Promesa

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Estuve caminando por un largo sendero sin fin, no podía ver nada a la distancia. Lo único que me rodea son árboles secos y muertos, como si un incendio hubiese arrasado con ellos. ¿Que acaso ya estaba muerta? ¿Este es el tan famoso túnel antes del paraíso?

Sentía mi cuerpo libre, como si fuese una ligera capa de niebla. Bajé la vista hacía mi cuerpo, solo llevó puesto un camisón blanco, hecho de una muy suave y ligera. Aunque era un poco transparente, podía ver mi pecho y mis caderas, pero de cierta forma no sentía vergüenza. 

Escuchó como alguien pronuncia mi nombre a la distancia, era una voz muy familiar. Mi cuerpo se movió automáticamente y antes de darme cuenta ya estaba caminando en la dirección de dónde provenía aquella voz. Comencé a correr, era extraño no sentir mis pulmones a punto de explotar o estar jadeando en busca de aire. Me detuve solo hasta llegar a un claro de aquel oscuro bosque y logré distinguir la figura de una persona en medio de éste. No dudé ni un segundo y me lancé hacia ella.

Un par de brazos me rodearon y me hicieron girar en el aire, dejé escapar una risa, como si fuera una niña pequeña. Es extraño, puedo escuchar perfectamente que es mi voz, pero no logro sentir que me pertenezca.

Después de que me bajara al piso, siento unos labios sobre los míos. Es un beso cálido, lento y con ternura, como si no quisiera dejarme ir. Poco a poco me recuesta en el suelo sin separar mis labios de los suyos, no le tengo miedo. Es como si esto fuera de lo más normal posible, como si recibiera algo que desde hace tiempo se me fue rebatado. Un extraño cosquilleo se posó en mi estómago haciendo que me dieran escalofríos. Él se retiró un poco, alejándose de mis labios y rompiendo con aquel beso.

-Qué bueno que volviste. He estado esperándote desde hace mucho tiempo- logré escuchar la alegría en su voz. Levante la mirada para ver quién era la persona a la cual sentía como una parte de mí ser, me topé con un par de ojos violeta que me miraban con mucho amor.

-Ion- pronunció su nombre con una sonrisa, haciendo que él también sonriera.

-Es bueno que me recuerdes- susurró al mismo tiempo que se acercaba a mi cuello y depositaba un beso en él, provocando un escalofrió en todo mi cuerpo.

-¿Cómo es que estoy aquí?- pregunté tratando de recordar la forma en la que llegué a éste lugar.

-Estamos dentro de tus memorias, yo simplemente tomé el lugar de mi antiguo yo. Quería volver a verte, además, no quería compartirte con nadie más.- Esto hizo que me riera un poco.- ¿No me crees?- dijo de manera juguetona y al mismo tiempo depositando un beso en mi hombro izquierdo y poniendo su mano en el hueso de mi cadera, podía sentir el calor de su mano a través de la fina tela del camisón. No pude evitar soltar un ligero jadeo.

-Veo que una parte de ti sí logra recordarme- veo cómo una sonrisa se dibuja en su rostro.

Toda mi cara se ruborizó al pensar en el significado de esas palabras. ¿Será posible que Ion y yo...? Pero si esta es la primera vez que lo veo, ¿cierto? 

-Se lo que estás pensando, pero este no es el momento indicado para eso- murmura Ion muy cerca al oído y mordiendo el lóbulo de mi oreja. Otra ronda de escalofríos me recorrió de la cabeza a los pies y no logré contener un suspiro.

-Ion...

-¿Si?- preguntaba mientras acercaba su nariz al hueco de mi cuello, causándome cosquillas, y un gran escalofrió.

-¿Nosotros... ya hemos estado... j-j-juntos?- tartamudeé un poco al preguntar y tratar de aclarar mis ideas.

-Creo que eso es algo que no necesitas preguntar- Ion me observó mientras bajaba la cabeza y mordía ligeramente la zona entre mi cuello y mi hombro, no podía pensar coherentemente con él haciendo eso. Y mucho menos con mi cuerpo comportándose de una manera tan extraña.

PhantomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora