𝕬𝖌𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝕴𝖓𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖆𝖑 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖙𝖊𝖑𝖎𝖌𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 - SOOSHU

Capítulo 6: Reescribir las estrellas

- Soojin, debes irte a casa. Llevas aquí demasiados días casi sin dormir. No sabes cuándo va a despertar y necesitas descansar. Yo me puedo quedar, si quieres. – fue lo primero que logró escuchar Shuhua. No sabía dónde se encontraba, solo sabía que tenía los ojos cerrados, pero no lograba conseguir abrirlos, estos se sentían demasiado pesados todavía. Tampoco sabía con claridad de quién era aquella voz, que escuchaba demasiado lejana, hasta que la siguiente persona que habló dijo su nombre.

- Lo sé, Miyeon, pero no puedo irme a casa sabiendo que está aquí. Sinceramente, me da igual si a alguien le parece raro, pero tengo que quedarme con ella. No puede despertarse y yo no estar a su lado. Sé que a Lia turno de noche, así que, si despierta, le pediré que te lo haga saber, ¿de acuerdo? – respondió la otra voz, que Shuhua estaba casi convencida de que pertenecía a Soojin.

- Está bien, como quieras. Intenta dormir algo, por favor. – se escuchó un murmullo por parte de Soojin y unos pasos de Miyeon alejándose. 

Shuhua, a pesar de haber escuchado la conversación y pensar que estaba despierta, aún le costó un rato más abrir los ojos. Antes de poder hacerlo, empezó a moverse poco a poco en la cama, emitiendo algún sonido por su boca, el cual era completamente inentendible para Soojin. Algunas noches atrás, Shuhua había empezado a decir cosas, pero no consiguió despertarse, por lo que no quería que sus esperanzas se vieran aplastadas de nuevo. Sin embargo, no pudo evitar acercarse a la cama desde el sofá que llevaba ocupando demasiado tiempo ya y tomó la mano de su novia. Se quedó observándola durante unos segundos, mientras acariciaba con sus dedos la parte posterior de la mano de la morena, intentando trasmitirle que estaba a su lado. Cuando estaba empezando a pensar que era una nueva falsa alarma, Shuhua apretó sus parpados un par de veces y abrió ligeramente los ojos. Los cerró rápidamente, porque la luz le molestaba de sobremanera, por mucho que fuera la poca luz que emitía la lámpara que Soojin había estado utilizando para leer.

- Shuhua, sé que me escuchas. – dijo Soojin a su lado, apretando aún más su mano, pero intentando no hacerle daño. – Despierta, mi amor. Estoy aquí para ti. 

Sabiendo que debía despertar, por ella y por Soojin. Shuhua volvió a apretar los ojos y los abrió muy lentamente. Parpadeó en varias ocasiones, intentando que su visión fuera cada vez más nítida. Lo primero que vio fue el techo blanco de una de las habitaciones del ala médica de la agencia. Estaba segura de que estaba de nuevo en Madrid, a pesar de que no recordaba nada de lo que había pasado después de escuchar cómo una bomba explotaba tras ella. Aquella habitación, o una muy parecida, era territorio familiar, pues se había pasado algunos meses allí tras su anterior grave accidente. Giró ligeramente la cabeza, para encontrarse con Soojin, quien la miraba emocionada, con lágrimas a punto de ser derramadas de sus ojos. Shuhua movió de manera pesada su mano derecha, para acercarla al rostro de su novia y acariciarla tiernamente. Una lágrima, inevitablemente, acabó cruzando la mejilla de Soojin.

- Hola, mi JinJin. – saludó, intentando sonreír.

- ¿En serio? ¿Te despiertas después de que te diera una bomba y lo primero que dices es eso? De verdad, tengo una novia idiota. – se quejaba, negando con la cabeza, aunque sonriendo. – No sabes el miedo que he pasado estos días. No sé cuántos momentos he pensado que te perdía, Shuhua. Tenemos que comprobar que todo está bien, así que voy a llamar a una enfermera para que me ayude. – Shuhua asintió y vio marchar a su novia.

Un minuto después, Soojin entraba a la habitación junto a Lia. Revisaron todas las constantes vitales de Shuhua y, al comprobar que no había nada fuera de lo normal, la doctora le dijo a la enfermera que ya podía retirarse.

- Me alegra que estés bien, Shuhua. Pero no quiero verte más por aquí. – advirtió Lia, con una sonrisa en el rostro, antes de marcharse para volver a su guardia.