Capítulo 26: Esta es la noche

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Esta es solo una adaptación, todos los créditos a su autora Alllove.

——

En el Bowling

Iban por el quinto tiro ya y Jisoo prácticamente estaba barriendo el suelo con cada una de ellas por las siguientes sencillas razones:

Jennie cada vez que iba a tirar lo hacía haciendo un paso de baile distinto antes de soltar la bola, de más está decir que sus tiros no tenían buen destino. Beth no tenía mucha fuerza ni tampoco práctica, tiraba la bola con dos manos y casi siempre tiraba los palos del medio. El de Lisa y Rosé era otro tipo de problema. Desde que llegaron al lugar no se pudieron sacar las manos de encima.

Lisa se sentó y tirando de su mano obligo a Rosé a sentarse arriba de ella, no quería espacio entre ellas, Lisa necesita estar pegada a su novia todo el tiempo, no importaba si no había aire para respirar o si no había agua para beber, si tenía a Rosé cerca Lisa se sentía viva. Esa era una de las razones por la que Jisoo iba ganando, la morena y la rubia se paraban, lanzaban la bola lo más rápido posible y volvían a su lugar, una arriba de la otra.

—Mami tengo sed —la más pequeña del grupo si necesita algo de beber.

Rosé atinó a moverse de su cómodo lugar, evidentemente Lisa en su otra vida debió haber sido mueble, pero su novia la freno.

—Deja bonita, ya voy yo —le dejó un corto beso a su novia— Vamos bicho bolita —agarró la mano de su niña y ambas se dirigieron a la cantina.

—Voy con ustedes —las siguió Jennie.

Jisoo que venía de hacer su tiro, una chuza nuevamente, siguió la mirada de su amiga y llegó exactamente a donde sabía que iba a llegar, a la espalda de Lalisa Manoban.

—A veces me canso de ser jodidamente buena en este juego —trató de llamar la atención de la fotógrafa— Rosie... Rosie... ¡Rosé! —gritó para que la rubia volteara a verla— En serio Rosie ¿Qué demonios estás esperando para comerte al bomboncito? Juro que cada vez que se tocan sale una onda expansiva capaz de voltear todos los pinos de una sola vez —la pelinegra no se equivocaba en su descripción.

—No se que me pasa Jisoo —necesitaba hablarlo con alguien— No puedo dejar de mirarla, de tocarla, de besarla... Nunca me había pasado nada igual... Necesito... Necesito que... —de repente miró a Beth y luego su amiga.

—¿Qué? No me mires así Rosie... ¡No, no y no! —al parecer Jisoo había adivinado las intenciones de Rosé.

—Por favor Jisoo. Por esta noche nada más. Por favor —rogaba Rosé.

—Rosé ¿sabes cuánto tiempo llevo sin poder tocar a mi futura esposa?... Dias... ¿Oyes bien?... Llevo días. Si Beth se queda con nosotras esta noche Jennie y ella me van a hacer ver la estúpida película del pescado ese... Mencho y...

—Nemo —la corrigió la rubia.

—Bueno ese —aceptó la corrección girando los ojos— Y después van a querer hacer palomitas y así sucesivamente hasta que todo termina en esas dos quedándose dormidas en el sofá y yo tratando de dormirme sola en mi cama y sin haber tenido mi ejercicio nocturno preferido —explicó Jisoo pausadamente de manera que su amiga entendiera su necesidad.

—Cuido a Kuma durante una semana —ofreció a modo de intercambio la fotógrafa. Las ex cheerios eran su única opción ya que el resto de sus amigos estaban en Ohio.

—Nop —se negó la pelinegra.

—Dos semanas y durante tu luna de miel —la rubia subió la oferta— Por favor Jisoo necesito esta noche a solas con Lisa, todavía tengo que contarle lo de anoche... Me voy a tener que desnudar ¿entiendes? ¿De verdad quieres que tu sobrina vea a su madre desnuda rogándole a su otra madre que no la deje? ¿Eso quieres Jisoo? —Rosé apelaba a todo lo que podía.

CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO EL AMOR QUIERA | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora