Cap. 10

42 5 0
                                    

Al mismo instante que yo me acerqué, tu te alejastes lo suficiente de mi, fue mucho para mi gusto, te vi sonreír, fue entonces cuando me di cuenta que te estabas burlando de mí.

-Y no que no.?- esta vez tu risa fue más fuerte, yo terminé con la boca abierta, me sentí estúpida, sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mi con fuerza.
Me mordí el labio con fuerza,y baje mi mirada al piso, tenía ese nudo en la garganta, quería llorar, pero no quería que me vieras, ya solo eso me faltaba para que siguiera haciendo el ridículo contigo.

-Si no te gustará no me hubieras intentado besar.!- tu estabas con unas sonrisa triunfante, mientras yo estaba sufriendo. Trataba de pasar saliva por mi garganta para quitar ese nudo que no me dejaba hablar, quería defenderme, aunque a decir verdad no tenía nada que decir a mi defensa, había sido descubierta.

-Creo que es mejor que me retire.!- apenas sone audible, estaba hasta temblando, dejé el limpiador que me habías prestado en la encimera y empecé a salir lo más rápido posible de tu casa.

No pude aguantar más y mis lágrimas comenzaron a salir, los limpiaba y me salían más, era inútil limpiarlas.
Yo lo sabia, sabía que nunca me ibas a corresponder, tu eres bastante religiosa, eso siempre lo eh comprendido de ti. Por eso nunca te lo había dicho, prefería ser tu amiga, prefería cayarme lo que eh sentido por ti desde que te conocí, preferí siempre amarte en silencio, pero mis acciones me delataron.

Tome mi chumpa de cuero y abrí tu puerta, pero me lo impedistes, no te escuché acercarte.
Me tomastes del brazo y me diste la vuelta, no te vi venir y tus labios ya estaban pegados a los míos... Quedé estática, no sabia si era cierto o lo estaba soñando, quizá me había desmayado y estaba alucinando.

Tus manos me tomaron del rostro para que no me alejara, para serte sincera no tenía ni las fuerzas para hacerlo, yo solo tenía las manos levantadas, mis ojos estaban abiertos mientras los tuyos estaban cerrados, pero al momento de sentir tus labios moverse con tanta lentitud, automáticamente mis ojos se cerraron. Sentí como todo mi cuerpo quedaba adormecido.

Te alejastes y me era imposible abrir mis ojos, mi cuerpo no me obedecía, tarde unos segundos y al fin mis ojos reaccionaron. Ahí estaba tú observandome, tenías una expresión de asustada y sorprendida, me veías a los ojos buscando una respuesta, supongo que era por lo que habías hecho, pero yo no tenía respuesta a tus dudas, creo que era yo la que estaba más sorprendida que tú.


Amándote En Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora