Privet Drive n°4

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Resulta que Harry se había vuelto a lo de los Dursley el 27, y Draco vendría hoy 28, por lo que había tenido un día para "limpiar" aunque mucho no había podido hacer.

Su habitación era sencilla, cuatro paredes pintadas de un verde musgo gastado que lo hacía parecer gris, un escritorio de caoba viejo puesto contra la ventana en el cual estaba la jaula de Hedwig y una lámpara apoyada, con su silla, frente a eso y al lado de la puerta un pequeño placard con perchas y cajones, también de caoba, y frente al placard y al lado del escritorio una cama con sabanas grises y una manta marrón, mientras que el piso era de alfombra verde.

El había pasado una aspiradora, y había aprovechado cuando hizo la limpieza para poner sábanas limpias y cambiar esa fea manta marrón por una negra y traer otra verde oscuro, además de otra almohada, había acomodado el placard y limpiado el escritorio

Había hecho los quehaceres de la casa, el jardín y había cocinado un pavo al horno con salsa, papas salteadas, ensalada de lechuga, tomate y zanahoria y había hecho unos panes caseros, del postre se había encargado Petunia, preparando un flan.

¿Sabrían sus tíos sobre su invitado? El creía que le avisaran el mismo día que el llegara, y que ellos no podían oponerse, después de todo era orden de Dumbledore.

La puerta sonó y Harry tuvo miedo, se había puesto unos vaqueros con una camisa roja, algo casual, no quería imaginarse la reacción de Draco al ver todo esto...

-Que esperas inútil! Abre!- gritó Vernon por lo que el joven se quitó el delantal y fue a abrir la puerta... Afuera habían dos personas, Draco Malfoy estaba parado con un hermoso traje negro, acompañado de Severus Snape, quien usaba unos vaqueros negros, una camisa a juego, algo más muggle...

Se escuchó una silla arrastrarse y Vernon Dursley apareció detrás de Harry.

-No queremos caridad- gruñó y Draco frunció el ceño.

-Estoy aquí de parte de Albus Dumbledore, este chico pasará aquí las vacaciones, y se le dejará una cantidad en libras para que ambos estén bien atendidos- dijo Snape con su voz monótona, empujó a Draco adentro, quien tenía en sus manos una bolsa llena de billetes, y desapareció haciendo pestañear de sorpresa a Vernon

-Mas fenómenos! Esto no es una guardería- gruño enfadado el señor Dursley y Harry se enfadó.

-El no es un fenómeno- dijo molesto y Vernon rió estruendosamente.

-Y que es? Tu novio anormal?- dijo con burla, en otra ocasión Harry se hubiese sonrojado, pero estaba molesto, las luces titilaron.

-No. Lo. Llames. Anormal- dijo con voz suave. -Draco, sube- ordenó el ojiverde, a lo que Malfoy subió, sabiendo que el menor tenía todo bajo control... ¿no?

-Te lo advierto! Si haces de las tuyas te irás sin cenar- amenazó el muggle alzando la voz pero con una pizca de miedo.

-No haré nada si no le hablas asi- amenazó Harry y el mayor lo tomo del cuello y lo aplastó contra la pared, el ojiverde luchaba por aire, sacudiendose frenéticamente, aunque comenzaba ponerse rojo.

-Tu, me obedeces a mi, y hoy, irás a la cama sin cenar y mañana sin desayunar- gruñó.

-El... si va a desayunar...- exigió Harry, mientras que rubio espiaba por la parte superior de las escaleras

-No estás en posición de exigir nada tarado- gruñó Vernon y golpeó con fuerza su pómulo, luego su ojo derecho, rompiendo sus anteojos, haciendo que Harry perdiera la cuenta re cuantas veces se le habían roto a causa de sus golpes

-Arriba!- gritó pero Harry estaba de rodillas en el suelo aún adolorido, Vernon pateó sus costillas y Harry gimio.

-¡Dije arriba!- bramó el señor Dursley, por lo que Harry, como pudo se levantó y subió a paso tembloroso,

¿No que el es Harry Potter? Se supone que deben mimarlo! ¿Y los elfos? ¡¿Le pegaron?! ¿Estará bien? ¿Será la primera vez? Se preguntaba el rubio en el pasillo del segundo piso, hasta que Potter apareció tratando de caminar normal, con la cara hinchada y con sangre.

-Aqui- susurró abriendo la puerta que tenía 7 cerraduras de afuera.

Draco entró y vio una habitacion pequeña, una cama, un escritorio, un placard y dos sillas, Potter abrió un cajón, sacó un botiquín, un espejo y comenzó a limpiar su cara, dejando escapar siseos de dolor.

-Tu... dormirás en la cama... yo dormiré en el suelo- afirmó mientras pasaba agua por su ojo hinchado y su labio roto.

-Se que debes tener hambre... bajaré en un momento y te subiré algo- prometió.

-Potter t- Draco se vio interrumpido.

-Yo... se que esto no es lo que esperabas o a lo que estás acostumbrado, y lamento no poder darte esas comodidades, de veras lo hago.. pero esto no es una mansión, ni tengo elfos, ni soy venerado o adulado, solo te pido que no le digas esto a nadie ¿si? Que lo mantengas entre nosotros- suplicó el azabache.

-Mañana... descansa... yo debo estar arriba a las siete para hacer el jardín, en efecto tenias razón, casi no nos veremos, solo... no salgas de la habitación a menosque estés conmigo, o a menos que ellos no estén, no quiero que te pase nada, yo estoy bien, te traeré el desayuno en la mañana- dijo con una lagrima en la mejilla, Malfoy se paro y camino hasta quedar frente a el.

-Tienes razón, yo esperaba una mansión ostentosa, llena de fotos tuyas, que todos te amarán, pero no hay ni una sola foto... y no entiendo porque... mi casa está llena de las mías, y aún así no la siento un hogar, pero esto... no lo merece nadie- se sinceró y Harry lo miro a los ojos sin creerselo, por lo que Draco aprovechó para tomar el paño de la mano de Harry.

-¿Puedo?- pidió y el otro asintió, Draco curó las heridas de Harry y comenzó a reír.

-Quien te viera y quien te ve? Siendo curado por tu enemigo- se burló sonriendo y Harry bufó.

-Eso es pura mierda, yo jamás te odie, sabes... ¿por que rechacé tu mano?- pregunto y Draco aparto la mirada, eso le había dolido, el rechazo, el solo quería ser amigo del niño bonito de ojos verdes, asintió y Harry miró por la ventana

-Tu actitud arrogante, allá en Madame Malkin, tu tenías todo, sabías todo me hacías acordar a mi primo Dudley... no fue porque me cayeras mal, ni siquiera te conocía, tampocofue por tu apellido, o por lo que dijo Ron- confesó el ojiverde y el rubio miró al suelo

-Si... era algo quisquilloso...- admitió Deaco con una mueca

-Es estupido ser rivales... ni te odio ni me odias...- habló Harry, quien inmediatamente abrió los ojos y sonrió.

-Harry, solo Harry- saludó tendiendole la mano a Draco, quien entiendio y sonrió, tomándola

-Malfoy, Draco Malfoy, el es Crabbe y el es Goyle- dijo señalando al aire a sus espaldas y Harry sonrió, por primera vez en mucho tiempo, sonrió de verdad.

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