Cap:8

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Jeon corría por toda la aldea en busca de sus compañeros, gracias a su fortaleza había logrado despertar después de todo lo qué pasó. Hasta ahora no tenía idea de cómo se había presentado su compañero principal, en realidad no había visto ni a Kim. En cuanto los llevaron a casa, la curandera les prohibió salir hasta saber que no habría algún bajón, pero su terquedad era mayor y el amor y cariño por esos 2 no le dejaría descansar, le urgía calmar ese miedo en su corazón.

-¡Jeon Jungkook!, regresa en este momento mocoso, te prohibieron salir -Conforme corría la voz de su padre alfa disminuía - ¡JUNGKOOK!

Al pasar por cada calle todos lo miraban extrañados, puesto que cada uno de ellos había contemplado la marca del lobo en su espalda, algo anormal, algo que nadie había tenido el honor de portar.

-Mierd*, vamos Kook, agudiza tus sentidos

"Por favor cálmate, ellos están bien... tenia que pasar"

-¿Que me calmé?, mi pareja se desmayó y con el, mi mejor amigo. Voy a destruir el pueblo si no los localizo, sus olores son débiles.

"No piensas con claridad, a ti te llevaron a casa, ¿no?".

Jeon paro, casi tropezando.

"Vaya genio, serás el más fuerte, pero, también el más baboso"

Soltando un gruñido tomó camino a sus objetivos, empezando por su mejor amigo.

Soyeon se mantenía en su oficina, completamente apartada del exterior, más bien estaba tratando de conectar con su loba interior

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Soyeon se mantenía en su oficina, completamente apartada del exterior, más bien estaba tratando de conectar con su loba interior. No entendía muy bien, puesto que la omega que trajo al mundo a su hijo solo les explico un poco de las predicciones enviadas por la luna, en ese momento lo único que le importaba era el estado tan delicado de su pareja, la cual murío por la noche, justo a las 11:59.

Desde entonces su actitud cambió por completo y tener un cachorro que cuidar, que aparte tenía una apariencia tan similar a su ex-pareja no ayudaba. El niño lloraba por las noches, pedía comida y era muy inquieto, las tareas en la manada apenas si podía cumplirlas de tanto estrés, hasta que el pequeño Jimin por fin cumplió un año fue cuando la alfa decidió recomenzar su vida con otro omega, aunque no lo amara.

Ver crecer a Jimin fue como ver crecer a la muerte y la soledad, su sonrisa era un martirio, su mirada le aterrorizaba, su pelo negro le hacía recordar su primera noche juntas, sus risas cuando la marcó, todo el era ella, solo faltaba que saliera omega. En realidad nunca juzgaría a alguien por su posición, lo que dijo su padre en realidad no le importaba, por más golpes que recibiera, por más escupidas y palabras hirientes, ella se juró no ser así, pero, la muerte de su omega lo cambió todo.

"El amor realmente te cambia"

No fue hasta ver a su hijo retorcerse en el suelo que sintió asco de ella misma, no pudo evitar pensar en su padre, se comparó con el y por fin se dio cuenta de la asquerosa madre que era, incluso su omega actual demostraba más afecto por un cachorro que no le pertenecía.

"2 alfas para uno" vmin/kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora