Esto apenas comienza...

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-Lo hice por mi hermana- gritando, con lágrimas recorriendo mis mejillas, desesperación en cada una de mis palabras- yo solo...- sollozando, escupí - solo hice justicia por ella...yo la amaba.

-Angéle Joséphine Aimée van Laeken, queda arrestada por homicidio, por posesión de armas sin permiso- sentía un peso enorme en mi, un vacío tan grande que no se llenaría con nada...y de pronto todo se volvió oscuridad, mis esperanzas, mis ilusiones y buena vida...habían terminado.
-Su condena es de 4 años...mientras tanto quedará arrestada- Mi cara y cuerpo permanecían en estado de shock, solo sentí que tomaron mis brazos para que no me resistiera, mis manos estaban apretadas por las esposas.
Me levantaron de la silla, y casi arrastrándome me llevaron a una camioneta para poder trasladarme a la prisión.
Arriba del vehículo, mis manos atrapadas y mi mente volaba lejos, recordando el cuerpo de mi hermana en la autopsia.
En cuanto menos esperé, abrieron la puerta trasera del vehículo en donde me encontraba.
-Fuera del auto, hemos llegado- sin oposición baje del vehículo, uno de los funcionarios tomó de mi brazo apretando su agarre, nos dirigimos a la entrada de la cárcel. Describiría la cárcel como un terreno bastante grande olía a perfume barato y a trastes sucios.
-Pasa por aquí- dijo una gobernanta con estatura más baja a la mía, delgada y de edad mayor. Ella me dirigió a una sala. Yo mantenía mi mirada en todas partes, en realidad estaba asustada - aquí te haremos una revisión, quítate la ropa- sin decir más lo hice- muchas malnacidas quieren verme la cara escondiendo drogas u otras cosas en su cuerpo...ahora ponte en la línea amarilla y las manos en la pared- me dirigí a la línea que ella me indicaba, coloqué mis manos en esa vieja pared, con mi cuerpo desnudo introdujo una de sus manos con un guante de látex hacia mi parte trasera metiéndola sin cuidado alguno.
Me sentía un poco violada por el acto.
Saco su mano de mi interior para después quitar el guante tirándolo a la basura, caminó a una mesa dentro de la sala.

- Coloquese esta ropa- me extendió entre sus brazos prendas de color amarillo y una camiseta blanca justo de mi talla - Toma tus tenis, aquí tendrás que cuidarlos si no es así los perderás...o mejor dicho te los robarán- los tome para luego comenzar a colocarme la ropa, me daba comezón en el cuerpo, enseguida metí mis pies uno por uno en los tenis, estos eran blancos y no tenían agujetas, eran de cinta...creo que entiendo por qué no tienen agujetas, sería fácil ahorcar a alguien con eso.
Después de esto me pidió que pasara por una puerta, haciendo así que saliéramos de la sala de revisión
- Bueno hasta aquí la dejo- dicho esto me dejó sola con un funcionario poco atractivo, tenía poco cabello, su físico era voluminoso, su estatura era alta y una cara de pocos amigos.
-Bienvenida al infierno, sígueme-
¡Vaya! Al parecer tiene sentido del humor, eso fue lo que pensé con sarcasmo.
Caminamos hasta unas escaleras para subirlas e ir al segundo nivel, entramos a un cuarto, tenía dos literas, adentro habían tres mujeres que a su parecer no me esperaban, sus rostros estaban atentos a mi presencia, una de ellas era morena, alta y con unas caderas voluminosas, otra de ellas era esbelta, blanca, estatura igual que la mía, cabello negro lacio y con copete, ojos grandes, nariz fina y labios delgados con un tono rosa, la última de ellas era una señora mayor de edad, un físico muy voluminoso, cabello con corte militar y lleno de canas blancas, su estatura era más baja a la mía.
- ¡Hey! Chica nueva, ¿pasiva o activa?- dijo la chica morena dirigiéndose a mi con una sonrisa de lado para después soltar una risa escandalosa.
- Activa ¿No se nota?- dije para comenzar a reír con ella
- Adelante, no mordemos- eso lo dijo la chica con piel blanca. Caminé hacia mi cama asignada- por cierto no me presenté, soy Rose, a la morena le decimos Cardi y la viejita se llama Magie- dijo con un tono divertido, estrechando mi mano con cada una de ellas.
- Soy Angèle, se preguntarán por qué estoy aquí, bueno, pues les diré...

Prisoner / Dua Lipa y Angèle. Dua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora