Capítulo 11: Razzle Dazzle

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Un último y sonoro gemido se escapó de los labios de Soojin, llenando toda la habitación. La morena, con los ojos cerrados, empezó a recuperar poco a poco la respiración normal, mientras sentía como Shuhua iba besando su cuerpo, ascendiendo poco a poco desde el interior de sus muslos hacia su estómago, volviendo a posar sus labios en sus pechos y pasando finalmente del cuello a sus labios. Soojin tomó su nuca para no dejar que se alejara mucho y la besó con ganas, agradeciéndole lo que acababa de hacer.

- De verdad, no me voy a acostumbrar nunca a las habilidades de tu boca. Menuda manera de darme los buenos días. – Shuhua sonrió y le dio un tierno beso en los labios.

- En realidad, sabes que he aprendido de la mejor maestra. – Soojin asintió, con un gesto juguetón en el rostro.

- ¿Ah, sí? Pues entonces debería pedirle que me dé algunas lecciones. – Shuhua decidió seguirle el juego, mientras no dejaba de acariciar el cuerpo de su novia, acercándola hacia ella.

- No va a poder ser, porque ella es mía. Es la única mujer de mi vida y a la que amo hacerle el amor cada mañana, tarde y noche. – Soojin se enterneció ante aquellas palabras y agarró la nuca de la morena para besarla.

- Te quiero. – se siguieron besando, mientras Soojin las iba girando en la cama para quedar encima de su novia. – Déjame que sea yo ahora quien te dé algunas lecciones más y puedas comparar entre tu maestra y yo. – empezó a besar el cuello de su novia, quien, con el primer roce de labio, ya se encontraba en el cielo.

No obstante, y siguiendo con la manía de ser interrumpidas en los mejores momentos, el timbre de su casa sonó, dejándolas paralizadas a ambas.

- ¿Esperabas a alguien? – preguntó la morena, encima de la dueña de la casa.

- No, que yo sepa. – un nuevo timbrazo hizo que Soojin se colocara de nuevo sobre el colchón, permitiendo que su novia se levantara de la cama. – Como sea alguien con publicidad o para venderme diccionarios, te juro que se los tiro a la cabeza. – aquello hizo reír a Soojin, mientras Shuhua se colocaba una bata y se dirigía hacia la puerta. Sin embargo, no era ni una cosa ni la otra.

- Buenos días, Shuhua. – dijo Yuqi, sonriente. La sorpresa en la morena hizo que su compañera la apartara rápidamente de la puerta para poder entrar en la casa. Fue entonces cuando Shuhua volvió a la realidad y empezó a entrar en pánico.

- ¡Yuqi! – gritó muy fuerte, para que su novia, al otro lado de la casa, se alertara de la situación. Soojin, al escuchar aquello, se cayó de la cama y empezó a buscar dónde poder esconderse. - ¿Se puede saber qué haces aquí? – preguntó Shuhua, siguiendo a su amiga, quien entró en la cocina, empezando a buscar con la mirada en cada rincón de esta, por muy pequeña que fuera a priori.

- Pues que me he levantado pronto porque no podía dormir bien y he pensado que sería buena idea ir a por algo de desayuno para empezar juntas la mañana. – Yuqi señaló las bolsas, pero no les prestó mucha atención, pues seguía observando detenidamente todo. - ¿No te parece buena idea? – Yuqi salió de la cocina y empezó a mirar por el salón. Entonces, se dio cuenta de que su compañera no llevaba mucha ropa en su cuerpo. – Por cierto, ¿estás desnuda debajo de esa bata? – Shuhua se miró a sí misma en el espejo del comedor y se cruzó de brazos, pensando la excusa a su situación en ese momento.

- Es que estaba a punto de meterme en la ducha. Me he levantado poco antes de que llegaras. – Yuqi miró el reloj, dándose cuenta de que eran las 10 de la mañana.

- Esto es raro en ti. Esto es muy tarde para tus horarios normales. – aquello le dio una buena idea de dónde buscar a continuación. – Entonces, ¿por qué no te metes en la ducha mientras yo te busco algo de ropa para ponerte? – Yuqi se dirigió con una gran sonrisa hacia la habitación de Shuhua, quien intentaba detenerla, pero no fue posible. 

𝕬𝖌𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝕴𝖓𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖆𝖑 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖙𝖊𝖑𝖎𝖌𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora