El enfado hace estragos

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Una enfadada Lily recorría los pasillos para llegar al gran comedor donde la celebración continuaba. Su última oportunidad acababa de escapársele nuevamente, todo por esa odiosa de Granger. ¿Por que todo le salía mal? No tenía idea... Pero de algún modo lograría su objetivo...

— ¿Qué haces sola por los pasillos, amor? — oyó decir a James a sus espaldas, haciéndola salir de sus pensamientos

— Ayudé a Severus con un asunto personal, y estaba regresando al salón. Vamos a seguir festejando...

Y tomándolo de la mano, lo encaminó de regreso a la fiesta. Ya tendría tiempo de pensar más adelante...

En la mazmorra,  Severus y Hermione quedaron vencidos por la intensa situación vivida. El calor invadía todavía la habitación de los jóvenes amantes.  Severus observaba el hermoso cuerpo de la mujer que yacía dormida al lado suyo. Con sus manos, comenzó a recorrer su rostro, sus hombros, sus brazos, y de repente se detuvo... Notó en su caricia que el brazo de la joven tenía algo extraño... lo volteó suavemente y vio una cicatriz, aunque no alcanzaba a verla claramente. Tomó su varita e iluminó la zona, y en ese momento vio con estupor de que se trataba. En aquel delicado brazo, estaba grabada una palabra muy conocida para él: "Mudblood"...

¿Cómo era posible que su dulce ángel le hubiese ocultado esa cicatriz? Si ella dijo ser mestiza. ¿Quién se la había hecho? Millones de incógnitas comenzaron a girar en su cabeza, y no podía esperar más para aclararlas

Acarició el cabello de Hermione, despertándola poco a poco, sin dejar de sostener el brazo poseedor de tremenda revelación. Ella abre los ojos sonriendo, pero la expresión que tuvo frente a ella y la sujeción de su muñeca, la llenó de angustia

— ¿Me explicas qué es esto y quién te la hizo? Por favor...

Con esa última suplica, los ojos de Severus comenzaron a llenarse de lágrimas, rogando que todo sea diferente a lo que él supone. Hermione lo veía sin saber que hacer o que decir... Por un lado, no quería ocultarle más cosas, pero por el otro lado, no podía decirle "¡Cierto! Había olvidado decirte que en realidad no soy mestiza, sino hija de muggles, y por eso tengo esta cicatriz que Bellatrix talló en mi brazo. Pero eso en retrospectiva todavía no sucede, porque en realidad vengo del futuro para interceder por tu amistad con Lili, que es la madre de mi mejor amigo". Sonaba completamente descabellado hasta imaginar decirlo. Porque a pesar de ser magos y conocer los giratiempos, recibir noticias de aquello que todavía no sucede se hace difícil de creer...

— No puedo decir quien fue. Lo único que diré es que sí soy hija de muggles

— No puedes... ¿Ni siquiera a mí? — dijo incorporándose para quedar sentado de espaldas a ella — Creí que entre nosotros no había secretos... pero evidentemente me equivoqué— continuó diciendo, mientras un nudo en la garganta comenzaba a impedirle seguir hablando, y las lágrimas comenzaban a abandonar sus ojos. Pero hizo un último esfuerzo, ya  que su voluntad amenazaba con dejarlo, para decir sus últimas palabras — Por favor, vete... Necesito estar solo

 Mientras tanto el baile de Navidad continuaba, ajeno a los tristes sucesos que pronto sacudirían la escuela ...

 Mientras tanto el baile de Navidad continuaba, ajeno a los tristes sucesos que pronto sacudirían la escuela

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Tú Antes De SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora