Capítulo 38: "Un verdadero Zoológico"

696 52 2
                                    

Esta es solo una adaptación, todos los créditos a su autora Alllove.

——

—Una de dos, o dejo de encontrar material prohibido o busco otra forma de destruirlo —Rosé había descubierto lo peligrosa que se ponía la tarea de eliminar todo rastro de la obsesión por las revistas y los videos de su novia cuando la última fogata que hizo casi se le sale de las manos. Una vez hecho el trabajo sucio tenía todas las intenciones de irse a la pileta, mejor dicho, quería tirarse bajo el sol durante un tiempo largo.

Por más que no quisiera hacerlo tenía que darle la razón a su amiga, necesitaba un poco de color para lucir el vestido de la fiesta de mañana—Estúpida Jisoo y su idea de usar ropa blanca —se acordó de la pelinegra apenas se disponía a elegir su malla.

Se había comprado dos bikini, una blanca y una negra. Los dos colores con los que Lisa se perdía automáticamente— Vamos a ver Lalisa Manoban cuanto tiempo puedes seguir prestándole atención a tus cuatriciclos cuando me tengas así —La regla era muy clara... si Rosé quería atención, Rosé la tenía.

Y esta no iba a ser la excepción, la rubia quería que su novia estuviera todo el tiempo arriba de ella, tocándola, mirándola, celándola, lo que sea con tal de tenerla para ella. Se podía decir que Rosé estaba antojada de su novia y cuando una mujer tiene un antojo es un pecado no saciarlo— Por ser el primer día, no voy a ser tan mala y me voy a poner el negro —hablaba con ella misma—No quiero que sufra tampoco —la rubia tenía claro que si Lisa descubría el color blanco es sus prendas interiores o en este caso en la malla, era muy probable que Rosé no saliera sana y salva de la situación.

—No creo que a mami Lisa le guste que uses esa malla mamá —Beth aparecía sin aviso dentro de su habitación haciendo que su madre pegara un pequeño salto.

—¡Beth! Me asustaste —le decía con una mano en le pecho— Además estoy segura de que si le va a gustar —Rosé lo tenía todo calculado— ¿Por qué dices que no? —no le iba venir mal la opinión de su hija.

—¿Te acuerdas la vez que fuimos las tres a la plaza y un chico dijo algo sobre tu parte de atrás que no me quisieron decir? —le preguntó la niña.

—Si me acuerdo pero que tiene que ver con...

—¿Qué le pasó al chico? —volvió a preguntar.

—Lisa le tiro un pelotazo en la cara —contestó Rosé— Aun así no entiendo que tiene que ver con mi malla —no lo quería ver.

—Y cuando estábamos en la cola del cine apunto de entrar a ver Spiderman y un hombre te preguntó si eras soltera... ¿Qué le pasó al hombre? —cangurito preguntón.

—Lisa le tiró el pochoclo al piso y le volcó el vaso de gaseosa sobre la cabeza —iba entendiendo el punto de su hija.

—Y cuando el mozo de aquél restaurante te dejo un número de teléfono arriba de la mesa ¿Qué hizo? —Beth quería que su madre hiciera memoria.

—Casi lo hace despedir —como olvidar ese día.

—Y cuando...

—Ya ya... mira cariño —Rosé se agachó al nivel de su hija— Cuando tu seas grande vas a conocer a alguien que te va a traer loca —la niña la miraba con atención— Y vas a querer llamar la atención de esa persona... Como tú con Ella por ejemplo —la fotógrafa encontró la forma de explicarle— ¿Qué haces tú cuando quieres llamar la atención de alguno de tus amigovios? —mal que le pesara a Rosé la niña tenía varios— ¿Qué haces cuando quieres que Ella te preste atención? —puntualizó.

CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO EL AMOR QUIERA | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora