Capítulo 26: Te Protegeré

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Un nuevo día inició, como cualquier otro. Sin embargo, el sol parecía estar iradiando más calidez que los días anteriores, abrazaba con su calor desde muy temprano en la mañana.

                   
El joven príncipe abrió los ojos lentamente por la intromisión de luz solar, sus ojos verdes cual esmeralda se encontraban fastidiados por la molestia. Aquel calor corporal le daba confort, aquel confort que cuando era pequeño se6ntia al dormir a lado de su madre, aquella calidez lo transportó a su infancia.

                   
Por otro lado, el poder tener ante sus ojos a aquel hermoso omega, el poder ver su rostro, sentir su calidez corporal, sentir su calmada respiración. El hecho de saber que estaba "bien" lo tranquilizó, sin embargo su lobo seguía inquieto en su interior.

                   
El príncipe veia con atención los labios de aquel joven, podia recordar lo suaves que se sentían cada vez que los juntaba con los suyos. Pero, ahora aquellos lindos labios se encontraban secos.
               
El omega se removió un poco, pegándose más al cuerpo del príncipe, quién en lugar de molestarse por la cercanía,la aceptó y tomó la mano del joven, preguntándose que le habrá sucedido para haberse descuidado tanto. Sin embargo, y a pesar de que la apariencia del joven estaba descuidada,  para el joven alfa seguía siendo hermoso, no entendía la razón, aunque, tampoco es que se moleste en buscarla a profundidad.

                   
Lo único que sabía era que hacia aquel omega se estaba generando un sentimiento que no venía de parte de su lobo, sino, de él mismo, su parte humana. Y aunque le costó admitir que se sintío aliviado al ver al joven a lado suyo la noche anterior, al final lo hizo.
                 
Dejo la delicada mano del omega y dirigió la propia a la mejilla del azabache, acarició con delicadeza aquella zona, dándose cuenta de algo que lo hizo fruncir el ceño. En aquella zona en donde antiguamente se encontraban aquellas leves y suaves mejillas que le daban una apariencia tierna y adorable al omega, ahora solo eran piel y hueso, dándole a entender al príncipe la gran cantidad de peso que el joven había perdido.
                 
Entonces, inmediatamente llevo la mano al vientre del omega, el cual estaba bastante plano. Un poco asustado por lo que encontraría subió la mano a las costillas del joven, podía sentirlas, incluso juraría que podía agarrar las del todo, aquello hizo que tragara en seco.

                   
Después de unos segundos acomodó su mano sobre la cintura de Jungkook con delicadeza y acercó su nariz al cuello del mismo, inalando aquel delicioso aroma que se sentia más que la noche anterior. De igual forma, su lobo se encontraba sentado y meneando lentamente su cola de un lado al otro en muestra de felicidad.

                   
El joven pelinegro se removió, provocando que el príncipe se alejara un poco, pero, mantuvo su vista fija en él. Los ojos del omega se abrieron con calma, después de algunos párpadeos, finalmente enfocó la impotente imagen del príncipe, por lo que se asustó y comenzó a moverse, para apartarse.
               
—Jungkook... Jungkook! —lo llamó el joven príncipe, pero el omega no lo escuchaba

                   
El azabache movió su cabeza a ambos lados repetidas veces, también comenzó a mover sus brazos y piernas para alejar al príncipe sin importarle las consecuencias.                                                 
Al ver la situación el príncipe acomodó sus piernas a los costados del omega, inmovilizado la parte inferior de su cuerpo. También, tomó ambas muñecas y llevó cada una a un costado del joven en frente suyo. Cómo su intención no era lastimar al joven no ejerció mucha fuerza

—Kook, Ju, Jungkook cálmate —pidió intentando conectar su mirada con la del nombrado, estaba ansioso por volver a ver aquellos hermosos ojos que lo cautivaron. Pero, cuando finalmente el omega dejo de moverse y le mantuvo la mirada lo único que puedo observar era tristeza.

Aquéllo le hizo pensar que quizás tratarlo de la forma en que lo hizo no fue lo correcto.

—¿Qué te pasó?— preguntó con notable preocupación. Sin embargo, el joven solo apartó la mirada y lentamente volvió a cerrar sus párpados.

Los segundos pasaban con lentitud y cada uno aumentaba la ansiedad del príncipe por conocer lo sucedido, así que se dispuso a hablar y exigir una respuesta

"No lo presiones, ya hiciste mal las cosas una vez con nuestro omega y no permitiré que vuelva a suceder"

Le advirtió su lobo, pues conocía a su portador

"Debemos cuidarlo, no asustarlo. Asi que tratalo con cariño, después de todo él nos salvo"

Volvió a hablar con insuficiencia

Pero las palabras del lobo llamaron la atención del joven alfa, ¿cómo aquel omega los salvo?, ¿qué hizo?. Fue entonces cuando recordó la historia que le contaron tanto su hermano como Jungkook y los datos que Yoongi le proporcionó. ¿Será posible que esos datos tengan algo que ver en esa situación?

El joven aún tenia los ojos cerrados, tratando de recordar cómo habia llegado a aquel lugar, pues lo último que recordaba era haber estado junto a Rose, SeokJin y el príncipe peliplata en su habitación

Es por eso que esta situación no tenía sentido para él, el joven seguía batallando con sus recuerdos. Hasta que, sintió un cálido beso en su frente, dandole una sensación extraña, pero bastante reconfortante. Apenas aquella situación cesó abrió los ojos y posteriormente observó los del príncipe.

Ambos se encontraban nuevamente dentro de aquella burbuja, era como la primera vez que se vieron, no había algo a su alrededor, únicamente eran ellos dos en este basto mundo. Estaban tan absolutos en aquella sensación que no escucharon las puertas abrirse.

—¡Por la Diosa luna mi salud mental!!— finalmente aquel grito los sacó de su burbuja y ambos dirigieron sus miradas hacia la puerta de la habitación, encontrando a un joven alfa de pelo plateado —Si van a hacer esas cosas por lo menos no dejen que alguien más entre en la habitación — habló ahora con los ojos cubiertos por sus manos dramatizando, para posteriormente salir.

Al escuchar aquéllo ambos, alfa y omega se observaron, no fue hasta ese entonces que tomaron conciencia de su desnudez. Inmediatamente el príncipe en se alejó del pelinegro, sentandose a su lado, con la rapidez que su cuerpo le permitía

Por otro lado, el omega tomó la frazada y se cubrió completamente, apenado por la situación y por no darse cuenta con anterioridad de que no tenia ninguna prenda.

Por algunos minutos ninguno dijo ni la más mínima palabra, sin embargo los ruidos que provocaba el príncipe al cambiarse si estaban presentes, al igual que alguna que otra maldición. Todo esto lograba que bajo las frazadas el omega sintiera sus mejillas calientes.

Una vez que los ruidos cesaron el joven omega tímidamente deslizó la frazada por debajo de sus ojos, al ver al príncipe completamente vestido finalmente salió de su escondite. Pero al encontrar su ropa hecha pedazos sobre el suelo bajó la mirada con tristeza, ¿ahora que haría?, ¿Cómo saldría de aquella habitación?

Se encontraba sentado sobre la cama cubriendo su cuerpo como podía con el edredón, mientras trataba de encontrar una solución, pero pasaban los minutos y nada se le ocurría

Hasta que sintió algo cálido sobre su espalda, asi que se giró inmediatamente, encontrado con el rostro sonriente del príncipe

—Usa esto —le dedicó una bella y sincera sonrisa, mientras el omega parpadeaba atónito —No me veas asi, es solo... Es solo mi buena acción del día —dijo apartando la mirada, y sin más comenzó a caminar a la salida

Una vez se encontraba sobre el umbral de la puerta volvió a hablar

-Quiero verte aquí cuándo regrese, mandaré a SeokJin para que te revise -dijo con tono neutro y retomó su camino lentamente dejando solo al pelinegro. Quién sonrío mientras, inhalaba el aroma a menta de aquel alfa terco.

Mientras tanto, en su interior su lobo volvió a mover su cola, cual cachorro felíz....

UN CHICO OMEGA EN EL HAREM (VKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora