Asunto pendiente

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Tendrás que escoger, quedarte con nosotros o seguir con tu vida tal y como la conoces.

Las palabras de Derek aún seguían frescas en mi mente, incluso después de estar entre todos mis compañeros no lograba distraerme con nada. Ni siquiera pude detener un balón que venía directamente hacia mí, maldita suerte la mía. Una clase más y podré ir a casa para pensar un poco.

Sé que debe ser difícil para ti decidirte, pero en estos momentos debes regresar a casa. Ya tenemos suficientes problemas con Alice y sus múltiples faltas a clases.

¿Y cómo quiere que decida ahora si estoy rodeado por fantasmas...o personas? ¿Cuál es la diferencia aquí?

-¡Hey Adam!- alguien a lo lejos grita mi nombre. Me giro para ver de quien se trata, y alguien se lanza a mis brazos.

-Sabía que eras tú.- una voz femenina, y chillona, llega hasta mis oídos y hace que me encoja por la molestia.

-Eeeh…

-¿No te acuerdas de mí?

¿Cómo quiere que me acuerde si lo único que ronda mi cabeza tiene que ver con una chica de cabello castaño y ojos grisáceos?

-Lo siento.- me disculpé, retirando sus brazos de mi cintura y alejándome unos centímetros de ella. Suerte que no hay nadie en los pasillos en estos momentos.

-No hay problema, después de todo no llevas mucho tiempo aquí. Soy Diana, tu compañera de clase.- respondió con una sonrisa, y de nuevo trató de rodearme con sus brazos. ¿Qué rayos?

-Lamento decírtelo, pero tengo que irme. Ya tengo un compromiso y voy tarde.- mentí, a la mierda la última clase. No me quedare otra hora más aquí, y con una chica demasiado pegajosa.

-¿No vas a asistir a la última clase?

-Lo siento, es urgente. ¿Podrías hacer el favor de cubrirme?- pregunté guiñándole el ojo. Al menos podía aprovechar mi situación.

-Claro- asintió con la cabeza y usando una voz cantarina.

-Nos vemos.- me despedí con la mano y me aleje rumbo a las puertas de salida.

Apenas crucé la puerta, choqué contra algo, o alguien según mi suerte.

-Lo siento- me disculpé, pero no había nadie. Al bajar la vista me encontré con un niño pequeño de cabellera castaña. Me agache frente a él hasta quedar a su nivel. - ¿Estas bien?

-¿Puedes verme?

Oh mierda. Al parecer Derek no bromeaba cuando me dijo que los podría tocar. ¿Y ahora qué hago?

En dado caso que algún fantasma sepa que lo ves, tráelo con nosotros, ya nos encargaremos del resto a partir de ahí.

El consejo de Derek me vino a la mente, al menos es un comienzo para saber qué hacer en estos casos.

-Sí, puedo verte.- le respondí al niño, quien estaba mirando fijamente el piso.

-¿Me ayudarías a encontrar a Alice?- en ese momento levantó la mirada y me encontré con un par de ojos del mismo color a los míos. Aunque eso no llamó mi atención, él dijo que quería encontrar a Alice, y no creo que exista más de una Alice con poderes sobrenaturales.

-¿De casualidad estás hablando de Alice Carter?

-¿La conoces? Ella prometió que me ayudaría a encontrar a mi mami, pero nos separamos la noche anterior y no sé qué hacer.- Las lágrimas amenazaban con salir de los ojos del pequeño.

-No llores, no me gusta ver a las personas llorar.- traté de calmarlo antes de que se pusiera a llorar- Yo conozco a Alice, si quieres sígueme e iremos a donde te pueda ayudar. Mi nombre es Adam, ¿Cuál es el tuyo?

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2016 ⏰

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