Lagertha finalmente se dejó ver por los invitados, con un blanco vestido a la altura de las rodillas que le hacía ver totalmente bien, escondiendo un poco su prominente vientre expandido.
Athelstan contempló cómo ésta saludaba a todo aquél que se le acercase, con una gran sonrisa, disfrutando ser el centro de atención esa noche, no como su marido, quien luego de sentarse en su mesa, se mantuvo allí hasta el momento.
Luego de unos quince minutos las luces fueron disminuyendo lentamente hasta dejar un ambiente más privado y el lugar que era tomado como pista frente al escenario en el que una banda musical de personas negras fue presentada rápidamente para luego comenzar a tocar blues, fue siendo ocupado lentamente por personas que abandonaban sus lugares para unirse a bailar.
El empleado no sabía qué haría si su jefa le veía sentado, aparentando ser uno de los invitados, ¡Ni siquiera Arthur estaba en la lista! Aunque creía que el pelinegro frente a él tenía más ventajas en su excusa; era el dueño de todo el lugar.
Además, el hecho de saber que su relación con su jefe al parecer no era tan discreta como él pensaba, lograba que una pequeña sensación de malestar se instalara en él.
No pudo controlar los pensamientos negativos, pero la voz de Dion le distrajo.
-¿Me acompañas en ésta canción? -Le oyó decir antes de girar su vista a él, encontrándolo parado a un lado de su silla, extendiendo su delgada mano hacia él y a pesar de la baja iluminación, pudo ver su característica sonrisa.-
Athelstan instintivamente se encogió en su lugar, totalmente inseguro. ¿Qué dirían los demás? Claramente él no pertenecía a aquella parte del show y su uniforme de trabajo lo confirmaba.
-No creo que sea lo más pertinente, señor -Entrelazó sus brazos sobre su pecho, pegándose más a su asiento.-
Arthur simplemente sonrió, tomándole de un brazo, levantándole de su lugar.
-Tienes que aprender a vivir -Le dijo mientras le llevaba a la aglomeración de personas que disfrutaban de la noche. Claro, vivir era fácil para la gente rica, él siempre debía pensar las consecuencias de sus actos.-
Respiró hondo y soltó el aire cuando el ojiazul estuvo nuevamente frente a él, pero ésta vez con sus manos sobre sus caderas y él agradeció a Dios que sus tías le hubiesen enseñado a bailar las canciones de blancos cuando era más joven, aunque haya sido una forma de burla hacia éstos.
Levantó su rostro, viendo a Dion, quien esperaba pacientemente a que él posara sus manos en sus hombros, así que lo hizo, sintiendo cómo la proximidad aumentó un poco más.
Era una canción lenta e intentó concentrarse en los pasos de baile y no en las personas a su alrededor, tratando de evitar mirarles a la cara y llenarse de aún más inseguridad.
Las manos de Arthur reposaban con delicadeza sobre él, dejándole guiar el baile si él lo quisiese, aunque prefería ser el guiado ya que no sentía ese tipo de poder en ese lugar.
-¿Por qué quieres alejarte de tu amante? -Cuestionó el pelinegro, lo suficientemente bajo para que la charla no fuese escuchada sobre la música. Sus ojos llegaron hasta los de Athelstan, quien un poco nervioso e incómodo con la pregunta desvió su vista.-
-¿Es necesario que sepa ese tipo de información? -Respondió con una pregunta en el mismo tono de voz, a lo que el mayor chasqueó la lengua, claro que no era necesario, pero quería ponerse en contexto con la situación.- ¿Usted por qué quiere volver con su ex prometido?
Dion sonrió y sin pensarlo contestó.
-Porque aún le sigo amando -Era tan simple como eso. No le interesaba otra cosa de William que su amor, el cual lograba satisfacer todo su ser.-
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Señor Lothbrok.
Fanfiction1960. Athelstan, un joven criado por una familia negra, lleva un par de años trabajando en la casa de los Lothbrok. Una familia adinerada que vive a las afueras de la ciudad de Jackson, Missisipi. Su jornada se basaba en limpiar el hogar, cuidar de...