No tan sola

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...

Abrí mis ojos pestañeando varias veces.
El dolor de cabeza era leve, pero mis ojos dolían a cualquier lado que volteara.

Me senté en la camilla con las piernas estiradas y los brazos recargados para no perder el poco equilibrio que me quedaba. Después de analizar la habitación, di en cuenta que aún seguía en la enfermería...sola.

Al parecer era la noche, no había luz alguna por el lugar que no fuera la de la luna.
Ya no podría dormir más, pues anteriormente caí en un sueño profundo.

Me levanté de la cama, pero me detuvo una aguja que conectaba a una bolsa con suero, estaba inyectada en mi brazo derecho, sin pensar más, lo arranqué dejándome un malestar. Hice una mueca de dolor.

Para dar un paso me mareé, así que, me fui tomando de las paredes con precaución.

Tenía ganas de caminar, lo que me detenía en este momento son los terribles dolores, ya no solo de cabeza, ojos y mi brazo adolorido, también se unió mi espalda.

Al girar la perilla de la puerta escuché un colchón rechinar.

Quedé inmóvil por el susto.

- Mmmhh, no intentes escapar - de nuevo esa voz ronca y somnolienta, sonaba tan bien.

Dirigí mis pasos aún sin tanto equilibrio hacia mi camilla, me senté en la orilla.

Noté que estaba junto a mi cama con los ojos entrecerrados, su cuerpo completo apoyado del lado izquierdo quedando enfrente del mío.

- Todo este tiempo estuviste a un lado de mi. No cualquiera soporta mis ronquidos cuando caigo en mi sueño ¡Felicidades! - dije sonriendo con sarcasmo.

- Me pareces agradable.
Además, me encargo de ayudar en la enfermería, Erick necesitaba que alguien se quedara contigo - dijo con debilidad en su voz.

- ¿Quién es Erick? - pregunté.

Me recosté en mi camilla.

- El doctor de aquí.
Ahora, quiero dormir- dijo lo último muy bajo, enseguida durmió.

Bueno, ya que durmió seguiré observándola, la luz de la luna y su bella silueta me dejaban aún más insomnia.
Sé que suena acosadora, pero si tuvieran a una mujer con una amabilidad sorpréndete, un cuerpo tan escultural, sus facciones tan definidas....¡No!

Jamás pasará, seguro es un capricho como otros.

- Soy una Diosa, pero deja de mirarme...es aterrador - dijo en bajo con un tono de diva.

¡Diablos!
Se dio cuenta.

- ¡Ay! Cállate, no puedo dormir ¿Si?
Aparte, ¿Por qué te miraría? - dije con rapidez, tratando de que no se notará mi nerviosismo.

Levantó su torso volteando hacia mi, recargando su brazo izquierdo en la cama.

- Primero que nada, dormiste mucho tiempo y ya falta un par de horas para que amanezca - dijo relajada.

-Segundo, ¿Por qué me mirarias? Soy Dua Lipa, todos quisieran tenerme de frente aunque sea estando en la cárcel - dijo con todo su autoestima arriba.

¿Dua Lipa? Claro, ahora entiendo porque me hipnotizó.
Siempre quise tener una colaboración con ella, la distancia nos separaba por mucho, pero el destino siempre se las arreglaba...

- D-Dua, soy Angèle, al parecer ya lo sabías - le dije con una sonrisa, estiré mi mano para estrecharla con la de ella, acción que correspondió

- Si, conozco un poco de ti- dijo, pero no le di importancia.

- No tienes por qué decirlo solo por compr...- me interrumpió.

- Sé que eres la cantante de habla francesa más escuchada por tu álbum de debut Brol - dijo haciendo que mis ojos se abrieran como platos y mis cejas se levantaran. Sorprendida.

¡Vaya! La misma Dua Lipa reconociendo.

- Bueno, debo admitir que no me lo esperaba - seguía asombrada.

- Espera lo inesperado ¿No? - se alzó de hombros con una sonrisa.

- Lipa - dije con un suspiro.

- Laeken - dijo con una sonrisa.

No podía dejar de ver sus ojos con la luz de luna.
¡Dios! Juro que jamás me enamoraré, pero sé que quiero tenerla cerca.

- Tengo que admitir algo - me fue inevitable sonreír y mirar para abajo.

- Mmh...¿Si?- asentí.

- Estaba mirando como dormías, pero me sentí acosadora y dejé de hacerlo, a-ahora que lo digo suena peor - dije rápido agitando mi cabeza por lo último.

Sentí los nervios apoderarse de mi.

- Amm...lo siento, n- no suelo hacerlo, olvídalo - dirigí mi vista de nuevo a su cara.
Estaba con los ojos entrecerrados, su vista atenta a mi y una sonrisa de lado.

- ¿Puedo llamarte Elle? - dijo de la nada, asentí.

- Bueno, Elle, solo relájate.
Podría tocar tu cabello, si así lo deseas, digo...para que te tranquilice, necesitas eso.

Se levantó, dirigió sus pasos a mi lugar rodeando la cama y al fin se acostó a mi lado.
Di la vuelta para estar frente a ella.

- ¿En serio lo harás? - dije con una sonrisa de lado.

- Mhhmm...ahora, solo disfruta de mis dedos mágicos y duerme - dijo divertida.

Su mano izquierda tocó mi cabeza, su tacto era delicado, con sus largas uñas rascó en círculos con lentitud mi cuero cabelludo.

Ya sabía mi debilidad en tan poco tiempo, estoy en problemas y ella también.

Tiene que alejarse lo antes posible...




Prisoner / Dua Lipa y Angèle. Dua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora