Capítulo 27: Tenemos el control

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Esta es solo una adaptación, todos los créditos a su autora Alllove.

——

Casa Park — Domingo en la mañana

—Este dedito se merece un beso —Lisa estaba sentada en la cama de Rosé apoyada contra el respaldo y tenía a su novia entre sus piernas descansando su espalda sobre el pecho de la morena, morena que a su vez se entretenía jugando con las manos que Rosé— Este otro dedito también —decía mientras besaba cada uno de los dedos de la rubia— Y a este chiquito le damos un beso sólo para que no se ponga celoso de los otros —beso el dedo meñique.

—¿Y estos? —Rosé alzaba su otra mano— Si no los besas también se va a poner celosos —advertía— Y si mal no recuerdo, a esta mano tienes mucho que agradecerle —le recordó las maniobras realizadas en la noche. 

—Mmm —Lisa pensaba— ¿Puedo besar todas las partes de tu cuerpo que se lo merezcan? —pregunto dejando un pequeño beso en la mano que su novia había levantado, para después agarrar a su chica por la cintura, levantarla un poco y apretarla aun más a ella de manera que los pechos de Lisa rozaban sutilmente la suave y blanca espalda de la artista— Hasta anoche pensaba que sabía lo que era estar con una mujer... —beso el cuello de su novia— Hasta anoche pensaba que sabía lo que era el placer... —poco a poco sus manos dejaban la cintura de su chica y empezaban a subir, tenían un destino específico— Tu cambiaste eso... —Lisa frenó el recorrido de sus manos justo debajo de los pechos de Rosé, necesitaba que fuera un movimiento coordinado— Tu... Anoche... Me hiciste conocer el cielo... —ahora sí, al mismo tiempo que su boca atrapaba el lóbulo de una de las orejas de Rosé, sus manos apretaron fuerte pero delicadamente los pechos de su novia.

—Lili... Mmm... Bebé... —Rosé sabía que si la morena insistía su cuerpo iba a ceder, pero realmente no iba a aguantar otra ronda. Su novia era insaciable.

—Te amo —le dijo la morena en el oído suavemente mientras con sus dedos atrapaba los pezones sensibles de sus pechos— Te amo y quiero hacerte el amor mil veces más para demostrártelo —esta vez volvió a agarrar los dos pechos de su novia tratando de abarcarlos con todas sus manos. 

—Lili mmm... Ca... Cariño... No es que... Dios... Mmm —la fotógrafa trataba de detenerlos, pero sus gemidos escapaban de su boca prácticamente.

—Si tu idea de detenerme es hacer esos ruidos, no vas por buen camino, me pones más loca aun —le informaba mientras su mano derecha dejaba uno de sus lugares preferidos para empezar a bajar hasta el otro.

Rosé sabía que no iba a tener muchas fuerzas para detener a "la bestia", de hecho, la morena había ganado el juego cada vez que lo puso en práctica. Pero para alivio de la fotógrafa y para desgracia de la deportista comenzó a sonar celular de la primera.

—Lili... Tengo que atender —trató de moverse, pero los brazos y piernas de la morena la frenaron— Vamos bebé... Déjame atender —pidió suavemente. 

—No quiero —se negó la jugadora— Necesito tocarte —parece que ocho horas no fueron suficientes.

—Podría ser Beth —la rubia tuvo que sacar su carta más fuerte.

—Ohhh... No se vale —se quejó Lisa soltando a su novia para después dejarse caer en el colchón y taparse la cara con la almohada.

Rosé sonrío y acarició el estómago marcado de su chica para calmarla.

—Te pareces a Beth cuando le niego su chocolate —le dijo mientras agarraba su celular— ¡Aló! —contestó aun riendo de como Lisa murmuraba algo así como "tú eres mejor que el chocolate" debajo de la almohada.

CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO EL AMOR QUIERA | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora