Corre

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Adam...

-Bien, continuando con la clase.- El maestro interrumpió el alboroto que se formó después de la huida de Alice. ¿Qué acaso nadie iba a ir a buscarla?, ella era su compañera de clases ¿Cierto? 

Quería salir corriendo a buscarla y estaba a punto de hacerlo, de no haber sido por una molesta chica que me tomó del brazo. Y por consecuencia, me detuvo el profesor. Simplemente grandioso.

-¿A dónde vas?- me preguntó la chica cuando acabaron las clases y colgándose de mí brazo.

-Voy a buscar a Alice- al momento en el que ella escuchó mi respuesta ella puso una cara de asco. Que mala mi suerte, otra chica sin cerebro.

-¿Y porque harías eso?, ella no es alguien que valga la pena. 

-Es una lástima que pienses así, porque ese no es mi caso- contesté al mismo tiempo que me zafaba de su agarre y me encaminaba al estacionamiento. Debía encontrar a Alice, tenía un extraño presentimiento y no precisamente de los buenos.

Al llegar al estacionamiento pude notar a un gran número de personas alrededor de mi auto, ¿ahora qué? Me acerque lentamente hacia la multitud y a unos cuantos pasos logré escuchar algunas frases.

-¿De quién podrá ser este auto?- preguntó uno de los chicos entre la gente.

-No lo sé, talvez es de un nuevo profesor, no creo que un alumno pueda tener un auto como estos.- le contestó uno de los chicos a su lado, lograba reconocerlo, era uno de los chicos de mi nuevo salón. 

-Yo espero que sea un nuevo estudiante- decía de una forma coqueta una de las chicas que estaban en el tumulto de personas. 

Bien, creo que si me acerco a mi auto en estos momentos no sería una buena idea, pero tengo que encontrar a Alice. Puede que solo me estuviera preocupando por nada, pero este extraño sentimiento no se va, era como si me estuviera alertando de que algo malo estaba a punto de suceder.

Tenía que decidir qué hacer. Por un lado, podía ir caminando a casa y dejar el auto aquí para esperar que todos se fueran (si claro, y que en unas horas desaparezca) ni loco, o podría simplemente acercarme al auto y subirme en el sin importar lo que llegue a pasar.

Al final opte por la segunda opción, me acerqué al auto y desactive la alarma, sonreí al ver las reacciones de sorpresa cuando asuste a los que rodeaban el auto. Entré por la puerta del conductor, y todos se quedaron asombrados al ver quién era el dueño. Estaba a punto de girar la llave para encenderlo cuando la puerta del copiloto es abierta.

-¿Adam?- joder, debí haber puesto el seguro en cuanto entre- Si, eres tú. Oigan chicos Adam el dueño de este auto.- vi como la chica que abrió la puerta se giraba al exterior y les decía a las demás personas detrás de ella.

-Bien, creo que quiero un paseo- decía la chica mientras entraba en el auto, cerrando la puerta y al mismo tiempo bajaba la ventanilla - chicos nos vemos en la cafetería de siempre- les gritaba a los que aún seguían afuera.

Debes estar de broma. Como es posible que se tome tantas libertades cuando ni siquiera la conozco.

-Ah, disculpa pero, ¿Quién eres?- pregunté un poco nervioso de que alguien, además de mí, estuviera en el auto.

-Oh disculpa. Soy Bianca, estoy en tu misma clase. Perdón si te asuste, pero no sabía de qué otra forma captar tu atención.- respondió con una sonrisa que la hacía ver provocadora.

-Pues existen muchas maneras de hacer eso. ¿Lo sabias?

-¿En serio?, ¿Cómo cuáles?- se acercó muy peligrosamente hacia mí. Claro, no era la primera persona que trataba de tentarme de esa manera.

PhantomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora