Punto de inflexión.

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****Josefa

- No avanzaremos más allá de este punto -dijo después de media hora en donde el silencio nos invadió- no creo que valga la pena intentar hablar algo más. Yo soy un ser humano asqueroso ante tus ojos y si eso piensas no voy a esforzarme por derribar esa idea.

- No pienso que seas un ser humano asqueroso Simonne, no pienso nada, ¡no quiero pensar! –yo me tomaba la cabeza, tratando de encontrar las palabras correctas para llegar a ella, pero no podía, nunca pude cruzar sus barreras emocionales. El llanto cortaba mi respiración, nublaba mi mente y ahogaba mis palabras- ¡no quiero que te alejes de mí!. ¿Por qué es tan difícil hablar contigo Simonne?

- ¿Por qué quieres estar cerca de una persona con la que es tan difícil hablar?

- No sé.

- Exacto –nuevamente volvió a su tranquilidad, clavó su fría mirada en mis ojos, el frío en sus palabras me demostraba que no había ninguna conexión real entre sus sentimientos y su cerebro- Tú crees que me amas pero en realidad no es así. Te darás cuenta más temprano que tarde de que lo que crees que te gusta de mi es precisamente lo que te hace mal: que soy dominante, que absorbo tu libertad, que quiero que seas como una vida de recambio para mí. Porque yo no sé querer como tú lo haces. Tú te entregas, y no solo físicamente, tu entregas tus deseos, tu opinión, tu derecho a elegir, tu voluntad; en cambio yo solo absorbo todo eso y al otro día sigo con mi vida. Esa indiferencia es la que te atrae y de eso te estoy tratando de salvar. No es mentira cuando digo que la libertad habita en mí y nunca nada será más importante para mí que eso. Tú nunca estarás primero Josefa y lo sabes y precisamente por eso insistes. Eso no tiene nada de racional.

- ¿No hay en ti una gota de agradecimiento por todo lo que te entrego?

- Ese es el problema, tu entregas esperando que el otro también lo haga, así me obligas y eso me ahoga.

- ¿Entonces?

- Nada. Espero que puedas ver que no es una decisión que yo tomé el ser como soy, simplemente soy así y me conozco y no me avergüenzo. No es que haya decidido ser libre, simplemente lo soy y sí, soy consciente de que la gente a mi alrededor sufre por eso, porque todos llegan al mismo punto final: a creer que porque me aman, los tengo que amar también...? Te lo dije en un comienzo Josefa no te enamores de mí te di una advertencia muy clara. Fui muy clara contigo. No me puedes acusar de engañarte.

- Ya termina. No puedo procesar todo lo que me dices. No quiero estar contigo. Llévame al hotel –supliqué regresando al auto.

Cuánta razón tenía. Ahí estaba todo su razonamiento acabando conmigo. Esa fría mentalidad que me encantaba de ella, estaba ahora convenciéndome de que era realmente estúpido sentir amor. No solo sentir amor por ella, sino que sentirlo en cualquier forma.

Ya no sabía cómo seguir con mi vida después de ese momento. Me hundí en la culpa porque realmente era mi culpa; todo se trató de mis expectativas, de mis ideas preconcebidas que no pude aclarar en un comienzo y que nos llevaron hasta ese punto de no retorno.

**** Simonne

No sé qué hago aquí, quiero volver a Santiago y olvidarme de todo... las palabras de mariana me retumban en la cabeza.

- No puedes pedirle a tu corazón que olvide ese amor, estás equivocando la decisión. Si yo tuviera tu juventud iría tras ese sentimiento -me dijo Mariana, tan sabia como siempre.

- Pero Mariana, ella me distrae, lo que siento cuando estoy con ella me parece tan grande, tan inabordable y tan frágil me da miedo que se rompa.

Simonne - Comenzaré a Odiarte mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora