💥𝐌𝐚𝐥𝐨𝐬𝐍𝐢𝐧̃𝐞𝐫𝐨𝐬💥

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Aquel día ya habían pasado más de una semana desde que en una misión apareció la liga de villanos, atacaron a su profesor y el mencionado quedó malherido con gravedad. Se encontraba en un hospital cercano a la escuela. Tanto tu como Mina, Momo, Shoto, Uraraka e Iida iban a visitarle cada vez que se podía, casi todos los días le llevaban bonitas flores
Un día, mientras escribías algunos apuntes en tu habitación pudiste escuchar tu celular sonar, pausaste la música que oías y respondiste al ver que la llamada era proveniente de tu profesor

— ¿B-Buenas tardes?

Hablaste algo tímida, un trato normal de ti hacia el. Aquel viejo simplemente tosió y procedió a hablar

— T/n, de verdad, lo siento tener que pedirte algo así pero es necesario. Eri, hoy debía cuidarla pero sigo en este hospital del infierno

Un quejido se escuchó de fondo

— Lo siento por eso, Bakugō está aquí, te está esperando ahora
— ¿Bakugō? ¿Que hace ahí? 
— Bueno, es parte del favor que necesito pedirte
Necesito que cuiden a Eri, ambos, juntos
— ¿Q-Que? ¿Porque?

Entraste en pánico. Bakugō era la única persona con la que tenías miedo de siquiera convivir. El contacto visual no es lo tuyo y todos lo saben pero el, especialmente el, cada vez que habla contigo te grita que lo mires a los ojos, aterrada haces caso, de lo contrario te llevas otro regalo mas por su parte

— Aunque no lo parezca, ustedes dos haces un equipo maravilloso, avanzan rápido como un tren

Tu solo te mordías las uñas, ¿qué carajos ibas a hacer ahora?

— E-Está bien, envíe la d-dirección, voy para allá...
— Está bien, pero ya no tartamudees, me pones nervioso

Colgó y tu simplemente hundiste tu cara en tu almohada, ¡¿Que carajos ibas a hacer?!

Una vez llegaste, toda temblorosa te adentraste a la habitación

— ¡Profesor Aizawa, compañero Bakugō! Buenas tardes...

Te inclinaste a manera de respeto y al ver a una cuarta persona en la habitación abriste tus ojos como platos

— T/n, ella es Eri, Eri, T/n, ya se conocen, me alegro que así sea

Pasaste saliva ansiosa y simplemente moviste lentamente tu mano para saludarla, ella miro al suelo más asustada que tu, ¿que le había sucedido para que tuviese unos ojos tan tristes como esos?

— Bien-
Bakugō, T/n, deberán cuidar a Eri por hoy. Izuku y Mirio son los que suelen encargarse de ella pero ambos están igual, o quizá, más heridos que yo

Jadeaste asustada, ¿estaban heridos? ¿Más heridos?

— Si los ve pídales que se cuiden, de mi parte

Hablaste y simplemente viste a la pequeña

— Y bien... ¿tiene algún tipo de alergia, fobia o algo que sea importante de recalcar?
— Si, los gritos

Los tres observaron a Bakugō

— ¿A mi que? No es culpa mía que me hayan elegido

Se cruzó de brazos y tu solo te soñaste el puente de la nariz... ¿que más podía salir mal?

Cargaste a Eri y los tres comenzaron a caminar hacia la parada de Autobús, todo mundo los observaban y dentro de sus cabezas pensaban "¡Pero que niña tan linda!" "Sus padres son muy jóvenes..." "¿Pa el rubio está enojado?" Eran un par de jovencitos, padres adoptivos por el día de hoy

— Y bien Eri, ¿a donde te gustaría ir?

Hablaste en un tono compasivo, algo que te caracterizaba
Ella algo tímida respondió

— ¿P-Podemos comer helado?

Tus ojos brillaron. Si hablaba del todo

— Claro, te compraré uno del sabor que más te guste
— Me encanta el de fresa, ¿puedo pedir ese?
— Sin problema, me aseguraré de que lo obtengas

Llegaron a un pequeño parque, para su suerte, en la parte de enfrente estaba una pequeña heladería. Bakugō se resignaba a ir, se quedó sentado en una banca de aquel lugar lleno de árboles, ambas restando importancia fueron por aquel delicioso postre. Regresaron tras unos minutos y comenzaron a comer los tres, juntos

— Bakugō...

Habló Eri a la vez que volteaba a verlo, hiciste lo mismo y quedaste enternecida al ver como la pequeña acercó su helado a la boca del rubio

— ¿Q-Quieres?

Tus ojos brillaron al ver que Bakugō cortaba un pedazo pequeño del cono de galleta, lo metió a su boca y degustó para después agradecer

¿Porque se había visto tan tierno?

Eri acabó su helado y ambos, ya en confianza fueron a jugar en los columpios, Eri se subía y el rubio la empujaba para que llegase cada vez más alto, los veías jugar y sonreías contenta de que en poco tiempo se llevasen tan bien
Los dejaste jugar y continuaste comiendo helado

Al poco tiempo Eri comenzó a subirse a los juegos por si sola, Bakugō cansado se sentó a lado tuyo, muy cerca. Lamiste nuevamente tu helado y simplemente trataste de no voltear a verlo. Pasados unos minutos usó su codo para pegar muy muy suavemente tu antebrazo, te exaltaste dando un pequeño brinco y volteaste a ver sus rodillas, como siempre, no querías verlo a los ojos

— ¿D-Dime...?
— Dame un poco de tu helado...

Se lo entregaste y comenzó a comer, no te apartaba los ojos de encima y podías sentir como su vista te quemaba la nuca, te rascaste ahí ansiosa y simplemente suspiraste

— ¿Si?
— Eres linda pero ya recordé porque no te he hablado

Te pusiste aún más nerviosa, no preguntaste nada, miraste al suelo mientras que te cruzabas de brazos

— Odio que no me miren a los ojos
— Lo se
— ¿Y porque no me miras?
— Porque yo odio ver a la gente a los ojos

Se quedó callado
Te regresó tu helado y proseguiste a seguir comiendo en silencio, pasados unos segundos te tomó del mentón, te hizo verlo

Bakugō analizó tu rostro, eras tan preciosa pero como comentó, le desesperabas

Miraste hacia Eri, ella seguía en lo suyo, jugaba con la tierra

— Mírame a los putos ojos

Lo hiciste
Te quedaste unos segundos y sin razón aparente, tus orbes comenzaron a humedecerse. Ahora tenías ganas de llorar

— N-No me gusta...

Te besó suavemente en la nariz

— Me da celos el suelo, a el si lo observas

Te dejó

Más tarde se encontraban en tu habitación. Estabas recostada en la cama con Eri, ella dormía en tus brazos recostando su rostro en tu pecho, respiraba tranquilamente teniendo un sueño profundo, tu la veías en silencio y de vez en cuando quitabas pequeños pelitos que se cruzaban por su frente. Bakugō entró por la puerta tratando de no hacer ruido, dejó una bolsa en tu mesita de noche

— Traje comida, prepararé algo, ¿que se te antoja?

Le miraste a los ojos, el se sorprendió un poco

— Umh... algo no muy picante

Reíste y le fue imposible no sonreír

Mientras cocinaba en la parte inferior del edificio recordaba tu rostro, tu sonrisa, como acariciabas a Eri tan cuidadosamente... ¿estaba celoso nuevamente? Ahora no del suelo por mínimo. Quería estar en tus brazos, él quería recibir esas dulces caricias, solo para el y tal vez, tal vez algún día verte acariciar un pequeño bebé con (tu color de pelo) y unos intimidantes ojos rubíes iguales a los suyos

T/n como madre... en su mente no se veía para nada mal

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Bueno, nuevamente hasta acá lo dejo para no hacerle más el cuento.
Prometo luego subir algún episodio de sus oc's con un tonto como lo es Bakugō

Gracias por leer, todo sigue en actualización

𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨̄ 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora