Al día siguiente, tuvo que acompañar a Lagertha a la ciudad.
Mientras ésta arreglaba el negocio del club para el festejo de su aniversario, él aprovechó el tiempo para hacer la compra de los víveres.
Dejó a Gyda con la mujer y rezó mentalmente para que se encontrara a salvo para cuando volviera.No estaba diciendo que la señorita Lothbrok fuese una mala madre, pero lo era. No sabía cumplir las necesidades básicas de su propia criatura, por lo cual tampoco le prestaba demasiada atención, mucho menos cuando estaban presentes a terceros.
Caminó las calles que separaban ambos lugares, por la amplia vereda, entre la gente. Pasó frente a la tienda de alquileres de trajes y recordó el casamiento de Clayton, quien se había reportado como ausente en su casa el día anterior cuando fue a hablar con él.
Finalmente llegó al supermercado y tomó un carrito de compras, comenzando a caminar por los pasillos, leyendo la lista.
Se cruzó con varias conocidas, a las cuales saludó con una sonrisa para luego seguir con su labor.
Ya se encontraba sudando para cuando terminó de pagar y tomó todas las bolsas como pudo, yendo finalmente de regreso con su jefa.
Una vez estuvo nuevamente en el club, divisó a la niña sentada en una de las sillas apiladas a un lado de la pared. Dejó las compras sobre las que se encontraban vacías y le dió una pequeña paleta de caramelo, contemplado cómo el rostro de la pequeña se iluminaba en alegría.
Sonrió, pasándole la mano por el cabello para luego ver a su alrededor. Avanzó silenciosamente unos cuantos pasos, escuchando la voz de su jefa junto con la de Auslug a lo lejos.
El club no siempre había sido así de elegante, recordaba haber estado allí hacia un año y medio atrás, en la celebración de cumpleaños de Auslug. En ese entonces era uno más de la ciudad, nada importante que destacar además de su característico ambiente hogareño.
Ahora, el lugar era totalmente majestuoso, digno de una celebración importante como lo era un aniversario.Sonrió de lado al imaginarse a sí mismo disfrutando del banquete que sería servido aquella noche, sentado en una mesa sin ser juzgado por miradas ajenas, teniendo derecho de estar ahí y ser uno más de la velada...
-¿Hola? -Una voz lo despertó de su soñar y rápidamente despegó su vista de las blancas paredes adornadas, colocándola en la persona frente a él.-
-Señor Dion, buenos días -Habló un poco avergonzado por haber sido sorprendido divagando.- Vine en compañía de la señorita Lothbrok -Informó, haciéndole saber que no era él quien precisaba algo de aquél lugar. Obvio que no lo era, ni siquiera con dos años seguidos de su sueldo podría costear un salón como ese. Bajó un poco la mirada ante sus pensamientos.-
-Lo sé, mi encargado se está ocupando de las damas -Su tono de voz era calmo al igual que su postura. Athelstan sabía que si se acercaba unos dos pasos más, podría sentir el leve olor a tabaco que su ropa solía tener, pero de lo que no estaba consciente hasta segundos anteriores era que el hombre era dueño de aquél lugar.-
-¿Usted es dueño de todo ésto? -Dió una mirada a su alrededor, haciendo énfasis en la grandeza del lugar.-
-Remodelar éste lugar fue una de mis mejores inversiones, el aniversario de los Lothbrok será el primer evento desde su apertura hace ya unas semanas. -Athelstan asintió, haciéndole saber que él también creía que había sido una buena idea contribuir en ese sitio.- Inmobiliaria Discott -Habló antes de colocar su gran y delgada mano en el bolsillo de su saco negro, sacando de éste una tarjeta blanca. El pelinegro al tomarla vió el grabado en letras doradas.
"Agencia inmobiliaria Discott.
Arthur Dion y William Scott"
debajo de los nombres el número telefónico que suponía que era del lugar.- Supongo que tendré que cambiar las tarjetas cuando finalmente mi ex prometido se digne a venderme su parte del negocio -Su voz sonó un poco cómica y el ojiceleste apreció la media sonrisa que se formaba en el contrario.-
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Señor Lothbrok.
Fanfiction1960. Athelstan, un joven criado por una familia negra, lleva un par de años trabajando en la casa de los Lothbrok. Una familia adinerada que vive a las afueras de la ciudad de Jackson, Missisipi. Su jornada se basaba en limpiar el hogar, cuidar de...