La vida sigue.
-La vida sigue -dicen-,
pero no siempre es verdad.
A veces la vida no sigue.
A veces sólo pasan los días.***
Siete años después.
- ¡Mamá! ¡Mamá! -gritó.
Escucho que alguien me llama, pero no se de donde provienen esos gritos, trato de reconocer la voz pero me es imposible. Volteó a mi alrededor, pero no veo nada, no veo a nadie, lo único que alcanzó a ver es una luz al final del túnel donde aparentemente me encuentro.
No se que paso ni mucho menos se como llegue aquí. De pronto, veo a alguien que está parado al final de este túnel, pero la brillante luz me impide divisar de quien se trata, así que decido caminar hacia esa luz para poder ver de cerca a esa persona, pero siento que entre más camino más se aleja. El camino se me estaba haciendo eterno. Tomé la decisión de correr para ver si así dejaba de alejarse y, al parecer si funcionó. Gran sorpresa la que me lleve al estar mas cerca de esa persona. De repente, la escuché reír, esa risita tan graciosa, pero sutil de la cual era portadora, imposible de olvidar y fácil de reconocer.
Estaba parada justo en frente de mi, estaba vestida con un pequeño vestido blanco, tenía esa sonrisa tan hermosa dibujada en su rostro, y movía con chulería sus ahora largos rulos. Se veía tan tierna. Estaba más grande, mucho más. Inevitablemente las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin control alguno.
Se acercó un poco mas a ella, quería tocarla, abrazarla, sentirla, sentir que esto era real y no una simple alucinación causada por lo que había tomado horas atrás, así que se acercó más de lo que ya estaba y con la yema de sus dedos acarició su mejilla. Ahora mismo lo que necesitaba era abrazarla, pero se contuvo. De pronto, vio como Mónica se hecho a correr alejándose cada vez más de su lado, lo cual la alertó.
- ¡Mónica! ¡Mónica, hija ven, por favor! -gritaba, pero le estaba resultando inútil. Mónica se alejaba cada vez más.
Así que se hecho a correr para tratar de alcanzarla, corrió tanto que sus pulmones comenzaban a quemar debido a la rapidez ejercida. Se detuvo cuando divisó a Mónica sentada en una colina cuesta abajo. Se acercó a paso lento, y por su parte Mónica sólo carcajeó, a lo cual ella solo pudo fruncir el entrecejo.
- ¿Qué tienes? -preguntó.
- Nada. Mamá, ¿en serio no te das cuenta?
Su tono de voz la dejo bastante sorprendida, se podría decir que por un segundo no la reconoció.
- No, no se que pasa.
De pronto, Mónica se levantó de el lugar donde estaba recostada y camino en dirección hacia Altagracia, se acercó e hizo que bajará a su altura, al hacerlo esta dejo un suave beso en su mejilla y camino hacia adelante.
- Mónica, ¿a dónde vas? -preguntó, con un poco de miedo a su respuesta.
- Tu mejor que nadie debería saberlo, mamá. Gracias a ti estoy aquí, aunque creo que esto fue lo mejor, fuiste tu quien me alejó de ti.
- Mónica... - dijo, con la voz entrecortada. Sentía un nudo horrible en la garganta.
Esperaba una respuesta, pero no la obtuvo, lo único que obtuvo por parte de Mónica fue una rosa blanca, no entendió nada hasta que esta le dijo.
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M Y D A U G H T E R
Historical FictionMe desgraciaron así que los acabé, pero me dejaron un recuerdo vivo, y cada vez que veo esos grandes ojos me recuerda a esa noche. Amar no es una obligación, es una decisión. Y por mas que lo intente me fue imposible, pero me costó darme cuenta que...