Loca

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DUA POV.

¡Oh, por Dios!
Fue tan placentero, aunque me hubiera gustado que fuera algo más que solo sexo.
Recordar su manera tan posesiva de tomarme entre sus brazos, su exigencia y precisión.

Jamás he estado con una mujer, me gusta provocar y jugar, pero nunca sobre pasé los besos.

Tenía novio antes de entrar aquí, a la prisión. Él era muy amable, comprensivo e incluso cariñoso, después de cinco meses de relación comenzó a ingerir drogas, dejando su físico a un lado, solo me enfocaba en su personalidad...pero no fue lo suficiente, cada día era más distante.

Me pregunto ¿Me faltaba algo?
Nunca lo supe, me sentía incompleta, hasta que vi un brillo en sus ojos, en los bellos ojos de...Elle.

Ahora estaba acostada en el pecho de Angèle, mientras ella acariciaba mi espalda, yo pasaba las yemas de mis dedos haciendo círculos imaginarios por su abdomen marcado.
Yo ya estaba vestida, cualquiera que entrara a la lavandería podía vernos acostadas arriba de la mesa donde fui suya.

- ¿Elle?- la llamé dudosa al notar que se había dormido.
Levanté mi torso apoyando mi brazo derecho en la mesa para verla mejor.

No tuve respuesta alguna, esto me estaba alterando.
¡Oh, no! Estaba drogada y me importó un carajo su salud, todo por el placer.

Me bajé de la mesa, sin perder mi vista ni un segundo de ella.
No había de otra, tendría que ir con Erick de nuevo, apesar que ella detestara estar en la enfermería.
La tomé de la cabeza y las piernas, la cargué como costal, no la dejaría sola.

Con dificultad comencé a caminar lo más rápido que me permitía, di la vuelta para salir de la lavandería.

Una morena alterada entró, yo asustada me moví hacia atrás.

- ¿Has visto a...? - detuvo su pregunta cuando por fin notó mi presencia.
- Las drogas, tenía miedo que reaccionara su cuerpo así, tenemos que bañarla.

- Cuídame de los guardias, si la ven en este estado, Elle será sentenciada- le mandé, ella asintió.

Salió primero que yo volteando para todos lados, seguí sus señales de que podía avanzar.
Casi corrí hasta que la morena me hizo una señal de alto con su mano, me metí a una celda ajena dando pasos sigilosos para atrás hasta que choqué con algo, más bien...con alguien.
Cerré los ojos maldiciendo, volteé lentamente detrás de mi encontrándome de frente con Antonio, el guardia más corpulento que puede haber.

- Pero ¿Qué llevas ahí?- soltó con ironía, sus manos se posaban en la cintura y permanecía con una sonrisa satisfecha.
- ¡Oh, mi bella rubia! - dijo acariciando la cabellera de Angèle, pude ver deseo en su mirada.

- Antonio, por favor, estoy en un grandísimo apuro. No quiero problemas - le dije escondiendo lo más que pude mi enojo.

- Sabes que esto trae consecuencias blanquita, pero, puedes hacer algo a cambio por la salud de...tu amiguita- insinuó, dirigió su mano a mi mejilla izquierda para acariciarla, yo respondí quitando bruscamente su mano con mi ceño fruncido.

Soltó una carcajada bastante fuerte llena de sarcasmo.

- Me deberás, ahora lárgate antes de que me retracte- espetó molesto.

Con mucha furia y la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo, caminé con velocidad sin importar quién estuviera viéndome.
Llegué a los vestidores con miradas dudosas.
Busqué a la mujer alterada, venía corriendo hasta donde estaba, me tomó de la mano y me encaminó a las bañeras detrás de los vestidores.
Abrió la regadera y entendí que le tenía que quitar la ropa.
La acosté con precaución en una banca a lado de las bañeras, con desesperación le quité la blusa teniendo cuidado de que no golpeara si cabeza con la madera, quise admirarla pero no era el momento, no llevaba brasier, así que pude ver sus pechos desnudos y sus pezones rosados, sacudí mi cabeza para concentrarme, le saqué el pantalón junto con sus bragas de tela blanca aventando sus tenis y calcetas.

- Está lista- le dije a la morena.

- Bien, te ayudo- se acercó y la levantó con esfuerzo al igual que yo por la cabeza.

Metimos poco a poco su cuerpo, empezando por su cabeza, no importó que nosotras nos mojaramos.
El agua era tibia, pero, no funcionaba, no esperé y giré la llave fría, salió agua helada.
Su cuerpo comenzó a reaccionar tomando grandes bocanadas de aire.
Parpadeó varias veces a la vez.

- ¿Q-qué pasó?- preguntó asustada poniéndose de pie. Posó sus manos en los costados de su cabeza tratando de recomponerse de un mareo.

- No te volveré a dar drogas - soltó la morena dándome gracia en la forma tan rápida que lo dijo.

Trataba de ver directo a sus ojos, pero no podía teniéndola desnuda frente a mi.

- ¡Demonios! Es cierto, la droga- dijo con molestia cabizbaja.
- Gracias, Cardi- Angèle se dirigió a la morena cuyo apodo es Cardi.

- Para eso estoy, encuerada- reí porque Angèle tomó en cuenta que seguía desnuda enfrente de nosotras y rápidamente exclamó...

- ¡No me vean! - trató de cubrir sus partes íntimas con sus manos pero no lo logró.Ya me había deleitado con su esbelto cuerpo.

Corrió hasta sus prendas empujando a Cardi y a mi.

Se colocó de espaldas su blusa y enseguida sus bragas y pantalones de uniforme. Dejándonos ver sus firmes piernas y trasero con un gran volumen.

En cuanto terminó, volteó a verme con una tímida sonrisa, seguramente yo estaba embobada por ella.

- ¿Te sientes bien? - le pregunté posando mi brazo en su hombro y ella lo tomó como abrazo, rodeó mi cintura con sus brazos.

- ¿Qué me hiciste, Lipa?- susurró en mi cuello.

La separé un poco por los hombros.

- ¿Yo? Tu me subiste al cielo con tu lengua - reí bajo, se sonrojó, abrió sus ojos como platos y levantó sus cejas sorprendida.

- Si van a tener sexo esperen, déjenme voy por mi vibrador - dijo levantando sus manos Cardi.

Reímos las tres.

- Bien, me voy, Angèle, te veo en la celda en unas horas- se retiró guiñando un ojo a la nombrada.

Volteó su rostro de nuevo hacia mi, sentía su respiración tan cerca.

- Lo siento, perdóname, quería olvidarme de ti y creo que tuvimos sexo...si no me equivoco - dijo rápidamente viendo mis labios y luego a mis ojos.

Si, me dolió que solo haya sido sexo casual y que estuviera drogada mientras lo hacía.
Me separé totalmente de ella para irme.

- No te equivocas, Elle- fue lo último que dije para voltearme y caminar hasta que me tomó del brazo derecho haciendo que me gire para que me estampara un beso en los labios, no era lujurioso, parecía de amor, lento, yo le correspondía succionando su labio inferior.
Se alejó casi no queriendo.

- Todo lo hago mal, perdóname- vi tristeza en sus ojos.

- Te perdono, Elle, pero tengo que corregirte, hay dos cosas que las haces maravillosas - le sonreí con malicia.

- Ah, ¿Si?- asentí, vi deseo en su mirar.
- Y eso que estaba drogada, imagínate cómo te voy a volver loca ahora que estoy consciente - insinuó tomando mi cintura posesivamente.

Creo que lo único que cambiaría es que ya no está drogada, porque su agarre el mismo.





























Hola, ¿Cómo están?
Al fin actualicé, aparte del accidente estuve componiendo canciones, les cuento que aproximadamente en dos semanas saldrá mi primera canción, espero tener éxito.
Bueno, VOTEN Y COMENTEN, POR FAVOR.

Prisoner / Dua Lipa y Angèle. Dua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora