Capítulo 9: Golpes de calor.

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Esta es solo una adaptación, todos los créditos a su autora Alllove.

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Departamento de Lisa

Lalisa Manoban. Lalisa Manoban usando solamente un top deportivo negro y un pequeño short del mismo color. Su cabello estaba recogido en una cola no muy prolijamente. Sus manos tenían una especie de venda y... ¡Dios Mío! — pensó Rosé — uno, dos, tres, cuatro. Cuatro perfectos cuadrados marcados en su estómago — la rubia seguía su recorrido— Y esas piernas... Madre mía... Si tan solo pudiera... Espera ¿Cuánto tiempo llevo mirándola?

— Rosé, Rosé, ¿Estas bien? — preguntaba Lisa pasándole la mano por la cara e interrumpiendo los pensamientos de la Rubia.

—Ehhhh... si, si... yo, yo venía ahhh... —la rubia no podía superar el impacto— Es decir. Vengo a buscar a Beth.

—Si, si claro, pasa, pasa —Lisa se corre para dejar pasar a Rosé— Perdón por hacerte esperar, es que aproveche que Beth se durmió para hacer un poco de ejercicio —le explicaba señalando la bolsa de box que colgaba en una esquina  del departamento.

—¿Boxeas? —pregunto Rosé curiosamente tratando de no mirar a la morena. Lo pudo superar una vez y quizás si volvía a mirarla esta vez no había salida y terminaría encima de ella en un segundo.

—Mmm, no lo hago como deporte.  Simplemente lo uso para descargarme un poco —contaba Lisa mientras se sacaba las vendas de las manos y miraba como Rosé observaba todo el lugar.

—¿Tocas la batería? —pregunta la fotógrafa al ver al instrumento en una de las otras esquinas de la sala.  "

"Carajo... Ya veo de dónde ha salido tan curiosa la niña" — pensaba Lisa.

—¿Y la guitarra también? —volvía a preguntar Rosé, pero esta vez inspeccionando la guitarra eléctrica que Lisa tenía junto a la batería.

"Si, definitivamente ser hermosas y curiosas es del gen Park. Ahhh y no nos olvidemos de la levantadita de cejas... Mortal Kombat: Si Roseanne Park te levanta su ceja podrá hacer contigo lo que se le plazca..."

—Si este  bueno, mi mamá era una especie de fanática de la música y bueno yo... ella me enseño de chica. 

Rosé pudo notar la incomodidad de la morena al nombrar a su madre y supo que tenía que cambiar rápidamente de tema.

—¿Dónde está Beth? —preguntó rápidamente.

—En su habitación —contestó la morena agradecida por el cambio de tema— Se quedó dormida profundamente después empezar a ver a Nemo. No creo que nunca termine de verla —dijo sonriente Lisa recordando su tarde con la niña.

—Lisa, no sabes cuanto te agradezco todo esto. La verdad es que estamos pasando por momentos complicados y uffff —suspiraba la rubia— De verdad no sé cómo agradecértelo.

—¿Estas bien? —Pregunta la deportista al ver la cara de preocupada de Rosé.

—Si, si. Bueno no del todo. Estoy cansada, estresada y con mucho trabajo. Me enoja no tener tiempo para mi hija y... y...

—Oye. Tranquila. Te entiendo. Tal vez lo que necesitas es una descarga, como me pasa a mi... —a Lisa se le ocurría una idea— ¡Ya se, ven, ven! —agarra la mano de Rosé delicadamente y la lleva hasta la bolsa de box— Vamos, hazlo —la anima Lisa.

—¿Qué haga que? —mira a la morena y después a la bolsa— AY no, no, no Lisa yo no sabría. Jamás podría...

—Vamos venga. Quieres descargarrte ¿Sí o no?

CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO EL AMOR QUIERA | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora