a punto de comenzar una pelea a puño limpio para que de una buena vez aquel de cabello oscuro diera baja y por fin conociera el puesto que su subgénero le indicaba.
Hasta que la atención fue tan abrumadora, que después de tres golpes Smith intervino. Y los superiores a ellos tomaron cartas en el asunto.
Pronto el rubio salió graduado y no volvieron a toparse. Olvidando por completo de la existencia del otro hasta que Eren llevo a Levi para las fiestas navideñas.
