Esta es solo una adaptación, todos los créditos a su autora Alllove.
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Media Hora. Media hora contada por reloj exactamente, era el tiempo que Lisa había pasado enfrente del portón esperando... Bueno esperando nada en realidad. Sólo se había quedado paralizada cuando vio la pequeña "M" que adornaba la gran puerta. "¿No crees que es demaciado ostentoso?" Le había preguntado su padre a su madre cuando ésta había tenido la idea de colocar la pequeña letra que marcaba el punto medio del negro portón. Y bastó sólo una mirada de su esposa para que a la semana siguiente tuvieran una nueva puerta de entrada con la tan ansiada "M" en su frente.
Ese era el mismo efecto que Rosé tenía sobre ella, fue lo primero que pensó Lisa. Con una sola mirada de su novia, al igual que su madre, conseguía lo que quería de ella, "Y lo peor de todo es que lo sabe" murmuraba su padre cuando se disponía una vez más a salir tras algún capricho de su mujer a altas horas a la noche.
"Un día encontrarás una mujer por la cual eres capaz de levantarte a la madrugada e ir hasta la panadería más cercana, en tus pantuflas sólo para poder ser el primero en la fila para el pan casero y así volver a tu casa y hacerle sus tostadas favoritas... Cuando ese día llegue hija estarás en problemas... ¿Sabes porqué?... Porque te habrás enamorado" — Hace rato que estoy en problemas —se decía a sí misma la morena tras haber recordado las palabras de su padre— Bien.. Aquí voy, que Dios y Jordan me ayuden —Lisa tocó el timbre y esperó un rato, confiando en que o Jack o Marge le hubiera explicado a sus amigos cual de los botones tenían que apretar— Parece que no —concluyó después de pasar un tiempo esperando.
Sacó el celular de su bolsillo para llamar a su novia. La morena no tardo mucho en atender.
—Hola mi reina, estoy en la puerta —anuncio— para abrirme tienen que apretar el primer botón —le explicado. Al ratito sintió como se destrababa la cerradura y empujó con fuerza— No, no —negó la ayuda de la morena— Voy caminando —de hecho ya había empezado a recorrer el camino— Jamás me atrevería hacerlas esperar —le dijo riéndose cuando escucho a Jennie agregarse dentro del grupo de morenas que la esperaban— Nos vemos en seguida —cortó la llamada— Puffff... vamos Lisa tu hija y tu novia te esperan —siguió caminando.
Era increíble como el Señor y la Señora Wilson conservado todo tal cual les gustaba a sus padres. Los pinos que su papá había mandado ha plantar a los costados de la calle cuando ella tenía cinco años estaban enormes. Los rosales que su madre cuidaba como si fueran su otro hijo permanecían intactos "Lalisa Manoban si vuelves a cortar una rosa para regalársela a algunas de tus novias yo misma me voy a encargar de contarles a cada una de ellas tus puntos de encuentros secretos con las demás". La pelinegra nunca creyó a su madre capaz de hacerle eso, pero todavía se acuerda del día en que estaba en el garaje de su casa teniendo unas sesiones diurnas de caricias con una de ellas, Jenny, Denny, Penny, o como sea, cuando entraron unas cuantas chicas más exigiendo explicaciones. Todas las vacaciones se rieron sus padres de la mano marcada que había quedado en su cara "El que avisa no traiciona" le dijo en aquél momento su madre. Y cuanta razón tenía.
No había duda alguna, el lugar estaba lleno de recuerdos, Lisa había pasado los mejores días de su vida en este lugar ¿Iba a ser capaz de construir nuevas anécdotas? levantó su cabeza y vio que al final del camino estaban esperándola su novia con su hija de la mano y con Hank echado al costado de ellas. Y la pregunta se respondió sola.
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CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO EL AMOR QUIERA | Chaelisa
Hayran KurguLalisa Manoban es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega irrumpe en New york sin saber que un encontronazo con una rubia, mandona e idiota le va a cambiar la...