Cap. 9

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-Como crees, de donde sacas esa tontería.?- me hicistes sudar como nunca antes lo había hecho alguien. Negartelo era la mejor, me habías descubierto, no entendía como te habías dado cuenta, tan evidente era.?
-Lo siento te voy a comprar otro te lo prometo.- trate de que me escucharas relajada, cuando no era cierto, me sentía incómoda. Me agache para recoger los pedazo de vidrio en el piso.

-Pues tú misma me lo demuestras, con tu forma de ser conmigo.- mi corazón cada vez se aceleraba un poco más, mis respiraciones eran más profundo, se me hacia difícil que llegara oxígeno a mis pulmones.

-Nunca me niegas nada, a todo me dices que si sin excusas y sin pretextos.!-
-No te creas importante, eso me pasa con todas las personas.- trate de defenderme rápidamente, sabia que tratarte bien y darte tantos privilegios traería las consecuencias, y en ese momento lo estaba pagando.
Termine de recoger todos los pedazos rotos y los tire a la basura, me puse de pie, y empecé a buscar otro recipiente, que esta vez no fuera de vidrio. Pero también estaba buscamdo excusas para no verte a la cara, y notaras lo nerviosa que estaba.

-Además estos siete años que llevamos de conocernos no me as presentado a ninguno de tus novios.?
-Qué.!! Eso no quiere decir nada, y sí eh tenido novios, pero ninguno me ah llenado como para hacerlo oficial y presentartelos.

-Entonces estás segura de que no te gustó.?- te empezastes a acercar peligrosamente a mí y quedastes a centímetros de mi boca, acorralandome contra la encimera y tu cuerpo, tus pechos quedaron pegados a los míos, cualquier movimiento que hiecieras en ese momento quemaría toda mi piel, si tus manos comenzaran a tocarme, caería al piso sin poder sostenerme, caería rendida ante ti.
Sentía que mi corazón se me saldría  en cualquier momento, mi pulso se disparó, mi estómago subía y bajaba rápidamente.
Tu mirada estaba fija a mis ojos, yo estaba tomando todas las fuerzas de todos los universos para no bajar mi mirada a tus labios. No se que pretendías, pero te estaba funcionando, querías que terminara rendida a tus pies, lo estabas logrando.

-Aún sigues diciendo que no? Por que tu cuerpo esta diciendo otra cosa.!!- trague con dificultad y te dije que si, con movimientos de mi cabeza, por que se me había ido las palabras de la boca.
Tu mirada bajo a mis labios y no pude resistirlo más, y mire tus labios también, se veían tan deliciosos tan apetecibles, ese labial rojo llamaba mi atención con tanta fuerza, pasé mi lengua por mis labios humedeciendolos y no pude más, que me acerque a tus labios con tanta sed de ti.

Amándote En Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora