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Draco, Blaise y Pansy bajaron al gran comedor con mucha hambre, aunque el primero se notaba más nervioso que hambriento...

Llegaron y sin lugar a dudas esa era la cena más rápida que había experimentado.

En un momento estaba sentándose en su mensa y al otro el director ya estaba dando el último discurso del día.

Se había pasado mirando la mesa de los Gryffindor casi todo el tiempo, aunque nadie de esa mesa le regresaba la mirada...eso lo hizo sentir confundido, ¿acaso todo aquello sería una broma?

Se había planteado aquello repetidas veces, el Gryffindor tratándolo más especial de lo normal y el cayendo como tonto ante su imponente voz...

Bueno, sin duda sería mínimo una broma que disfrutaría bastante...

Terminó la cena y estaba saliendo junto con sus amigos del comedor hablando de tonterías cuando le tocaron el hombro y una voz se escuchó detrás.

Con muchas esperanzas en la mente se giró para encontrarse...ah...a Matt.

—Hola Draco, quería pedirte si de favor podrías ayudarme a estudiar mañana, es sábado y no tengo nada que hacer así que pensé que tú y yo...—Draco vio a el Gryffindor pasar por un lado de ellos no sin antes darle una mirada de advertencia por lo que interrumpió al pobre Ravenclaw.

—Si Matt, sería estupendo, te veo mañana a las ¿10?

—Seguro, en la biblioteca entonces.

—Si, suena genial— se dio la vuelta dispuesto a seguir su camino, pero no vio a Pansy ni a Blaise por ningún lado, por lo que pensó que le venía como anillo al dedo, no tendría que dar ninguna explicación sobre a donde iba y porque.

Se dirigió hasta el lugar prometido y se quedó esperando, no tenía idea de porqué hacía lo que aquel león le decía, pero algo le parecía atractivo en él.

No hay que negarlo, después de él tercer año, el Gryffindor se había puesto para chuparse los dedos, claro que nunca lo admitiría en voz alta...pero era bueno confiar en sus pensamientos.

—Hola Dray— habló una voz a sus espaldas y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

Se dio la vuelta dispuesto para acabar con eso de una vez, tenía frío y estar en una torre no ayudaba.

—Si si hola hola, ¿qué necesitas de mi? Rápido que me tengo que ir, Snape da un chequeo en las habitaciones a las 3.

—Vaya, que desesperado me saliste...bueno, no nos andemos con rodeos.— se empezó a acercar al cuerpo de Draco lentamente, guardando algunos pasos de distancia, comenzó a rondar al rededor suyo.

El contrario sólo se limitó a verlo dar vueltas a su al rededor tratando de no atragantarse con su saliva al sentirse acechado.

—¿Y bien?

—Mira Draco, esas llamadas no han sido para nada...todas y cada una de ellas tenían un propósito.— aquí es la parte donde Draco veía a muchos más Gryffindors saliendo de algún escondite y comenzando a burlarse de él, pero no sucedió...

—¿Y cuál es grandísimo genio?

—Dejarte tan confundido...— murmuraba acercándose más hacia el hasta quedar frente a frente— que no te haría dudar totalmente tus sentimientos hacia mi...hace poco Hermione me lo comento...nuestras peleas no eran más que peleas de niños infantiles, ya sabes, como cuando los niños le jalan las trenzas a las niñas en el jardín...tú y yo somos algo parecido.—se acercaba cada vez más a Draco y este se fue haciendo hacia atrás hasta chocar con una pared.

—Ah...Potter...no deberíamos de estar aquí, es tarde y...—seguiría hablando pero el contrario puso un dedo sobre sus labios y siseó un poco en señal de silencio.

—¿Qué te parecería si nos divertimos un rato eh?— susurró muy cerca de su oído mientras el rubio sentía que le faltaba el aire.

—No podemos, Filch podría venir y...— seguiría hablando pero la risa profunda de el Gryffindor lo interrumpió.

—Así que, si Filch no viniera, ¿aceptaras?

Draco abrió la boca y boqueó como un pez tratando de respirar hasta que sintió como los labios de él contrario eran presionados contra los suyos.

Abrió por completo los ojos y levantó los brazos y los puso en su pecho para empujarlo...pero en lugar de hacerlo ahí se quedaron, y poco a poco fue cerrando sus ojos dejándose guiar por el más alto.

Sintió como Harry posaba sus manos en su cadera, sobre el uniforme de el colegio y luego como de alguna manera consiguió colarlas por debajo de su camisa.

El tacto frío se sus manos contra su cálida piel le hicieron sentir corrientes eléctricas recorrerle por todo el cuerpo, cuando de un momento a otro se encontraba dando un pequeño salto para que el contrario lo agarrar por los muslos y este colgarse de su cuello.

Fue cuando sintió como los labios de Harry bajaban por su mandíbula hasta su cuello, y comenzaba a soltar ligeros jadeos que recordó donde estaban y en que condiciones.

—Ha...Harry— trataba de decirle o detenerlo, pero este seguía al parecer muy entretenido con su cuello, tendría que usar camisa cuello de tortuga al día siguiente...

Trataba de frenarlo pero lo único que salían eran jadeos, y lo único que se limitaba a hacer era a tirar de su cabello.

Hasta que escucharon por las escaleras la voz de el conserje hablando con su gata.

—Mierda— murmuró el Gryffindor dejando que el Slytherin bajara su piernas suavemente.

En cuanto la serpiente toco el suelo, Harry, rápido se apresuró a tomar...¿nada? de el suelo, para segundos después volverse a acercar a Draco que ya se encontraba pensando en la excusa que le pondría a su padre cuando los encontraran ahí.

Pero el Gryffindor pasó algo sobre sus cabezas, lo hizo agacharse y luego le tapó la boca.

Llegó Filch al final de la torre y se puso a revisar...al parecer este no les veía.

Sintió mucho alivio al ver que el conserje se iba de nuevo, hasta que sintió como una lengua lamia su oído y empezó a sentir como se le debilitaban las piernas.

Harry le había dejado de tapar la boca para pasar a tomarlo por la mandíbula apretando sus mejillas y con ellas a la vez su boca.

—Harry...basta— hablaba entrecortado y lo más discreto que podía, sabía que en cualquier momento, cualquier mínimo sonido podría traer al conserje de vuelta.

Pasaron unos segundos cuando Harry les quito lo que parecía alguna clase de capa invisible y volvió a acorralarlo contra la pared.

—Aquí...n-no podemos...ya vamos a salir de clases...q-que te parece si vas a mi casa...— hablaba sin pensar, las palabras salían solas de su boca.

—No creo que a tu padre le guste tenerme ahí Dray...

—No no, el n-no estará, saldrá con mi madre a algo de el trabajo...

—Mmm, con que, ¿casa sola eh?, espero no te vayas a portar mal Dray...y espero por supuesto que solo a mi me hayas invitado...

—¿A quien más invitaría?— pronunció el rubio y una imagen de un chico con uniforme azul se le vino a la cabeza, frunció el ceño para después volver a tomar los labios de él Slytherin pero esta vez con más rudeza.

—Te veo el día de ir a casa.— y después de esto también se fue, dejando a Draco con uña calor tremenda aún estando en el ultimo piso de una torre.

~Este tipo me va a volver loco~ pensó con una sonrisa en los labios para después de unos cinco minutos, el bajar también.

The Call - HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora