Cumpleaños

1.3K 131 34
                                    

31 de Julio de 1996

Draco jamás había hecho una cosa igual.

El dabia que Potter se despertaba a las ocho y que los muggles se despertaban a las nueve, por lo que a las siete el estaba despierto, bajo despacio con su varita de Knocturn en mano y camino hasta la cocina, en ella busco en silencio la vajilla y lo demás, y cuando todo estuvo listo, pudo voltearse a ver el reloj y al ver que marcaba las 7:30, sonrió con arrogancia, ya que con un poco de ayuda mágica había logrado preparar una taza de café con leche, un pequeño pastel con una H, en el cual había puesto una vela con un 16, con un poco más de ayuda mágica lo puso en una bandeja de plata que el mismo había transfigurado, le puso servilletas, cubiertos, y la levito etrás de el, subiendo por las escaleras para luego apoyarla en el escritorio de la habitación.

-Potter- susurro y el despertó algo sobresaltado.

-Draco... no son ni las ocho- se quejó luego abrio los ojos abruptamente

-Te hicieron al- su voz se atascó cuando sus ojos vieron el pastel con la H y las velas con forma de 16, se tapó la boca y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿No te gusto?- pregunto Draco inseguro retorciendo sus dedos y Harry lloro, Draco se sintió fatal...

-Perdon... yo... soy un idiota... jamás cocine nada pero... quise- el ojiplata se vio interrumpido por unos labios sobre los suyos, un beso dulce, al cual correspondió, Harry lo tomó de la cadera y lo sentó en el escritorio al lado de lo que el rubio le había preparado, sujetó sus caderas con fuerza volvio a besar al rubio, para luego quitarle la varita a Draco, con la cual hizo un pequeño hechizo, el cual lo dejó al rubio en ropa interior, por lo que el ojiverde se tomó el tiempo de verlo de arriba a abajo...

El rubio se sonrojo ante el escrutinio del contrario, e iba a decir algo cuando la lengua de Harry lamió una cicatriz que tenía en la clavícula, producto de un Crucio... uno de muchos...

-Ahora no se si comer lo que hiciste o a ti, y no llore porque no me haya gustado, es que los únicos regalos que recibi en toda mi vida fueron, un pastel de Hagrid a mis 11, la capa de papá, y los suéteres de la señora Weasley- explico Harry.

-Primero desayunas y luego lo vemos- dijo el ojigris presionando un beso en los labios del más bajo, quien sonrió y comio un pedazo del pastel, y volvió a sonreír al sentir el quebradizo de chocolate, pero Draco siento una punzada de culpa, el había sido un niño mimado, pero ningún idiota, y sabía perfectamente que los "amigos" de Harry no eran más que falsos, interesados, y sus sospechas habían sido confirmadas por Severus hacia unos días por una carta, en la cual explicaba un poco la situación, pero le habían prohibido decirle

-Debería escribirle a Ron..- dijo emocionado Harry y las entrañas de Draco se revolvieron.

-No!- gritó Draco ganandose una mala mirada del ojiverde -No... creo que debas las lechuzas... las están interceptando- explicó el tratando de mantener una expresión neutral, y saliéndose con la suya, ya que aparentemente Harry no había notado nada raro, solo había sonreído para luego comer otro bocado del pastel.

-Tienes razón- asintió y siguio comiendo.

•●•●•●•●•

-Draco?- llamó Harry a la tarde luego de terminar sus tareas, el otro contesto un aja.

-Cuando amenazaste a Vernon, tu le dijiste Mi Harry ¿yo soy... tuyo?- preguntó Harry desesperando a Draco, el no quería que Harry pensara que lo veía como un objeto de propiedad

-Por Merlín no!- gritó frunciendo el ceño, por lo que la vista de Harry se desvió a la ventana, era obvio, ¿que esperaba? Se pasó el puño de la remera con furia por el ojo justo cuando la lágrima salió de este, ¿como alguien iba a quererlo? Lo de tomar su mano en los pasillos seguro era mierda.

Su Ayuda (𝘿𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora