Capítulo 27.

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Conocer los sucesos de su posible vida futura había sido un evento que marcó a su padre, Lan Sizhui pudo notarlo en la manera en la que podía escuchar su llanto a pesar de lo silencioso que intentaba ser.

Había decidido darle privacidad para que leyera la carta y así pudiera reconciliarse con los eventos que aún no sucedían y quizá jamás llegarían.

Pero resultaba tremendamente imposible no estar a su lado para ofrecerle un hombro para llorar cuando sabía que esto le afectaría demasiado así que abandonando toda etiqueta dejó de pretender que dormía y lentamente se sentó a su lado, tomando entre sus dedos suavemente la manga de su túnica.

Su padre no hizo ningún movimiento para darle a entender que había notado su presencia y por unos segundos la ansiedad se apoderó de Lan Sizhui pero pronto sintió como los hombros de su padre se sacudieron y lágrimas silenciosas rodaron nuevamente por las mejillas del jade.

Su rostro era tan joven, cargaba una juventud que Lan Sizhui jamás había visto en su padre.
Era un rostro que carecía de las cicatrices que la guerra y el remordimiento habían tallado a lo largo de los años en la madurez que el Hanguang-Jun de su época demostraba.
Lan Sizhui se sentía un extraño frente a este Lan Wangji la mayoría del tiempo, llamando padre a alguien de su edad que difícilmente conocía a Lan Sizhui pero en este momento, rodeado de tenue luz de velas, carente de sonidos exteriores y rodeados del fino papel en el que yacían escritas las letras de su futuro. En este momento Lan Sizhui podía ver al Hanguang-Jun de su tiempo en este rostro que aún no había sido golpeado por el sufrimiento de ver a su Secta destruida.
Y aún así podía sentir el dolor de la pérdida que su padre estaba experimentando.

Podía sentir cómo su padre comenzaba a cuestionarse las enseñanzas y creencias que el muro de tres mil reglas predicaban.

Podía sentir la furia de saber que de nada sirvieron las reglas para proteger lo más preciado para él.

Pero también sabía que su padre lograría superar esto, que todos sus años de formación como un discípulo de Gusu Lan no serían en vano.
Su padre era fiel a sus creencias, al camino correcto y a proteger al inocente.

El camino que elija para el futuro, Lan Sizhui está seguro de que será el correcto y sabe también que Wei Wuxian estará al lado de su padre para apoyarlo y quizá, Lan Sizhui esté ahí también.

Así que con un mayor entendimiento y confianza tomó firmemente el brazo de su padre y lo trajo consigo cuando se levantó.

Su padre no dijo una sola palabra, solo se dejó guiar silenciosamente.
Cumpliendo con las indicaciones de Lan Sizhui, quien le informó que retiraría por él su preciada cinta, dejando solo su cabello para dormir con comodidad, hasta ser depositado suavemente en su cama donde el chico lo envolvió en sus sábanas cuidadosamente.
Y sin ninguna otra palabra, Lan Sizhui se fue a su propio lugar para dormir, apagando las velas en el proceso.

No podía hacer nada más por su padre en este momento, solo cuidar de él en la manera en la que le fuera posible.

Sabía que las palabras que pudiera decir no serían recibidas de manera correcta y que la batalla por la que Lan Wangji estaba pasando era una que tendría que ganar por su cuenta.

Cuando esté listo, Lan Sizhui estará ahí para brindar su apoyo.

Y así fue como ambos Lan terminaron rompiendo la regla de toque de queda por su cuenta. Durmiendo hasta entrada la noche.

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Lan Sizhui fue despertado extrañamente por movimiento a su alrededor.
Era raro que su reloj interno no fuera la razón por la que se levantara por las mañanas, siendo una costumbre grabada en su cuerpo desde antes de que pudiera recordarlo.

De cintas Lan a malentendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora