Capítulo 8

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- A veces nos aferramos
Tanto a una persona
Que al final nos olvidamos
de lo más importante:
nosotros mismos, y de las personas
A las que realmente deberíamos aferrarnos.

***

Siete años atrás...

La rubia se remueve en la cama al sentir los rayos del sol, que traspasan las cortinas, impactar en su rostro. Abre sus ojos y lo que ve inmediatamente le alegró el corazón, estaba feliz de confirmar que lo de anoche no había sido un sueño.

Se volteó y reviso la hora... 6:30, dijo, entre dientes así que se acercó más al empresario y se acomodó en su pecho, aún era muy temprano así que podrían dormir un rato mas.

Al cabo de un par de horas después sintió unos besos húmedos por todo su rostro, sonrió para si misma al saber de quien eran. Abrió sus ojos y la vio, tan tranquila como siempre. Le sonrió acariciando su cabello. Era Mónica. La pequeña estaba acurrucada en su pecho.

- Buenos días, mi pequeña revoltosa.

Esta le sonrió dando a conocer sus dos pequeños dientes.

- Mamá - gritó la pequeña con entusiasmo.

Altagracia la tomó haciendo que se sentara encima de ella, colocando ambas piernas en cada lado de su cadera. Busco a José Luis con la mirada, hasta que escuchó el agua de la ducha caer fue que supo que estaba tomando un baño. Aprovecho ese momento a solas con la bebé para darle pecho ya que Mónica parecía estar muy hambrienta.

Luego de un rato, Luis salió del baño con una toalla envuelta en su cadera. Se acercó a Altagracia y dejó un beso en sus labios, acto que hizo protestar a la pequeña la cual soltó su pezón provocando que unas gotas de leche cayeran en sus ojos.

- Pero mira que celosa me saliste.

Tomó una toalla húmeda para limpiar las gotas de leche que cayeron en sus ojos.

- Cómo su madre - dijo él empresario - Amor, debo ir a mi casa para cambiarme de ropa, no puedo llegar así a la empresa.

- Está bien, no te preocupes.

José Luis le regaló una sonrisa y depositóun beso en la frente de ambas. Tomó su saco y salió de la habitación.

[...]

La mañana se le pasó volando, tenía tantos pendientes por resolver en la empresa que se alistó lo más rápido que pudo para salir de una vez, pero Mónica se la estaba poniendo difícil, ya que la pequeña había amanecido más insoportable que de costumbre, eso y el que Luis sólo haya llegado a tirar sus cosas para luego irse sin siquiera despedirse u ofrecerle ayuda, la tenía muy estresada.

Las cosas con Luis iban bien, pero con Mónica era todo lo contrario, la pequeña quería tener la atención de su mamá a cada momento, cosa que irritaba grandemente a la rubia. Ella no estaba acostumbrada a pasar tanto tiempo con Mónica, su relación madre e hija, se había alejado un poco con la llegada de Magdalena.

Si bien es cierto ella era de gran ayuda y a Mónica le gustaba pasar mas tiempo con ella, pero la rubia comenzaba a sentirse reemplazada en la vida de la pequeña. Pero nada que el tiempo no pudiera curar. Luis había regresado a su vida para llenarle ese vacío que tenía, y ayudarla a sanar cada una de sus heridas.

M Y   D A U G H T E R Donde viven las historias. Descúbrelo ahora