Atardecer -Postergada

Capítulo 🔥5🔥

Era tarde noche en Londres, y Bellamy aun estaba terminando de cerrar algunos contratos de la compañía que ahora manejaba. Tras la muerte de su padre había heredado todo ese poder que siempre había soñado manejar algún día.

Siendo el más ambisioso de los hijos de Titus y el hijo mayor, era casi lógico que heredaría los negocios de la familia. Además, estaba más que preparado para ello, no solo porque era un abogado y había manejado la carrera de su hermana menor Octavia de manera exitosa. Pero también Titus le había enseñado cómo manejarse en el mundo de los negocios.

Asimismo, nunca imagino que estar al frente de semejante poder lo llevaría a una maldita situación, como lidiar con una mafia internacional. Obviamente que Bellamy era cosciente de que su padre no hacía todos sus negociados de la manera más limpia o legal. Pero jamás hubiera imaginado que Titus Woods fuera miembro activo, o estuviera involucrado en semajante organización criminal. Y fuera nada menos que un miserable sicario profesional.

Al poco tiempo que tomó poseción de los negocios, cierta gente se contacto con el joven abogado, explicándole que su padre tenía un muy especial contrato con ellos. Estaba relacionado con sus negocios, por ende ya que él continuaría en su lugar, era el que seguiría reportando para ellos.

Y definitivamente no fue que le dieron a elegir, simplemente lo obligaron a seguir respondiendo para la organización o de otra manera sus hermanas comenzarían a pagar hasta terminar con su propia vida. Y lo mismo si trataba de ir a la policía o algún serivicio del gobierno. Le dejaron bien en claro que tenían gente en todos los ambitos que pudiera acudir, y solo se encontraría con el mismo destino. Uno muy malo para su familia y él mismo.

Bellamy no podía odiar más al estúpido de su padre, metiéndose con gente como esa por salvar sus negocios. Ahora él no tenía escapatoria y debía continuar en su lugar. El problema era que no se trataba de hacer negocios sucios, sino de eliminar personas, convertirse en un asesino. Tampoco tenía salida alguna, más que seguir con el maldito destino. Era eso o su familia y no dudó en tomar la decisión que mantendría a todos fuera de peligro.

En un principio Bellamy no estendió bien de qué demonios iba todo, pero tras recibir una visita de una mujer con un par de hombres en su oficina, todo le fue aclarado. Su nombre era Nia Azgueda, y era una de las miembros de esa organización criminal internacional, que sería su jefa y contacto con la mafia, a la que había sido adherido contra su voluntad.

El joben abogado no iba a admitir que casi se mea en los pantalones tras la visita, pero en verdad que le temblaba todo, además de no poder creerlo. Pero allí estaba en medio de algo que no vió venir, y ahora debía manejarlo lo mejo posible. Convertirse en un asesino, en un sicario no estaba en sus ambisiosos planes de seguro, pero al parecer era parte de manejar ese poder que siempre había anhelado.

Detalle extra fue, que cuando la mujer dió su apellido Bellamy de inmediato lo asoció con esa mujer con la que se había unido por un breve tiempo, llevándose la desagradable sorpresa que era nada menos que la acosadora de su hermana menor Lexa. Su primera impresión no pudo disimularla de su rostro, al escuchar ese desagradable apellido, y la perpicaz y observadora mujer, tras sonreirle con una mueca de desagrado, le aclaró que era la tía de la mujer con la que él se había relacionado en New York.

Echo Azgueda aun estaba en un asilo mental en los Estados Unidos, porque el buen equipo de abogados de su tía, habían logrado que la enviaran a una instirución mental y no a una prisión estatal. Pero le dejó bien en claro a Bellamy que no le hacía gracia que su sobrina estuviera en ese hospital, gracias a la idiota de su hermana menor.

La mujer Azgueda acusó a la famosa pianista de haber trastornado a su sobrina en las redes sociales, llevándola a perder la cabeza. Bellamy estaba dispuesto a aclararle el asunto, pero teniendo en cuenta lo que esa mujer representaba, hizo que decidiera cerrar la boca, mordiéndose la lengua. Maldita loca Echo, y él un maldito estúpido cayendo en las redes de esa mujer, solo para llegar a su hermana. Esperaba al menos que la mantuvieran en ese hospital el resto de su vida, desafortunadamente cosa que dudaba realmente. Especialmente cuando acababa de conocer a la gentil de la tía.