La Bebe Que Cria A Un Villano [Primera Parte]

Capitulo 29.

Yuni puso el papel y los lápices sobre la mesa.

“¿Estás trabajando en tu tarea, señorita?”

Oh, es cierto. Había venido aquí con el pretexto de hacer mi tarea.

Mientras trataba de agarrar el lápiz, encontré una cicatriz en la mano de Yuni.

“Yuni, estás herwida”

“Ah, me corté porque fui descuidada. No es nada, así que no se preocupe “.

Entonces Seria vino a nosotros.

“Tengo un poco de medicina”.

“Todo está bien……”

“El cuerpo de un empleado también es un activo. Tenemos que cuidarlo bien ”.

Seria aplicó medicina en su mano, mientras Yuni respondió con un rostro ligeramente avergonzado,

“Gracias…”

“No lo menciones”.

Al salir de la habitación después de terminar mi tarea, fui a la oficina del Duque.

‘Ahora que sé quién es el criminal buscado, pero necesito encontrar las pruebas para obtener esa recompensa’.

Para hacer eso, tengo que mantener al criminal buscado a mi lado. Pensé en convertir al presidiario en mi maestro con el pretexto de querer una lección completa.

Llamé y entré mientras el duque hablaba con uno de sus vasallos. Había una caja enorme sobre el escritorio del duque.

‘Qué hay adentro…..?’

¡Etwal!

Fue el objeto sagrado lo que hizo que Mina ejerciera su poder.

Pero ese era diferente al de Mina. El etwal de Mina era platino, pero todo esto era de oro. Y las esquinas del centro hexagonal no tenían joyas adjuntas.

‘Eso es. El segundo Etwal.

El que Turva quería tener en sus manos estafando al duque de Dubbled.

‘¿Cómo lo consiguieron?’

Escuché sobre la guerra, pero no pudo haber terminado tan rápido. De repente, el vasallo le dijo al duque.

“Los ciudadanos de ese continente estaban sufriendo tanto la tiranía que directamente abrieron las puertas a nuestras tropas. Gracias a eso, el viaje fue más rápido ”.

“¿Enviaste esta noticia al Emperador?”

“Por supuesto, dijo que estaba muy satisfecho con el regalo de este año y que enviaría un edicto para honrarlo”.

“Qué dolor en el cuello”.

El vizconde Dubos me miró.

“Todo esto es gracias a ti Señorita. Si no hubieras reconocido al estafador, ¿cómo podríamos habernos enterado de la existencia del segundo Etwal?”