Capítulo 2

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- Después de que esto pasó, ver el cielo siempre me recuerda a ti y verte a ti me recuerda a ellos.

***

Un mes después...

El día que salimos del hospital fui la mujer mas feliz que existe, aparte que odio los hospitales ya extrañaba mi casa así que poder regresar para mi fue lo mejor que me pudo pasar. Los primeros días fueron un infierno para mi, Mónica llora demasiado y eso me desespera, sin contar todas las veces que me tocaba cambiarle el pañal. Eso fue verdaderamente un reto.

Aunque ahora puedo decir que es mas tolerable y se podría decir que ya me estoy adaptando a ello. Además, tengo la ayuda de Regina quien ha sido sumamente indispensable en mi vida ahora mismo, también pronto tendré la ayuda de alguien más ya que Regina me propuso a una amiga de la fundación para que me ayude más con Mónica, lo único que se de ella es que su nombre es Magdalena y que es de confiar así que si mi hermana lo dice puede que sea así.

Aparte que creo que lo mejor para Mónica es que tenga una nana que vea por ella 24/7 ya que yo no creo querer seguir estando muy cerca de ella. No puedo olvidar que Mónica es hija de uno de ellos y amarla como se debe, por que cada vez que veo esos ojos marrones es como si los estuviera viendo a ellos, y eso me causa mucho desprecio.

Hoy día decidí no ir a la empresa, y mejor trabajar desde casa para que cuando Regina llegue con Magdalena poder entrevistarla y conocerla a profundidad. No puedo confiarle mi hija a cualquiera sólo por que mi hermana diga que es de fiar.

Estaba en una llamada con uno de los nuevos socios de la constructora cuando escucho el llanto de Mónica, así que término lo más rápido posible y cuando está todo listo corto la comunicación. Suelto un gran suspiro y me levanto de mi silla, rodeo el escritorio y salgo en dirección a la habitación. Al entrar a la habitación puedo escuchar Cómo su llanto intensifica cada vez más, así que sin pensarlo dos veces me dirijo hacia ella y la tomó en brazos.

Su rostro estaba rojo debido al llanto al igual que sus ojos, en sus largas pestañas aún había rastro de algunas lágrimas así que con mi mano las retiro cualquier indicio de ellas. La apego más a mi pecho y camino con ella en brazos hacía mi cama donde me recuesto junto a ella, cuando está todo listo quito los botones de la camisa de mi pijama y sacó uno de mis pechos dirigiendolo a su pequeña boca, la cual lo recibe gustosa.

La mañana se me paso volando, Mónica estuvo más llorona que nunca, y no sabía que hacer para calmarla, cada vez que intentaba dejarla en su cuna se despertaba y comenzaba el llanto nuevamente, cada día que pasa la soporto menos. Regina me llamó hace unos minutos para avisarme que ella y Magdalena vienen en camino, así que comencé a arreglarme para estar más presentable.

Busqué mi ropa y me dirigí al baño, y en menos de 20 minutos ya estaba afuera. Desde que Mónica llegó ya no puedo siquiera tardar en la ducha como quisiera, lo bueno es que pronto ya no será así. Media hora después estaba en mi despacho esperando a mi hermana y a Magdalena. Cuando estas entran las hago tomar asiento.

Regina se acerca a mi dándome un abrazo y un beso en la mejilla, Magdalena por su parte se mantiene en absoluto silencio.

- Bueno, y ¿Cómo estás? ¿Cómo está Mónica? -pregunta mi hermana rompiendo el incómodo silencio que se formó.

- Estamos bien, gracias. -sonrió y volteo a ver a Magdalena - ¿Y tu? ¿Cómo estás?

- Bien Doña, gracias.

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