💥𝐁𝐚𝐤𝐮 𝐟𝐮𝐫𝐫𝐨💥

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Estabas recostada en tu cama, tus ojos veían el techo en silencio mientras que podías sentir como aquel rubio cenizo se acurrucaba en tu pecho con suma dulzura buscando acomodar su rostro entre tus pechos. Bostezaste y tan solo le miraste, el observaba su celular y veía publicaciones al azar

— Baku Baku... estoy aburrida

El te miro con desgano

— ¿De verdad? Pues no me interesa

El dijo sin más y siguió viendo aquel aparato, ladeaste tu cabeza y bajaste levemente tus orejas de conejo algo fastidiada, tomaste su carita y le empujaste suavemente para darte la vuelta y ahora tu tomar tu celular

— Umh... eres un grosero

Pasaron unos segundos sin obtener respuesta pero sin más escuchaste que se levantaba, fue al armario y sacó una playera suya, la envolvió y te la aventó dándote justo en la nuca, agitaste tu cabeza y volteaste a verle 

— ¡O-Oye!

Te volteaste y viste que en su playera habían enredadas unas medias de red... o no, aquí íbamos de nuevo

— ¿Es en serio?

Jadeaste algo ofendida pero sin dudar comenzaste a desnudarte, colocabas aquella grande playera sobre tu cuerpo haciendo que mientras te quitabas aquel conjunto de bracier tus pechos se viesen más grandes y redondos, usaste las mallas que te dio y finalmente ya estabas vestida como a aquel chico tanto le gustaba

— Tu fetiche de las mallas es muy raro...
— Tu calla y ven

Se sentó en la cama y te vió con su labio siendo mordido por sus dientes superiores, te acomodaste en sus regazos y colocaste tus manos en sus hombros

— Pero a ver a ver... ¿que tenemos aquí?

Acaricio tu suave colita esponjosa, cosa que te hizo estremecer, le viste algo gustosa por lo que hacía y en cuanto te sostuvo por los muslos fuertemente soltaste un jadeo

— Dios, solo hazlo y ya
— Calla, la comida no sabe bien si está fría, también quiero que disfrutes esto

Greñudo desgraciado
Pusiste una mano en su rostro y él te soltó una bofetada en los muslos por sobre aquellas mallas negras, gemiste levemente y el comenzó a reír de una manera maliciosa, con una de sus manos tomó tus peludas orejas y te mantuvo quieta con la cabeza hacia arriba, comenzaste a temblar, hijo de puta, era era una zona muy sensible

— ¡L-Las orejas no!
— Cállate, yo te agarro lo que quiera...

Te excitaba cuando se ponía así de necio, tus ojitos yacían cerrados, internamente disfrutabas esto, no tenías nada debajo de aquellas mallas que tanto le gustaban al rubio, no ropa interior, piel con piel

— Como desearía frotarme entre estos muslos...

Habló con un tono de voz grave que sabía que adorabas, sostuvo tus caderas y comenzó a moverte de adelante hacia atrás en busca de roce por sus intimidades, tu solo soltabas gemidos y movías tiernamente tu pequeña nariz indicando que te gustaba, el agarre en tus orejas no disminuía y eso aún te gustaba, su fuerza tan abrazadora

— Ponte en 4, tengo ganas de partirte a la mitad...

Te soltó bruscamente de las orejas y tu contenta de ser mandada por él te recostaste, le mejilla en el colchón y tu trasero empinado hacia el, era una pose tan maravillosa. El se posó detrás tuyo con sus manos en tus nalgas, acariciaba tus glúteos y muslos completamente satisfecho por la vista y sin pensarlo te nalgueó fuertemente

Empezó con lo suyo, bajó sus shorts y los calientes roces comenzaron a incrementarse poco a poco, ambos estaban excitados

El por tu suave piel, tus gemidos, tu cuerpo, la ropa que usabas y más importante, eras tu, todo de ti lograba fascinarlo

Tiró de aquellas mallas haciendo un hueco que dejó libre tu intimidad, acercó su rostro y comenzó a hundirse en tu zona íntima, succionaba, lamía, besaba y disfrutaba de tu delicioso sabor, cada segundo era valioso

— Un rico estofado de conejo...

Habló aún con su rostro unido a ti. Mientras tanto, tenías tu cara entre las almohadas, chillabas y gemías en alto completamente fascinada por su trabajo

— P-Por favor~
Entra en mi de una vez

Atente a tus peticiones se sacó el miembro y comenzó a rozarse en tu entrada, mordiste tu labio gracias a la sensación tan tortuosa, suaves suspiros escaparon de tus labios y cuando finalmente terminó de introducirse tus manos rasguñaron las sábanas. Él soltó un gemido grave tirando a un gruñido, sostuvo tus muñecas aprisionándolas con la cama y sin esperar más comenzó a penetrarte

— Dios, eres tan hermosa...

El te halagaba pero estabas tan ocupada con la boca abierta, los ojos cerrados y llenos de lágrimas, apretujabas las sábanas en busca de saciar aquella excitación en algún lado. Soltó una de tus muñecas y fue a tu punto especial de nervios comenzando a hacer suaves masajes en círculos, se la estaba pasando genial, hacerse sentir bien mutuamente era algo que simplemente adoraba

Se volvió más fuerte de un segundo a otro, su rostro se acercó a tu hombro para besarlo y comenzó a ir lo más rápido que podía, era salvaje, parecía un animal en celo y eso que la furra eras tú. Bajaste tus orejas tirándolas hacia atrás y cuando ibas a correrte pudiste escuchar a tu querida familiar más cercana tocar la puerta de tu habitación

— ¡Cariño! Ya está la comida

Volteaste a verlo rápidamente, empujaste su cuerpo lejos haciendo que cayese a la suave alfombra que ocupaba espacio en todo tu suelo, te cubriste con las sábanas y al ver a tu tía entrar solo reíste nerviosa

— ¡Por favor! ¡No le digas nada a mi madre!
— Oh vaya-
¿Con Dynamite? Que malos gustos dulzura

Cerró tu puerta y se fue, volteaste a ver a Baku y por si no fuera suficiente, a parte de la cara de enojado, le resaltaba una vena de la frente

— La próxima vez debería ser en tu casa...

𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨̄ 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora