Capítulo LI 🦋

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En la penumbra de la noche, nos encontrabamos Andrés y yo, en una pequeña cabaña al norte de la ciudad, después de la fiesta de graduación con amigos y después con los familiares, Andrés me llevó a una cabaña acogedora pero lujosa, no esperaba menos sabiendo que pertenecía a su tío, un hombre de mucho dinero que tenía un profundo aprecio por sus dos únicos sobrinos y su querida hermana Aurora. Era la 1 de la mañana, no habíamos dormido nada pero no queríamos hacerlo, para nosotros aun era temprano. Recorrimos la casa entre risas y juegos, una melodía romántica inundaba cada espacio de la cabaña, nuestros cuerpos unidos danzaban al ritmo de la melodía, sentía su calor y por instantes corrientasos en todo mi cuerpo a los que ya estaba acostumbrada, eramos dos flujos de energía que hacían corto circuito al estar juntos, poniendo nuestras pieles erizadas.

Su suave mano deslizó la cremallera de mi vestido dejando mi cuerpo tan solo con la pequeña tela de mi ropa interior, lo despoje con calma de su vestuario, besé con fervor su torso y algo más, su sabor exquisito era indescribtible, un elixir a mi vida.

Su boca invadía al igual que sus manos cada espacio de mi cuerpo, llevándome sin clemencia a los mas turbios y ardientes delirios. Mi cuerpo y su cuerpo ardían en un abrazador fuego, quemando hasta las mas pequeñas ansias de placer, dejando un rastro de pasión en cada lugar de la habitación. Mas que pasión, era amor. Solo su boca, sus manos, su cuerpo me llevan sin compasión ni descanso a lugares que no existen ni en el paraíso ni en el infierno, es un lugar donde no hay nada mas que sus sentimientos y los míos, un mundo completamente nuestro.

Y su sonrrisa, su resplandeciente sonrrisa dilatan mis ojos por su hermosura, no hay nada mas en este mundo que quiera admirar, ni otros labios que quiera besar, ni otra mirada que quiera leer, solo la del chico que hace temblar mi alma. Solo la de Andrés, siempre fue él, siempre sera el.

Beso sus labios cálidos y siento como mi ser se conmueve al saber que son míos por siempre y para siempre, las lágrimas escapan de mis ojos y una tierna sonrrisa se dibuja en sus labios. Mis dedos recorren su espalda y noto como un escalofrío recorre su cuerpo, dejando a mi merced el control de sus emociones, el placer esta marcado en su mirada y el amor en la mía. Nos miramos y compartimos nuestros sentimientos haciendo de ellos uno solo.

Se recuesta a mi lado, su cuerpo tiembla, le beso la frente y exclamó lo inevitable.

- Te amo - lágrimas se dibujan en su rostro, no se si es amor o nostalgia pero ambas opciones me dan miedo.

Temo a amarlo tanto que no conciba vida sin él, pero... Ya es tarde, le he entregado cada pedazo de mi alma, de mi ser, soy de él en cualquier sentido imaginado.

- Te amare por siempre - y con un beso sella la promesa.

Duermo en su pecho y me siento la mujer mas completa, he encontrado lo que nunca busque pero siempre necesite, su amor.

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