Tú Antes De Siempre

Por Esta Noche... Sí

Lili llevaba a Severus casi a rastras por los pasillos del castillo, pensando que esa era su última oportunidad de conseguir que su amigo deje de besar el suelo donde pisa Granger. Si esto fallaba, solo un milagro lo separaría de esa mujer. Mientras, el joven la seguía con un torbellino de emociones y pensamientos, se decía a sí mismo que nada lo separaría de aquella castaña que lo cautivó son una simple mirada. Pero la mente corría en dirección contraria a su corazón, que hervía de rabia, temiendo que Sirius estuviera tan cerca de ella, que terminara quitándosela sin poder hacer nada por evitarlo. Enredado en ese huracán de sentimientos, no notó el momento en que se detuvieron ante una imponente pared...

— Llegamos Sev... Espero que te guste

— ¿Qué hacemos frente a este muro? — preguntó sin entender el muchacho

De pronto el muro comenzó a abrirse delante de sus ojos. Estuvo tan metido en sus pensamientos, que no había notado que estaba frente al muro de la sala de menesteres. Ésta se encontraba perfectamente decorado para una noche de amor a pleno. Pétalos de rosas esparcidos por todos lados, junto con hermosas velas flotando en lugares estratégicos. Una pequeña chimenea en un rincón y cientos de almohadones de seda rodeándola, volvían a ese rincón simplemente utópico

— He aquí "el gran rincón del amor"... ¿Quieres entrar?

Se giró hacia su amiga, con la firme idea de decirle que no estaba convencido de que Hermione aceptara venir con él a ese sitio después del show que le había iniciado... ¿Pero qué estaba pensando? Fue ella la que inició todo insinuando que Lili le coqueteaba. En ese momento, vio un brillo diferente en la mirada de su amiga, y no tuvo el valor de echar por tierra todo el esfuerzo que ella había puesto en ayudarlo. La tomó de la cintura para darle un abrazo sincero de agradecimiento, acto que la muchacha correspondió de inmediato, y aunque su real intención es otra, por un microsegundo se sintió feliz de abrazar a su amigo. Pero de pronto, su vista se desvió hacia una muchacha vestida de rojo que quedó paralizada al observar la escena. Y vio la oportunidad precisa para llevar a cabo su macabro plan. Levantó la mirada hacia el muchacho, y con su mano recorrió la cabellera del mismo, para continuar acariciando su mejilla. El joven quedó desconcertado ante la actitud de su amiga, pero no esquivó la caricia.

— ¿Entramos? — volvió a insistir con voz disimuladamente seductora

— Entremos— dijo Severus, agradecido por las molestia que ella se había tomado, mientras ella apoyaba la cabeza en su hombro intencionalmente

Hermione no podía creer la situación que estaba presenciando. Paralizada, observó como las caricias de esa mujer eran aceptadas gustosas por quien decía amarla, en medio de un escenario demasiado romántico para ser una charla de amigos. En ese momento, su corazón se estrujaba poco a poco de solo pensar que el hombre al que ella amaba, la pudiera estar traicionando con quien el aseguraba era solo su amiga. Y no lo dudó... se quitó los zapatos para no ser escuchada y sigilosamente los siguió hasta el interior de la acondicionada sala, escondiéndose detrás de una columna que allí había

— Espero que te haya gustado esto que preparé para ti. Ven, siéntate a mi lado Severus— argumentó Lili para jalarlo junto a ella hacia dos grandes almohadones

­— Te ha quedado todo muy bonito. Tienes muy buen gusto — Dijo un tanto incómodo, ante una Lili que se recostaba en su pecho.

Y de un momento para otro, su amiga se dio vuelta para quedar casi encima suyo, tomarle el rostro con su mano, y comenzar a devorarle la boca en un beso que a Severus lo desestabilizó. Antes de Hermione, había esperado tanto tiempo un beso de aquella mujer que tanto deseaba, que le parecía irreal. Pero después de ese breve momento de inconsciencia, la imagen de Hermione se le hizo presente en su corazón y en su mente y reaccionó, cortando ese beso, separándola suavemente de su lado y tomando el rostro de una desconcertada Lili.