Capítulo 6

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Mientras los dedos de Clarke al mismo tiempo ahora volvían a subir, recorriendo sus brazos hasta alcanzar su cuello nuevamente, al que se dedicó deliciosamente en acariciar, ya con toda la mano abierta. Las que despacio se hicieron camino hacia a ese rostro tan perfecto de su amada pianista, que había vuelto a cerrar sus ojos, pareciendo estar lejos de allí, pero sintiéndola a flor de piel.

El dedo pulgar de Clarke alcanzó entonces esos labios algo temblorosos, entreabiertos, dejando salir esa respiración lenta y ese siempre aroma a frutillas que Clarke recordaba bien y adoraba. Sonrió levemente mientras los acarició suavemente, disfrutando la suavidad, y esa humedad en ellos, deseándolos aun más...

-       ¿Dime qué sientes Lexa...? – Preguntó Clarke sumergida en sentir la textura de esos gruesos labios que se dejaban acariciar por sus dedos.

-       Deseo... te deseo... Clarke... - Respondió Lexa sin abrir sus ojos, sintiendo aun Chopin sonando en su interior y los dedos atrevidos de Clarke explorando sus labios, solo deseaba tomarlos en su boca y lamerlos, succionarlos. Una imagen que solo le produjo un shock en su vientre que terminó en su sexo ya húmedo y sensible. Al mismo tiempo que se sorprendía de tener esos deseos, ya que nunca los había experimentado.

-       ¿A quién estás interpretando en esa preciosa cabecita pianista...? – Lexa se sorprendió mucho de la pregunta, porque no entendía cómo Clarke podía saber que estuviera concentrada en música en esos momentos...

-       ¿Cómo...? – Sus ojos verdes sorprendidos se abrieron encontrándose con unos chispeantes azules que le sonreían.

-       Lo puedo percibir... hasta podría decirte que puedo escuchar esas notas... ¿Dime quién es...? ¿Qué estás tocando para mi...? – Preguntó Clarke no sorprendida de adivinar lo que estaba haciendo Lexa para calmar sus nervios, y le pareció hermoso y único en verdad.

-       Chopin.... Nocturne 9 Op N°2. – Volvió a cerrar sus ojos y contestó sin poder decir más.

-       Hermosa pieza como tú... No te detengas... sigue tocándola... Pero quiero que lo hagas sobre mi piel... Ahora abre esos ojos que adoro y desvísteme Lexa...

Lexa algo nerviosa lo hizo, abrió sus ojos nuevamente, encontrándose con esos mares oscuros de deseo que parecían devorarla, estremeciéndola por entero. Sus manos algo torpes sujetaron la cintura de Clarke por un par de segundos, parecía buscar ese impulso, hasta que las manos de la rubia las tomaron y la posicionaron sobre ese primer botón de su camisa color beige de Guarda parques que Clarke tenía puesta.

Lexa sonrió sutilmente junto a la rubia, ella solo necesitaba desprender cuatro botones, se dijo internamente, dándose un poco de ánimos, no era tan difícil. Pero juraría que sus dedos no tenían una tarea fácil, al mismo tiempo que seguía interpretando esa pieza de Chopin en su mente, y sus ojos conectados a esos azules que ahora parecían sonreírle dulcemente ante su nerviosismo, y la torpeza que tenía para lograr desprender esos botones.

Cuando llegó al segundo botón, su respiración era algo más agitada, y de repente sintió las manos de Clarke sujetar las suyas una vez más, pero ahora elevándolas a sus labios para besarlas con ternura, mientras no dejaba de sonreírle...

-       Relájate Lexa... solo concéntrate en las notas de Chopin... Lo haces muy bien hermosa... ¿Te he dicho cuanto me gustan tus largos y finos dedos...? – Lexa no pudo aguantarse sonreírse y sonrojarse ante el comentario en doble sentido de sus dedos. Porque no dudaba a qué se refería Clarke con ello y decidió seguirla en la seductora conversación...

-       ¿A si...? ¿Y... y porqué te gustan tanto Clarke...? – Preguntó con ojos cómplices y cargados de malicia la pianista, haciendo que Clarke tragara saliva dificultosamente, sintiendo como su sexo respondía con un fuerte latido y una humedad que crecía imaginando todo lo que esos largos dedos podían hacer allí abajo y dentro de ella.

Atardecer -PostergadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora