Capítulo 1

2.6K 171 65
                                    

Casi dos años más tarde... Mansión Bly Manor, cerca de Londres.

- Señorita Forrest, bienvenida... - La empleada saludó a Anya a los pies de la gran escalera en la mansión de Bly Manor.

- Hola Rose, ¿está la señorita Woods en la biblioteca?

- Sí, al menos ahí la he visto la última vez, hace como una media hora.

- Bien, gracias Rose...

- ¿Le gustaría beber algo señorita Forrest? ¿Una taza de café, té...?

- No, gracias Rose, estoy bien.

- Muy bien señorita, cualquier cosa que necesite o la señorita Woods, ya sabe.

- Seguro.

Anya subió la gran escalera de la vieja mansión de la familia Woods, en las afuera de Londres. Aun tenía la esperanza de reanimar a su prima, tratar de convencerla de volver a los conciertos. Retomar su brillante carrera como pianista. Una que dejó hacía como un año y medio atrás. Meses luego de la violenta muerte de Titus, y su separación de la fotógrafa Clarke Griffin. Tras terminar con la promoción de su último álbum "Infinity".

La mánager sabía que la aislación en la que Lexa se había sumergido desde entonces, claramente no se debía a la muerte de su padre, sino más bien al alejamiento de la rubia canadience. Ni siquiera supo qué ocurrió en esa habitación del hospital privado, luego que Clarke despertara esa mañana, y ambas mantuvieran una charla al parecer no muy amigable. La pianista súbitamente abandonó la habitación en un mar de lágrimas, evidentemente muy afectada, para nunca regresar a la clínica...

Dos años atrás...

Anya y Lorraine corrieron tras Lexa, aunque finalmente la guardaespaldas se quedó en el hospital, cuando la mánager le sugirió quedarse con la fotógrafa y transmitirle la noticia de Titus. Durante el camino del hospital a la mansión de los Hamptons en Long Island, Anya trató de insistir en saber qué había ocurrido, pero Lexa estaba completamente cerrada en su hermetismo. Mientras las muchas lágrimas no parabas de correr por sus mejillas, negando con su cabeza, indicándole que no deseaba o podía hablar en ese momento, y Anya guardo silencio, respetando su momento.

Anya sabía que no era el momento más indicado, pero ella necesitaba darle la trágica noticia del asesinato de su padre, y cuando llegaron a la mansión de Long Island, la mánager le pidió a Lexa unos minutos más antes de recluírse en su habitación. La pianista en un principio se negó, pero Anya necesitó advertirle que se trataba de algo muy serio, que tenía que ver con su padre Titus.

Finalmente, tras sentarse en el cómo y atiguo sofá del salón biblioteca, Anya le informó lo que había sucedido con Titus, haciendo que el corazón de Lexa volviera a detenerse. Le costó un poco reaccionar a la noticia, no pudiendo creerlo en un principio, hasta que simplemente rompió en llanto en los brazos de su prima.

Si tenía que ser sincera, Lexa realmente no sentía dolor por la pérdida de ese hombre, porque había dejado de sentirlo como su padre la tarde del día anterior. Pero igualmente dolió un poco el shock de la noticia, sumándose al cansancio enorme que sentía, y la ironía de todo. Porque acababa de perder a la mujer que amaba por ese hombre, por sus malditas amenazas. Además de haberse enterado de su verdadera personalidad y profesión, un maldito cretino sicario y mafioso. Uno que ahora estaba muerto, y aun así ya no podría cambiar las cosas, porque tenía el pálpito que aunque Clarke supiera del asesinato, y de su desaparición, nada cambiaría en su decisión de alejarse.

Lexa se sentía tan exhausta de todo, no pudiendo entender cómo su monótona, tranquila, y controlada vida, había cambiado en las últimas cuarenta y ocho horas. Súbitamente, como si fuera una moneda que giraba aun en el aire fuera de control, golpeándola con fuerza.

Atardecer -PostergadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora