No era fácil.
Jiang Cheng lo sabía desde un principio. Sabía que Wei Wuxian tenía que crecer, casarse y formar una familia en algún momento.
Pero mínimo esperaba que fuera alguien de su propio clan, alguien cercano a la familia, que compartiera las mismas costumbres y conocimientos sobre su cocina.
Jamás esperó que su hermano se casara dentro de otro clan y abandonara Yunmeng.
Que lo abandonara a él.
Y es que, para ser honesto, ese era el problema.
Jiang Cheng estaba celoso de Lan Wangji, de su relación con Wei Wuxian y cómo el tonto se la pasaba revoloteando alrededor del Jade, dejando de lado a Jiang Cheng.
Claro que esto jamás lo admitiría en voz alta.
Esperaba que cuando ambos crecieran y dejaran de ser niños. Cuando su padre decidiera ceder el puesto de Líder de Secta para él y reconociera sus habilidades, entonces ahí sería cuando todo cambiaría.
Su madre ya no podría imponerle sus enseñanzas, no podría exigirle que pusiera distanciamiento con Wei Wuxian. Ahí podría usar el poder de un Líder de Secta y poder tratar a Wei Wuxian como su hermano sin que otros se atrevan a burlarse de su relación.
Que no se atrevan a manchar su hermandad con los chismes de un hijo fuera de matrimonio por parte de su padre o la deuda de un amor jamás olvidado con la madre de Wei Wuxian.
Ahí, Jiang Cheng podría amenazar con cortar la lengua con la que se atrevan a ensuciar el nombre de su hermano.
Pero el presente no era así.
Jiang Cheng tenía que vivir a la sombra de las habilidades de Wei Wuxian, demasiado asustado de su madre como para poder llamarlo hermano.
Demasiado celoso de la admiración que su padre sentía por el discípulo pero no por su hijo.
Demasiado molesto por el trato tan injusto que le daban a su hermana por el simple hecho de no nacer con habilidades para el cultivo.
La vida no era justa con Jiang Cheng, y bien estaba enterado de que tampoco lo era para Wei Wuxian.
Sabía que se esforzaba el triple que nadie porque tenía que cumplir las expectativas de los Líderes de la Secta, porque sabía que su madre se desharía de él encontrando la primer excusa.
Pero eso no lo volvía más fácil. Jiang Cheng era un niño obligado a actuar como adulto, sin guía de su padre en relaciones humanas y con una madre que buscaba presentar sus habilidades solo por competencia y no por reconocimiento del trabajo duro que había puesto para obtenerlas.
Sí, Jiang Cheng estaba celoso de Wei Wuxian.
Pero también lo amaba.
Wei Wuxian era su hermano.
Crecieron juntos y Wei Wuxian estaba dispuesto a dar su vida por ellos.
Entonces, ¿por qué tenía que enamorarse de alguien lejano a ellos?
¿Por qué quería abandonar a sus hermanos?
No era justo.
Jiang Cheng y Jiang Yanli conocían a Wei Wuxian más que nadie, ¿por qué tenían que renunciar a su hermano?
Ese Lan Wangji era un egoísta.
Él debería renunciar a su hermano y mudarse a Lotus Pier en lo que a Jiang Cheng respecta.
No le agrada y probablemente jamás se llevarán bien.
Es demasiado recto, callado y busca seguir las reglas al pie de la letra. Algo que Jiang Cheng jamás entenderá.
Pero estaba dispuesto a tolerarlo con tal de mantener a su mano derecha en Yunmeng, es más, podría llevarse a Lan Xichen con él si tampoco quería separarse de su hermano.
El anciano Qiren podría continuar como Líder de Secta como lo hacía ahora.
No importaba cómo, lo único que Jiang Cheng necesitaba era conservar a Wei Wuxian con él junto a su hermana.
Eran el trío de hermanos, no era lógico separarse.
Pero sabía también que su hermano podría coquetear con todo lo que se moviera y aun así jamás estaría interesado de la misma manera en la que lo estaba del Jade.
Después de todo era su hermano y lo conocía.
Wei Wuxian era un romántico sin salvación y Lan Wangji sería su único interés por el resto de su vida.
Tenía que comenzar a hacerse a la idea.
Quizá consultar a su hermana sobre un plan para secuestrar al segundo Jade en lugar de su hermano y así mantener a Wei Wuxian atado a Lotus Pier por siempre.
Ugh. Esto era ridículo.
Había tantas cosas en su cabeza que estaba seguro que dormir no sería fácil.
¿En qué momento de su vida aparecería Lan Sizhui?
¿Cómo es que su hermano terminaría siendo padre del muchacho?
Y más sorprendente aún, ¿cómo es que Jiang Cheng no estaría ahí para tratarlo como su sobrino?
¿Cómo pudo haberle privado de eso?
Estaba seguro que Yanli no estaría contenta con eso.
Ambos tenían que consentir al hijo de Wei Wuxian, no importa si el otro padre era Lan Wangji. Sería un precio a pagar.
Pero Sizhui tenía que entrenar bajo el techo de Jiang Cheng. Dónde pudiera vigilar que su entrenamiento sea adecuado y que tres mil reglas no le impidan ser niño.
Donde pueda comer comida deliciosa y no la basura insípida de Gusu.
Oh, demonios.
Había tantas cosas mal en la vida de Wei Wuxian que Jiang Cheng tendría que asegurarse de estar ahí para evitar que su hermano cometa los errores que Sizhui ha contado.
Mañana arrastraría a Nie Huaisang dentro del problema para impedir que su hermano se fuera de Yunmeng.
Eso bastaría para poder dormir tranquilo por esa noche.
Y con su plan medianamente formado, fue que puso conciliar el sueño.
Claro que para Wei Wuxian sería un tema totalmente diferente.~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~
Un poquito de la vida triste de Jiang Cheng :c
Honestente no siento un apego emocional con su personaje, pero es necesario escribir sobre su vida con WWX, es su hermanito después de todo.Aclaro que no lo odio, solo su personaje nunca fue uno con el que pudiera empatizar.
Intentaré quererlo un poquito a través de esta historia. Supongo que esa sea mi meta.
¡Nos leemos luego!
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De cintas Lan a malentendidos
Historical FictionEn donde Lan Sizhui termina viajando en el tiempo, conociendo una versión joven de sus padres que jamás pensó que conocería. Wei Wuxian, experto en memorizar reglas Lan, descubre que puede tocar la cinta de Sizhui. Lan Wangji descubre que el amor a...